Lunes en la Ciencia, 21 de mayo del 2001
Vinculación entre ciencia, industria y sociedad Arturo Morales Acevedo El tema de la relación ciencia-tecnología-empresa-sociedad ha sido recurrente en diversas administraciones del gobierno federal y del Conacyt en el pasado. Se ha argumentado que los científicos debiesen aportar soluciones a diversos problemas de la industria y de la sociedad nacionales. Por otro lado, también se ha expresado que la excelencia académica, manifiesta por la generación de un mayor numero de publicaciones y presentaciones en foros internacionales, es lo fundamental. Ambos puntos de vista son equivocados y acertados a la vez. Quien se adhiere a uno de ellos no reconoce la importancia del otro. Esto ha causado distorsiones en las actividades de investigación que, en su momento, no son merecedoras de apoyo por quienes administran la ciencia y tecnología nacionales. Sin embargo, es clara la importancia que cada uno de los dos puntos de vista tienen para el desarrollo. Es decir, requerimos que en nuestro país existan grupos dedicados a las ciencias básicas y a la investigación aplicada (o tecnólogos). Sin embargo, el apoyo equilibrado a cada grupo debe depender del propio grado de desarrollo. Pero, antes que todo, tenemos que reconocer que hay muchas razones por las que en ambas actividades tienen rezagos importantes. Surgen así algunas recomendaciones: * Es necesario establecer que en nuestras instituciones hay grupos de científicos y de tecnólogos; cada uno con objetivos que deben definirse claramente, y con sistemas de evaluación más acordes a su propio desarrollo. La ciencia básica tiene que reconocerse como una actividad necesaria que sustenta a la tecnología, y que es parte de una cultura nacional propia, que además aporta al conocimiento universal. La ciencia aplicada o tecnología tendrá que planearse para el mediano y largo plazos, ya sea porque se quiera aportar a la solución de problemas actuales en la industria y la sociedad nacionales, o porque quiera orientarse en función de definir nichos de oportunidad para una nueva industria. * El apoyo a las ciencias básicas tendrá que provenir prioritariamente del presupuesto federal, dado el desarrollo incipiente de la ciencia en México. Sus objetivos serán los de mejorar activamente el nivel académico de los jóvenes que se forman en los campos de la ciencia, la ingeniería y la tecnología. También tendrá como función aportar nuevos conocimientos y mantener actualizados aquellos de los tecnólogos que trabajen en la industria nacional. * En cambio, el aporte a las actividades tecnológicas tendrá que incrementarse gradualmente por parte de la industria y de los inversionistas privados del país, además de un apoyo federal flexible y ajustable de acuerdo a las circunstancias reales de nuestro desarrollo. Para ello tendrá que conectarse el avance de la investigación tecnológica al de la industria nacional, para que ésta sea competitiva en el mediano y largo plazos. En el corto plazo se tendrá que establecer una infraestructura mínima que permita el despegue de la investigación tecnológica orientada a la solución de problemas industriales y sociales del país. * Así tendrían que generarse centros que tengan esa vocación de desarrollo tecnológico, con criterios propios de evaluación, en términos de productividad, de ahorro de insumos y costos para la industria, y su aportación a la solución de problemas nacionales. Incluso, cabe aquí la propuesta de establecer nuevos laboratorios nacionales que generen tecnologías que puedan venderse al extranjero, o que induzcan la gestación y surgimiento de empresas de alta tecnología en nichos de mercado poco desarrollados a nivel mundial. El establecimiento de este tipo de instituciones tendría que ser consecuencia de un análisis profundo de las tendencias tecnológicas mundiales, así como de nuestras fortalezas actuales y futuras en dichos campos. * Finalmente, tendrán que crearse los nuevos centros de investigación y laboratorios tecnológicos en regiones del país con poco desarrollo económico, de forma que en el futuro estos puedan ser "imanes" de inversión hacia esas regiones, particularmente si son creados con la intención de inducir el surgimiento de nuevas empresas de alta tecnología. El autor es investigador del Departamento de Ingeniería Eléctrica, del Centro de Investigación y Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN |