Lunes en la Ciencia, 21 de mayo del 2001
Baltasar Mena Iniesta La tragedia de hacer tecnología Un ingeniero que no quería serlo, pero que fue reconocido como uno de los cien mejores alumnos del siglo pasado de la Universidad de Brown, en Estados Unidos; un investigador de ciencia básica que diseñó uno de los más galardonados desarrollos tecnológicos en el país y en el extranjero: el silo solar hexagonal; y un pionero de la reología en México, que después de más de 40 años no abandona su pasión por tocar música rock. Baltasar Mena Iniesta (España, 1942), investigador naturalizado mexicano, tras estudiar en la Facultad de Ingeniería de la UNAM, cursar una especialidad en mecánica de fluidos en Francia, realizar estudios de maestría y doctorado en ingeniería mecánica en la Universidad de Brown, y terminar una estancia posdoctoral en Inglaterra, regresó al país a empezar a trabajar en el Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM, donde actualmente labora. "No me gustaba la carrera de ingeniería, pero la terminé. Me fui de rocanrolero dos años y como no triunfamos como los Beatles, regresé y elegí ser académico", cuenta el doctor Mena, quien se especializó en reología, que es básicamente el estudio de la deformación y el flujo de materiales sólidos, líquidos, elásticos y plásticos. Su trabajo en esta área empezó desde dar a conocer la especialidad hasta proponer ecuaciones sobre el comportamiento de líquidos llamados viscoelásticos. Los problemas teóricos y experimentales propuestos por el investigador para establecer el comportamiento de estos líquidos en distintas con- diciones sentaron las bases en el estudio de la reología en el desarrollo científico mexicano. Este conocimiento también ha sido el punto de partida del más reciente tema de trabajo del doctor Mena: la ciencia e ingeniería de materiales aplicada a la explotación y exploración petrolera en México. "Trabajamos en la caracterización de las fracturas de los yacimientos de petróleo para estudiar la forma en que actualmente se extrae el enérgético a través de la utilización de gas introducido a presión. Ver qué tipo de presión se debe utilizar y si el producto obtenido es el adecuado". Por otra parte, refiere Baltasar Mena, se trabaja en otros problemas de la industria petrolera que pueden significar pérdidas millonarias. Por ejemplo, el alto contenido de asfáltenos -materiales sólidos-, que bajo algunas condiciones de presión y temperatura se precipitan y se pueden ir a las paredes de ducto, parando la producción del mismo. Para ello, el investigador trabaja en métodos para inhibir la migración de asfáltenos hacia las paredes del pozo, mediante estudios de suspensiones de partículas en flujo multifásico y la introducción de campos magnéticos en ciertas zonas del pozo. Mena Iniesta explica que todo este trabajo se realiza con la particularidad de que su laboratorio e investigación no dependen sólo de los recursos de la UNAM, por el contrario, buscan ser independientes y llevar recursos externos, tanto de instituciones como de las industrias y así crear un nuevo modelo de trabajo que remunere a la investigación y al país. Y de esto, no hay mejor ejemplo que el diseño, desarrollo y construcción de una nueva forma más eficaz de almacenamiento de grano, en un silo hexagonal, propuesto y patentado por el doctor Mena. "La forma hexagonal almacena el grano de acuerdo a su ángulo natural de reposo, por lo que la fricción y esfuerzo entre los granos es mínimo y las pérdidas son nulas. Además se requiere de poco concreto para construir sus paredes, porque la estructura no se encuentra sujeta a grandes esfuerzos. De esta manera el silo resulta sencillo de fabricar, de instalar y de muy bajo costo". El desarrollo también permite usar energía solar, para crear un flujo de aire, el cual circula por las paredes del silo secando y conservando el grano por más tiempo, explica el investigador. No obstante, este silo, por el cual el doctor Mena ha recibido cinco de las distinciones más importantes del país, no es usado en México, aunque sí es estudiado para su uso en otros países. "Esa es parte de la tragedia de querer hacer tecnología. Uno no es gestor para andar tocando de puerta en puerta a ver si alguien quiere hacer uso de una tecnología eficiente, y esto es desalentador. Sobre todo cuando se habla tanto de hacer ciencia y vincularlo a la tecnología. Esto no se hace de la noche a la mañana. Primero se necesita una planta de ciencia básica, la transformación a ciencia aplicada, la obtención de innovaciones tecnológicas para su desarrollo posterior a nivel industrial y, por último, los canales adecuados para echar a andar los resultados obtenidos" concluye Mena Iniesta. (Mirna Servín) (Fotos: María Luisa Severiano |