Analizan expertos el futuro de los servicios de inteligencia
Espionaje, renovado auge
DPA
Berlín, 21 de mayo. A juzgar por los cuadros apocalípticos varios que se pintaron hoy en Berlín, en un coloquio de expertos sobre los servicios de inteligencia en la era de la globalización, los servicios secretos podrán quejarse en las décadas venideras de muchas cosas, salvo de falta de trabajo.
El foro de discusión, organizado por la Fundación Friedrich Ebert, arrojó dos conclusiones. Una, que la globalización ha creado un nuevo escenario de peligros potenciales, que es más complejo y menos calculable que el mundo bipolar de antaño. Y dos, que entre los responsables de los servicios secretos va tomando cuerpo la idea de que el carácter trasnacional de los desafíos que afronta la comunidad mundial requiere un mayor grado de cooperación y coordinación internacional.
Coincidieron el coordinador de la cancillería para los servicios secretos, Ernest Uhrlau; el presidente del servicio de inteligencia germano exterior (BND), August Hanning; John C. Gannon, director del Consejo Nacional de Inteligencia (NIC) estadunidense, un think tank de analistas que asiste a la CIA, y con matices, el ex general de la KGB soviética Leonid Vladmiriovitsh Shebarshin. Sin embargo, en el debate quedó también patente que existen serias dudas sobre la viabilidad de la cooperación. Sin ir más lejos, persiste el espionaje entre países amigos.
Las nuevas amenazas
"El equilibrio del miedo (de la guerra fría) ha quedado superado. Pero el mundo no se ha hecho más seguro ni más previsible", afirmó Shebarshin.
Uhrlau recitó, como la mayoría de los ponentes, las amenazas del futuro, como el peligro de la inmediatez que genera Internet -y que puede provocar, por ejemplo, en países con una gran concentración de inmigrantes como Alemania, casi en tiempo real, una importación de conflictos lejanos-, pero también sobre la proliferación de armas y tecnología, el terrorismo internacional y el crimen organizado, que tienen fuertes interrelaciones con el tráfico de drogas y de armas, la migración ilegal y el blanqueo de dinero.
Gannon fue quien más profundizó sobre los cambios del "entorno estratégico" de los servicios secretos y subrayó la necesidad de mejorar las capacidades de predicción de potenciales focos de conflictos que generan los cambios que se están experimentando a nivel internacional, ya sean de carácter demográfico, medioambiental económico, científico o tecnólogico.
Por ello, reclamó un mayor acceso para los servicios secretos a los últimos desarrollos tecnológicos -lo que implica mayor cooperación con la industria-, un mayor grado de formación de los agentes y, por último, una mayor colaboración con el mundo académico.
Según Gannon, el riesgo de una guerra entre países desarrollados en los próximos 15 años es pequeño. Pero al mismo tiempo aumentarán los peligros de conflictos interestatales en Asia (India-Pakistán; China-Taiwán) y en Cercano Oriente, con un marcado crecimiento de "su letalidad potencial" por la proliferación de armas de destrucción masiva y misiles de largo alcance.
Estados Unidos y otros países industrializados afrontarán también "amenazas asimétricas" en las que enemigos estatales o no estatales evitarán una implicación directa con fuerzas militares, pero maquinarán nuevas estrategias, tácticas y armas, como ataques sobre la infraestructura informática de una nación o elementos de bioterrorismo o bioguerra.
También advirtió que persistirán o aumentarán los conflictos internos, sobre todo en el Africa subsahariana, el Cáucaso, Asia Central, el sur y sureste asiáticos, Centroamérica y "la región andina".
En declaraciones a la Agencia Alemana de Prensa (dpa), Gannon precisó que en el caso de América Latina se refería al peligro latente de conflictos indígenas similares al que experimenta México. "Pero no será un desafío mayor. No habrá Bosnias o Chechenias", dijo.
En general consideró que las perspectivas de América Latina son "muy positivas" en términos políticos y económicos gracias a la democratización que ha experimentado el continente y a la firme decisión de sus gobiernos de invertir en la educación, factor considerado clave para una evolución económica sostenida. En sus explicaciones ante el foro declaró que Estados Unidos teme a los países "débiles".
"No quiero sugerir que no haya problemas muy serios, como las crisis económicas de Argentina, Perú o Ecuador, o los problemas del tráfico de drogas que está abordando el presidente de México, Vicente Fox, o las dificultades que tiene Colombia en este mismo terreno", concluyó.