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Ť Lourdes Galaz
Política en tiempos de cambio
Gobernadores exigen trato directo con Los PinosElecciones de Yucatán y acuerdos del Congreso Compare el plan Fox con agenda del BM
Por fin hay elecciones para el relevo de Víctor Cervera Pacheco en el gobierno de Yucatán. También para elegir a 106 ayuntamientos y al Congreso estatal. Confirmado está que decenas de senadores, diputados federales y locales, con brigadas de militantes priístas y panistas llegaron en la semana a la península para entrarle a lo que sea: el trabajo político o la bronca poselectoral. El resultado de los comicios yucatecos no sólo tiene que ver con el futuro a corto plazo de las fuerzas políticas que este año medirán y definirán su presencia en elecciones previstas en 15 estados de la República. También tendrán que ver con una evaluación real y objetiva del foxismo -más allá de las encuestas ordenadas y costeadas desde Los Pinos-, pues los comicios peninsulares son los primeros que se realizan en la administración Fox, y también los primeros sin la presencia del PRI en Palacio Nacional. Y lo que es más, para muchos analistas y politólogos, el resultado político electoral que arroje Yucatán será crucial para el futuro de la reforma hacendaria y del proyecto económico del gobierno.
Es un secreto a voces en el ambiente político que el Congreso no convocará a un periodo extraordinario de sesiones para dictaminar y votar la reforma fiscal. Se afirma que los cambios a la legislación tributaria serán el sostén del presupuesto del gobierno para el año 2002. Es decir, que a partir de la reforma hacendaria, la administración Fox tendrá que hacer sus proyectos de ingresos y gastos del próximo año. Nadie quiere arriesgar nada en tiempos electorales, ni el propio presidente Fox. Es notorio que el viernes anterior, casi en la víspera de los comicios peninsulares, la directiva del PAN convocó a sus líderes parlamentarios, Diego Fernández de Cevallos y Felipe Calderón Hinojosa, a una junta para hablar de los avances de la negociación con los opositores a la reforma en el Congreso. Por supuesto, éstos declararon a la prensa su optimismo porque pronto habría acuerdos con la representación príista. Y en el Senado, el PRI también convocó a sus gobernadores y líderes parlamentarios para revisar sus propuestas en materia fiscal y hacer la estrategia de negociación con el gobierno y su partido. Diputados y senadores tricolores tuvieron una encerrona para afinar sus tácticas y preparar su proyecto de enmiendas fiscales. Y la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, encargada de dictaminar la iniciativa fiscal foxista, se reunió esta misma semana, y su presidente, el priísta Oscar Levín Coppel, abrió cinco grupos de trabajo para analizar la Hacienda Pública 2001-2006. Ya están anotados para el trabajo 50 diputados de todos los partidos.
De ahí que los resultados de hoy en las elecciones de Yucatán hasta podrían abrir la posibilidad de que las cámaras legislativas saquen adelante, antes de septiembre, la reforma fiscal que tanto urge a los responsables de las finanzas públicas. Si Patricio Patrón Laviada gana el gobierno yucateco, se podría confirmar que la campaña contra la reforma fiscal que preparó el PRI para triunfar en los procesos electorales de este año, no hizo mella ni en la imagen del presidente Fox ni en el PAN. Si los priístas triunfan en Yucatán, habrán ganado no sólo las primeras elecciones de un sexenio que comenzaron derrotados, también la seguridad para hacer política y participar, desde la oposición, en las decisiones del gobierno foxista. Y, aunque usted no lo crea, panistas y priístas, así como el presidente Fox, coinciden con la agenda diseñada por el Banco Mundial para "reducir la pobreza en México". En la estrategia del BM aparece como "urgente que México reforme integralmente su sistema tributario", aunque políticamente no están de acuerdo en eliminar de un plumazo todas las exenciones (como las de IVA, el ISR a sectores como la agroindustria y el transporte público, etcétera) y las regulaciones a la inversión privada en áreas estratégicas, como lo sugieren los analistas del Banco Mundial.
En sus giras por el país, Fox se ha encontrado con gobernadores que le advierten la ausencia de operadores políticos en su administración. Por ejemplo, dicen los mandatarios que hasta ahora nadie los ha convocado a platicar sobre la reforma fiscal y otras iniciativas foxistas. Incluso, hay algunos que refieren la excelente (y productiva) relación que en su momento llevara el presidente Salinas de Gortari con Ernesto Ruffo Appel, el primer gobernador panista de la historia, y la colaboración de las administraciones de Salinas y de Zedillo con el chihuahuense Francisco Barrio Terrazas y con el jalisciense Alberto Cárdenas. El propio Vicente Fox, cuando gobernó Guanajuato, tuvo grandes apoyos del gobierno zedillista. Allá en su tierra se recuerdan las inversiones de la Federación en proyectos carreteros."Aquí termina Guanajuato... note la diferencia", se leía en las carreteras de la región. Ahora, comentan mandatarios priístas y perredistas, y hasta los panistas de Baja California y Nuevo León, no hay línea directa con el Ejecutivo federal. Ni siquiera a través del secretario de Gobernación. No hay operadores políticos en el foxismo. Más aun, ya se corre la voz de que para Vicente Fox es más fácil gobernar en el autoritarismo que en la democracia. Una administración democrática requiere de consensos, acuerdos, de la participación real de la sociedad en la toma de decisiones.
Antes de su nueva gira al exterior (esta vez por el Lejano Oriente), el jefe del Ejecutivo dedicará una hora a presentar el Plan Nacional de Desarrollo de su sexenio, en vivo y en directo, por cadena nacional de radio y televisión (cueste lo que cueste el tiempo de transmisión). Claro, será un discurso político al más puro estilo Fox, con los lineamientos generales del PND. Los estrategas publicitarios y mercadólogos de Los Pinos recomiendan que los hombres del Presidente viajen el mismo martes a las capitales de los estados a presentar los programas por áreas y por regiones. Y es que se lee en la Constitución (artículos 25 y 26) y en la Ley de Planeación, que es responsabilidad del Ejecutivo federal conducir la planeación nacional del desarrollo, "con la participación democrática de los grupos sociales". También dice la ley: el Presidente tiene que enviar el PND al Congreso "para su dictamen y opinión". Obvio es que los senadores y diputados podrán enriquecer, ajustar, modificar el plan sexenal foxista. Por supuesto, los legisladores están en libertad de comparar, línea por línea, el PND 2001-2006 con el documento de 748 páginas titulado México, programa de desarrollo integral para la nueva era, que apenas el martes pasado publicó el Banco Mundial. Habrá qué ver si "la estrategia para reducir la pobreza" de los expertos del BM (donde por cierto se formó Ernesto Derbez, uno de los más cercanos colaboradores de Fox) es una calca o coincide con el proyecto que intenta imponer el gobierno del cambio... Y en Yucatán, que gane el menos peor o, como ya se hizo costumbre, que elijan los magistrados del Tribunal Federal Electoral.
EN 3 TIEMPOS
Hoy es Gobernación, mañana un ujier de Los Pinos
Güemes, Brito, Reveles y 16 periodistas de primera
Transparencia sí, pero en el adversario
En tiempos del presidente Echeverría se incluyó en la Ley de Premios, Estímulos y Recompensas que otorga el gobierno de la República un Premio Nacional de Periodismo que, como el Premio Nacional de Ciencias, o el de Artes y Literatura, entrega el jefe del Ejecutivo. Este 7 de junio, por primera vez, se delega la función en el secretario de Gobernación. Se va de gira el señor Fox. Recuerdo que en 1993, el ex presidente Salinas traía conflictos con la prensa y no le gustó la lista de premiados. Ordenó que entregara los reconocimientos el entonces titular de Gobernación, Patrocinio González Garrido. El jurado, que presidió aquel año don Alberto Domingo, rechazó la intención de Salinas. Diría entonces el periodista León García Soler: "Si hoy aceptamos que Patrocinio entregue el premio a los periodistas, mañana será un ujier de Los Pinos quien se ocupe de ello". Y Salinas presidió la ceremonia y escuchó un severo discurso de Alberto Domingo y entregó los premios a los periodistas reconocidos por la República.
Este 7 de junio de 2001 se siente el estilo del nuevo gobierno. Con el pretexto de "ciudadanizar" los premios nacionales, se obvia el cumplimiento de las leyes. Santiago Creel entregará el Premio Nacional de Periodismo en el viejo palacio negro, el de Lecumberri (¿subliminal no?)... Un fraternal saludo a César Güemes, Alejandro Brito, José Reveles y a todos los colegas que merecidamente son distinguidos por sus pares, los periodistas que este año integraron el jurado, y muy reconocidos por todos los de este oficio. Por cierto, el cuestionado coeditor del semanario Zeta, Jesús Blancornelas, dice que verá pasar el estímulo de 150 mil pesos, porque "no estoy de acuerdo en que el gobierno entregue dinero a periodistas". Su postura incomoda a los colegas que merecen y reciben el premio. Los demás nos preguntamos: ¿quién paga a los cuatro guaruras armados que custodian al distinguido Blancornelas?
Se anuncia que mañana, diputados locales y federales del PAN presentarán una denuncia "formal" ante la Contraloría del DF por los gastos en comunicación ejercidos el primer semestre de 2000 en el gobierno de la perredista Rosario Robles. De lejos se nota que la intención de los panistas lleva más jiribilla que un sano interés por cuidar los recursos públicos. De no ser así, desde hace tiempo se habrían sumado a la exigencia de que el IFE publique cuentas claras sobre los gastos de la campaña presidencial de 2000. También se estaría exigiendo explicación por el millonario presupuesto asignado para costear la campaña de imagen de Vicente Fox. Por cierto, ¿sabía que el primer año del foxismo se gastarán 3 mil 500 millones de pesos en la publicidad del gobierno?
Ilustración: La sencillez de hacer dinero. Sobre un dibujo de David E. Lesh
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