domingo Ť 27 Ť mayo Ť 2001

Antonio Gershenson

¿El gas no asociado a particulares?

Nos enteramos por estas páginas de que el Presidente anuncia que a "la par de la iniciativa para la apertura del sector eléctrico presentará otro proyecto que permita la entrada de capital privado, nacional y extranjero, en la exploración y extracción de gas seco, no asociado al petróleo".

En realidad, en la documentación oficial de Pemex se llama "gas seco" a aquel a que, a partir del gas natural, se le han separado las principales impurezas, para dejar un contenido casi exclusivamente de metano. En ocasiones se usa en esta otra acepción, citada en el párrafo anterior; pero para evitar confusiones, usaremos el término "gas no asociado" para denominarlo.

MIGRANTESNuestro gas no asociado se encuentra sobre todo en el norte del país y, por lo mismo, cerca de la frontera con Estados Unidos. Todo lo que se hahablado acerca de un programa conjunto de energía de América del Norte se empieza a ver traducido en planteamientos concretos. Hay que considerar, también, las realidades concretas que vivimos.

En el mapa adjunto se ve una buena parte de las aguas del Golfo de México que pertenecen a Estados Unidos, y una pequeña franja, abajo, de las aguas mexicanas. Cada punto oscuro muestra un lugar de perforación activa de exploración o extracción de petróleo y gas natural, o de este último. Esa es la única parte del país vecino cuya producción todavía crece, en todas las otras zonas petroleras la producción declina irremisiblemente. Pero además se ve claro que esta zona "nueva" se está llenando, está dando de sí, y al sur de la línea fronteriza no hay una sola perforación. Es obvio que no puede haber una ruptura geológica que haga que al sur de esa línea deje de haber petróleo y gas. De ahí que el gobierno, instituciones y especialistas estadunidenses estén haciendo planteamientos sobre la necesidad de que participen empresas de Estados Unidos en la exploración y explotación del petróleo mexicano. Y en ese contexto se inscribe también la intención mencionada al principio de este escrito. Sin embargo, habrá que tener presente que el artículo 27 de la Constitución no sólo reserva estas funciones en exclusiva a la nación, sino que prohíbe concesiones y contratos con particulares en esta materia.

El Banco Mundial tiene razón al decir que debe modificarse el régimen fiscal de Pemex, para que éste tenga recursos; pero de ahí no se desprende la necesidad de que participen empresas extranjeras en esta labor, sino al contrario: el reducir ese despojo fiscal deja recursos para la inversión propia y sin el endeudamiento excesivo al que se ha llevado al país. Tampoco se debe fragmentar la industria petrolera en empresas independientes. Esto, en un momento en que las trasnacionales petroleras se están fusionando, en una serie de acciones de las cuales la mayor es la unión de Exxon con Mobil, implica dejar a las empresas petroleras dispersas en desventaja total ante la competencia, penetración y desarrollo tecnológico de los nuevos gigantes.

Partiendo de los recursos de la reforma fiscal de Pemex, y de los que ya tiene y que Hacienda le regatea cada día pero que deben estar en la propia caja fuerte de Pemex, se requiere inversión. Pero antes de las pretensiones de salvar a California de la crisis, que es un fenómeno de relativamente corto plazo, que dura todavía este año y tal vez cuando mucho el próximo, este trabajo, que implica varios años, debe ante todo permitirnos producir nuestro propio gas, y no estar, como ahora, importando cada vez más; y tener petróleo para compensar la declinación de los yacimientos existentes. Ť