Ť 40 lesionados, entre ellos un animador, y 54 detenidos

Euforia colectiva y botellazos en la tocada de El Tri en Playa Tamarindos

JUAN JOSE OLIVARES ENVIADO

Euforia colectiva, arena, calor, rocanrol desmadre, elementos que sobresalieron en la presentación de El Tri en la Playa Tamarindos, en la llamada noche de rock del Acapulco Fest 2001, en donde un agitador Alex Lora provocó el estallido de los alrededor de 15 mil adolescentes costeños. Se presentaron previamente Julieta Venegas, Caras Citadinas y Jumbo, a los que la raza corrió a botellazos como a los animadores Jorge Burro Van Rankin y La Tartamuda, a quien le ocasionaron una lesión en la cara; los más de 150 elementos de la policía guerrerense, además de los cuerpos de seguridad privada, no pudieron evitar que 40 jóvenes salieran lesionados (la mayoría por descalabros y tres hospitalizaciones), así como 54 detenidos.

Hubo todo lo que normalmente hay en los conciertos del grupo oriundo de "la hermana república de las transas": rolas clásicas, baños de arena y los tradicionales gritos lorianos que sacudieron las palmeras de la infestada de gente Playa Tamarindos, casi al mismo tiempo que en el salón Teotihuacán, donde se presentó la estrella Michael Bolton con una gran banda y su poderosa voz para interpretar algunos de sus éxitos como Go to the distance, When a man loves a woman; bueno, hasta cantó en italiano y francés, pero ni Bolton, ni Cristian Castro (que cantó con playback), ni Jaime Camil (ídem), pudieron con el poder de convocatoria de El Tri.

''Quiten su... humito. Echenle la luz a la banda de Acapulco''

Si de popular se trata ahí está Alex Lora, un agitador nato que se desenvolvió en su ambiente natural ("o que prefieren ir a ver a Ricky Martin o esas mamadas"). Y sus gritos comenzaron a estallar al igual que las botellas de plástico llenas de arena, y algunas de vidrio en el escenario que quedó adornado con toda la basura. "Para esa banda de la hermana república de La Costera y La Quebrada", y se escuchaban No podemos volar, ADO y Metro Balderas, con la que simula masturbarse y hasta un extraño chorro brotó de la punta de su bajo. "Se les antojó verdad", grita a la banda bañada en sudor y arena. Y sigue alborotando a la gente que no cesa de arrojar los peligrosos proyectiles, que los miembros de la agrupación y Lora esquivan. Pero no hacen panchos; por el contrario: siguen tocando a placer y causando el alarido y explosión.

Pero antes de continuar diluyendo a los morenitos (as) solicitó a la gente de producción del festival con su finura carácterística: "Sé que ese humito que echan y las luces apagadas se ven de poca madre como en Hollywood, pero a mí y al público que  está aquí también le vale. Lo que queremos es ver a la banda que está en Playa Tamarindos, así que su pinche humito métanselo por el... Echenle la luz a la banda de Acapulco". Su voz es ley y lo retiran. Pocos roqueros contactan tan bien como Lora y lo sabe y les responde y no les recrimina que lo llenen de arena y lo golpeen con los misiles que le arrojan.

Otra detonación se percibe cuando interpretan Chavo de onda, que hace brincotear. Pide aplausos para los miembros de la banda y dedica su rola a la sacerdotisa de los hongos alucinantes María Sabina. Y los que alucinan son los costeños que pocas oportunidades tienen de escuchar a su idolazo.

Mientras en la avenida Costera los muchachos van y vienen, a unos los sacan, por decirlo, de una zona cercada que lentamente se vence, en cada canción, en cada bomba de tiempo. Alex, ya toda una personalidad con vigilancia personal, ni se inmuta con los madrazos, sabe que a ellos se debe y les responde con buen blues-rock.

Su corazón altruista lo externa con Los minúsvalidos para echarle a los fans un balde agua para apaciguar sus expulsiones de locura. Invita a "su domadora" Chela Lora para que cante una rolita de su nuevo disco No podemos volar. "Aquí les enseño este disco a ver si lo consiguen y no anden consiguiendo esos de Ricky Martin o Paulina Rubio. A ver putos qué no quieren cantar, andan masturbados". Otro himno: Triste canción de amor. Se les acerca más con Nostalgia de fin de siglo y Piedras rodantes, historias que han dado vida a la banda más popular de rock de México, que donde se presenta da nota.