En todo caso, entre mitos y leyendas, clichés y amarillismos, detractores y enamorados, Tijuana es una realidad; y sí, es verdad que es un caos, un experimento, una ciudad llena de excesos, y que vive al límite. También podemos decir que tj es una delicia, que su cultura y su estética son únicas, que todo está impregnado de atrevimiento, que sus múltiples representantes, llámense músicos, escritores, diseñadores, artistas plásticos, fotógrafos o grafiteros, están llenos de vitalidad, de frescura y camaradería. Los protagonistas se conocen, se apoyan, unen fuerzas para realizar sus proyectos; por lo tanto, puedo asegurar que en Tijuana se está gestando algo importante, algo nuevo, que poco tiene que ver con México o con Estados Unidos.

Sólo hay que echarle un ojo la cantidad de propuestas y ofertas culturales de esta ciudad: Nortec (un proyecto interesantísimo por su carácter interdisciplinario y con las características visuales, narrativas y musicales, inspiradas en la estética de las calles de Tijuana), Insite (un proyecto anual con proyección internacional y con la participación de importantes artistas plásticos); revistas van y revistas vienen (Tijuana Metro, Lumbre, El sueño de la gallina, Cha 3), festivales internacionales de cine y cortometraje, de teatro, encuentros de escritores, encuentros feministas, danza, exposiciones, el cecut, Alfredo Álvarez, el imac, Leobardo Sarabia, los escritores Luis Humberto Crosthwaite, Rafa Saavedra, José Manuel Valenzuela, Alberto Hernandez, las bandas Fussible, Nona Delichas, Tijuana No, Julieta Venegas, los fotógrafos Julio Orozco, Alfonso Lorenzana, Sylvia Calatayud, los excelentes diseñadores Fritz Torrez, Jorge Verdin, Gerardo Yepiz, Gabriela Núñez, Omar Chavira, Luis Ariza, y también Haydé Zabala, Tania Candiani y Luis Tucker, entre muchísimos otros exponentes clave de la cultura tijuanense.

Por todo esto, Katerina Brezinova y yo, autores de la parte gráfica de este número especial, nos interesamos y quedamos asombrados y enamorados de Tijuana; Katerina, desde que realizó sus estudios en el Colegio de la Frontera Norte hace un par de años, y yo, desde que gracias al proyecto de investigación que hicimos sobre el desarrollo del diseño gráfico en la frontera Tijuana-San Diego, por fin conocí esta, para mí, mítica ciudad.

También por eso decidimos arrancar un proyecto al cual nombramos Estéticas en el borde / Borderline aesthetics, que trata sobre el fenómeno cultural-visual-popular que se da en la frontera Tijuana–San Diego. Entre otras actividades, se están planificando una muestra de instalación, fotografía, diseño gráfico y gráfica tradicional y digital, así como un programa de talleres y conferencias. Está contemplada también la posibilidad de realizar un concierto, lecturas de ensayo, poesía y un documental.

Todo esto pretende llevarse a cabo a finales del próximo año y con este fin ya se han iniciado conversaciones con el muca y el Centro de la Imagen; del mismo modo se pedirá el apoyo de diferentes instituciones en la Ciudad de México, Tijuana y San Diego.

Nota: En septiembre pasado se inauguró la muestra “Hecho en México” en la Galería Anatome en la ciudad de París, que incluyó diseño gráfico contemporáneo, cartel popular y una sección llamada Estéticas en la frontera (diseño gráfico y fotografía) y como un adelanto de lo que será Estéticas en el borde. La itinerancia está a cargo de la Dirección General de Cooperación Educativa y Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores, la investigación inicial fue patrocinada por La Fundación Cultural Bancomer y la curaduría y coordinación del proyecto estuvo a cargo de Giovanni Troconi y Katerina Brezinova.