LUNES Ť 28 Ť MAYO Ť 2001

Ť Aquí había cerverismo, no priísmo, afirma el candidato Patrón Laviada

Letargo y lágrimas priístas por los primeros resultados de los comicios en Yucatán

Ť Es la primera elección de Vicente Fox en el gobierno y todo es azul, hasta la tinta, tronó la dirigente nacional del PRI Ť Se impugnará ante toda instancia, advierte

MIREYA CUELLAR Y LUIS BOFFIL ENVIADA Y CORRESPONSAL

Merida, Yuc., 27 de mayo. Su cuerpo estaba hundido en el sillón que usó para despachar en la oficina de campaña. Orlando Paredes Lara daba la apariencia de dormir. Tenía los ojos cerrados y los brazos echados atrás de la cabeza. Sobre el escritorio, del reporte de la encuesta de salida ordenada por el PRI para conocer los resultados de la elección de gobernador, se desprendía una derrota de entre nueve y diez puntos porcentuales -por el margen de error- frente a Patricio Patrón Laviada.

Así permaneció por varios minutos, y su coordinador de campaña, Raúl Montalbo, no se atrevía a sacarlo del aparente letargo. Le llamaban por teléfono, tenía que ir a una reunión. Cuando salió de su oficina y empezó a bajar las escaleras para acercarse a la puerta de salida, todo su equipo batió palmas y al candidato se le enrojecieron los ojos. Contuvo las lágrimas y levantó un brazo con la mano hecha puño. Su secretaria y muchos de los que trabajaron en la campaña dejaron fluir el llanto.

elecciones_yucatan9"¿La camioneta? ¿Dónde está la camioneta?", preguntó el candidato ya parado sobre la acera, con las manos en las bolsas del pantalón y balanceando el cuerpo. Dio unos pasos. "¡La camioneta!", exigió. No había dado más de un paso cuando se topó con una botella vacía de refresco. La pateó y el ruido del vidrio al romperse se escuchó seco.

Paredes Lara se fue sólo con su chofer a su cita. Nadie lo volvió a ver durante varias horas. "Está en el bunker del gobernador", fue una de las versiones entre los priístas. "En las oficinas privadas de Dulce María", la otra. Lo cierto es que apareció poco después de las 10 de la noche solo -ni siquiera la dirigencia del PRI lo acompañaba- ante los medios de comunicación -citados en el hotel- para anunciar con desgano que llevaba una increíble, frágil, delantera.

La prensa miró con incredulidad a un hombre de hablar muy pausado que arremetía contra Vicente Fox por no esperar los resultados de la autoridad electoral para felicitar al candidato panista -al que se sumaron PRD, PT y Verde Ecologista- y que decía "vislumbrar nuestro triunfo".

"¿Será que nunca va a dejar de hacer lo que le ordena Cervera?", preguntó al vacío un reportero local.

Fue hasta después de la medianoche cuando apareció Dulce María Sauri Riancho, dirigente nacional del PRI, para anunciar que la elección sería impugnada ante todas las instancias, incluido el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. Pero a lo largo del día, el PRI no había denunciado irregularidades, salvo la permanencia de la leyenda "marca sólo uno de los cuadros" que permaneció dentro de las mamparas de votación, pese a que un día antes el Consejo Electoral del Estado había acordado que se borrara.

A las seis de la tarde, Felipe Solís Acero trataba de contener el desánimo que se apoderó de los priístas. Las televisoras ya habían dicho que la ventaja era para el aspirante panista, con una diferencia de 19 por ciento de los votos. La derrota parecía aplastante. Y el llamado del secretario de elecciones del Comité Ejecutivo Nacional era hacia los representantes del PRI en las  casillas: "No atiendan ninguna información, sigan haciendo el conteo, no abandonen su tarea...". La intención era evitar que les pasara lo mismo que en otros estados, donde cuando se anuncia la derrota los representantes de las mesas de votación se retiran a sus casas desilusionados.

"¿Cuáles son sus cifras?, ¿qué les dicen sus encuestas?", interrogaban los reporteros a Solís Acero. "Vamos a esperar... esperaremos el flujo oficial de resultados... es indispensable esperar, y les quiero recordar que también hubo elección de diputados y alcaldes. No califico ni descalifico las encuestas que ustedes conocen". Y dijo desconocer las cifras con base en las cuales Orlando Paredes había anunciado momentos antes, sin mucho ruido, que las tendencias lo favorecían. Pero cuando hizo su anuncio apenas eran las 4 de la tarde.

Demasiado temprano para un día tan largo

Cuando la televisora del Ajusco dio los resultados de su encuesta, detonando los nervios contenidos durante las largas nueve horas que permanecieron abiertas las casillas -abrieron a las ocho y cerraron a las cinco-, la cúpula priísta titubeaba. "No tenemos la seguridad de la derrota", aseguraba uno de sus miembros. Pero cuando el diputado Solís Acero se presentó ante los medios pidiendo esperar, las pocas dudas se disiparon. "La diferencia va a ser de siete u ocho puntos, nada más", trataba de consolarse otro dirigente.

El día inició con muy malos presagios. En la madrugada empezó a caer una fuerte lluvia que amainó sólo por algunos momentos mientras las urnas estuvieron abiertas y que no cesó hasta que la elección se había resuelto. ¿A quién va a perjudicar la lluvia, al PRI o al PAN?, era la interrogante. Los estrategas del PRI sacaban cuentas en la Casa del Pueblo -como se conoce a la sede priísta en el estado?, y Luis Felipe Bravo Mena y Amalia García se movían impacientes por los pasillos del hotel donde instalaron su centro de cómputo y la sala de prensa. Esta ciudad alegrada siempre por el sol, lucía gris.

Llovía copiosamente en varios municipios y la afluencia de votantes no era la esperada. "Eso perjudica al PAN", trataban de convencer los priístas a la prensa. Pero fue Dulce María Sauri quien hizo el recuento de los malos presagios. Recordó el anuncio hecho con bombo y platillo por la PGR de que vendrían al estado elementos de esa dependencia para velar por la tranquilidad del estado; el apoyo por 2.3 millones de pesos que la Segob acordó con el órgano electoral local; la detención del ex gobernador Mario Villanueva 72 horas antes de la elección. "Es la primera elección del PAN en el gobierno y todo es azul, hasta la tinta indeleble que se usó para marcar el dedo de los votantes".

La fiesta...

Patrón Laviada era el menos eufórico de todos. Mientras Benito Rosell y toda la vieja guardia panista se abrazaba y festejaba el triunfo, él parecía no acabar de digerir el asunto. El presidente del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, lo presentó ?también en un hotel de esta ciudad, donde la coalición instaló su sala de prensa? como el futuro gobernador de Yucatán. El dirigente nacional del PAN y Amalia García, del PRD, habían dado resultados electorales desde las 17:30 hrs., pero el candidato se había quedado callado.

Cuando apareció apenas unos segundos después de las 22:00 horas todos lo felicitaban. No ofreció nuevas cifras, simplemente dijo que todas las encuestas le daban la victoria y que no había salido antes de la habitación donde se encontraba, en el mismo hotel, porque había querido esperar a que el triunfo fuera "más contundente". Informó que Fox le había llamado para felicitarlo.

"La victoria es del pueblo de Yucatán" señaló, y se comprometió a ejercer un gobierno " que no agreda a la sociedad, "que no acuse de traidores a los que piensan diferente", como se le escucha con frecuencia a Cervera. Patrón Laviada no lo mencionó por su nombre pero todo su discurso estuvo dedicado a él.