Ť Obra óptica de Yaacov Agam, representante del arte cinético
Vivir entre el arco iris adorna las ventanas de un edificio inteligente
Ť Los colores del mural varían conforme la proximidad con la construcción, a fin de darle movimiento
MERRY MAC MASTERS
Al arquitecto Benjamín Romano le gusta integrar el arte a sus proyectos. Por eso, la Torre Chapultepec, un edificio inteligente que aloja oficinas, tiene en su entrada un mural de José Chávez Morado. El diseño que Romano hizo para un auditorio incluye una escultura de Mario Rendón. Ahora, una obra óptica de Yaacov Agam juguetea sobre el exterior de Torre Bosques, el primer edificio inteligente residencial en la ciudad de México.
La calle que conduce a Torre Bosques tiene forma de "s", lo que cambia constantemente su percepción. Diseñado como una "gran estela de mármol", que a su vez genera un "espectro", en el momento que Romano vio que el edificio "se movía", pensó, "ese movimiento es exclusivo de Agam". Aunque le costó mucho trabajo encontrar al artista, uno de los principales creadores del arte cinético en los años cincuenta, Romano lo invitó a diseñar el colorido del sinnúmero de ventanas del inmueble de 29 pisos.
Como en cualquiera de las obras plásticas de Agam, "aquí también el arco iris y sus acentos de color crean un efecto único, convirtiendo el edificio mismo en una representación de contenido y valores visuales universales", escribe el artista. Debido al "vaivén" de la calle, hay momentos, incluso, de "cero" color. Pero, en la medida que uno se va acercando, explica el arquitecto, empiezan a aparecer hilos de color hasta que uno "se encuentra con todo su esplendor".
Ya se dieron a conocer las "áreas comunes" ?alberca, gimnasio, squash, salón de fiestas, estacionamientos, lobby y, claro, el mural Vivir entre el arco iris, de Agam? de este edificio ubicado en calle Antiguo Camino a Tecamachalco 685, y donde "la central de seguridad inteligente reporta, registra y controla, mediante una computadora, todos sus movimientos", como reza su publicidad. Otra característica de Torre Bosques es que sus departamentos son de "planta libre" para que el usuario "haga las adaptaciones que quiera hoy o dentro de diez años".
Mientras un lado del edificio tiene vista hacia un campo de golf, la parte de atrás mira hacia Huixquilucan, un contraste arquitectónico "triste", que "no es compatible", porque "esa gente vive en barrancas que no tienen servicios, desafortunadamente", señala Romano.
Aparte de proveer de agua a los vecinos menos afortunados, "donamos un área de terreno para que se construya una vialidad que dará servicio a todos y que aumentará el valor de sus terrenos".
Remata: "a mí me gusta mucho la excelencia, entonces; quiero hacer un edificio que contrasta mucho con la ciudad de México".