martes Ť 29 Ť mayo Ť 2001

Marco Rascón

El año 2101

Con seguridad absoluta, nadie de los que estamos ahora vivirá en el 2101. Todos los que deciden, declaran, escriben, comentan, poseen, carecen y demandan en estos tiempo, estarán muertos para ese año. El PRI habrá quedado como símbolo de una época, ciertamente vaga, recordada, si acaso, en una calle, en una vialidad secundaria o en la esquina con Insurgentes para recordar los 70 años de aquel régimen de luz y sombras que no tuvo la suerte de morir a tiempo y quedó en la memoria como la era de la dictadura perfecta.

Es posible que algún tabasqueño reivindique su priísmo eterno y exija un hemiciclo para llevarle ofrendas en marzo, natalicio de la institucionalidad, y en un discurso solitario exigirá el juicio imparcial de la historia para que no perdure el nombre del PRI como forjador de atrasos y oligarquías, inventor del gradualismo, pervertidor de oposiciones y represor de opciones.

ƑQué seremos para entonces? ƑBarra o estrella? Quizá Estados Unidos ya no exista como nación e imperio al ser desmembrado por su propio poderío en naciones raciales que fomentán la globalización para destruir los viejos Estados. Del grado de control tecnológico y posesión de territorio ecológicamente habitable, existirá solamente lo latino, asiático, anglo y africano; los europeos, por su efectividad en el control poblacional, habitarán en pequeñas regiones de agresivos cromañones consumidores de queso Gruyere y vino propio, poseedores de una cultura muerta, milenaria, pero inservible para integrarse a los nuevos tiempos. Los parlamentos serán católicos, musulmanes, luteranos, judíos y budistas; la Organización de las Naciones Unidas habrá sido transformada en una organización ecuménica en la que el Consejo de Seguridad estará integrado únicamente por los fundamentalismos. No habrá naciones ateas, pues el humanismo estará cuestionado por el aumento del clonismo y los clonados serán los únicos que defenderán el integrismo moderado bajo el lema: "un humano su clon, un voto". India seguirá exportando puntos de vista y la astrología será filosofía oficial.

Africa habrá logrado superar el azote del sida un siglo atrás, que habrá llegado a devastar regiones enteras. En el ínter habría varias revoluciones y un Estado mundial general, fundado legalmente sobre las leyes del darwinismo económico seleccionado por la libre competencia. Las naciones ricas no serán las que tengan petróleo, sino las que posean agua. Un neofeudalismo de regiones aisladas integradas por lo racial, lo religioso, y altamente intolerantes, dividirá el mundo y por lo tanto el turismo será una práctica peligrosa ante la amenaza constante de guerras entre empresas y religiones por territorios. Las guerras serán de muy alta tecnología, sólo los viajes a la Luna estarán en barata.

En México, la época actual será considerada no la era atómica, sino la cómica. Expresiones como "choque de trenes" tendrán varias connotaciones o sinónimo de advertencia del grupo San Angel, accidente en Taxqueña o pleito interno en el PRD. Las cenizas de López Obrador descansarán junto con las de Fox, mezcladas por tanto que se parecieron en vida. La ciudad de México será recordada como la primera metrópoli paralizada gracias a la austeridad y a la sobrevaluación del peso, que paradójicamente se convirtió en causa de economía débil.

Se reconocerá al 2001 como el año que marcó no sólo el fin de la era priísta, la cual perduró muchos más años como cultura, sino porque fue la era de la pérdida total de soberanía mediante la dolarización y la extensión del sistema judicial estadunidense. Para el 2101 ya no habrá narcos extraditados, porque Estados Unidos será el exportador de cocaína sintética hacia el sur. La historia oficial de los globalifílicos dirá del EZLN que era uno de los "tigres de internet" que convertido en virus cibernético llegó a lo que fue la capital mexicana y luego desapareció.

Ese tiempo será conocido como era irónica en la que un priísta podrá platicar con un panista contra un perredista, y este último con un priísta contra un panista, y a su vez éste con un perredista contra un priísta, sin que ninguno carezca de argumentos ni pierda coherencia. Se demostrará que esos partidos lo mismo fueron los que salvaron al país (según dicen) y quienes lo hundieron (finalmente).

En cien años sólo quedará huellas y las debilidades de una nación que se perdió en el desierto buscando su águila devorando una serpiente sin encontrarla en nueve siglos... Ƒo será en el 2101?

 

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