El mundo que respiro
Mario Benedetti
La infatigable pluma del poeta Mario Benedetti ofrece una nueva entrega: El mundo que respiro, ''el canto del hombre que ya no tiene la fuerza ingenua de la juventud, pero sí una sabia fuerza que sólo proporcionan los años vividos, expresada con el estilo sobrio que ha consagrado al autor en el gusto de sus lectores". Así se anuncia el poemario más reciente del escritor uruguayo, dividido en tres apartados: El corazón y la piedra, Remontar la noche y Estas y otras guerras. En esta ocasión brinda sus versos a la mujer, a la derrota, al futuro y plantea preguntas fundamentales tan antiguas como el mundo. Con autorización de la editorial Alfaguara ofrecemos un adelanto de esta obra, que en breve se encontrará en librerías.
Gajos
Puede existir un gajo de corazón
que no traiciona
que lava sus hechizos
en una sangre fiable
que sin pausa bombea
no traiciona
es decir que no sufre cuando sufre
el resto de la hechura
suele haber un gajo de corazón
que se queda cuando todos se van
es decir cuando viajan las piernas
la barriga el pescuezo las rodillas
el sexo
un gajo que se queda porque asume
su sitio
en las tallas de veras / las salvadas
de un pánico amoroso / las curadas
con bálsamos del alma
el resto del difícil corazón
es más propenso
a la tentación de la lujuria
a la fascinación de los que ganan
a las promesas de los píos
sólo con ese gajo de corazón
que no traiciona
que lava sus hechizos
en la sangre fiable que sin pausa
bombea
se puede sobrevivir en el vacío
mientras se aprende a respirar
Desnudeces
Desnuda una mujer vale la pena
cuando la contemplamos a distancia
porque después / si estamos sobre ella
sólo la vemos con la boca ansiosa
una mujer desnuda es un silencio
que no admite pudor ni violaciones
un silencio a menudo tembloroso
de tanto amor y tanta profecía
una mujer desnuda tiene normas
puede dejarse amar con toda el alma
con todo el cuerpo a veces / pero nunca
con el arte de besos fariseos
Bendito sea
Bendito sea el Señor
por haber decidido
tan espontáneamente
no existir
todos nos quedamos mirando al cielo
desconsolados pero realistas
esperando que el próximo crepúsculo
traiga una magia laica
asoma el huracán que ahora está
huérfano
y arrasa con las glorias y las penas
la pirotecnia irrumpe en las parroquias
como terapia para feligreses
este borde de agnósticos gasta
melancolía
pero si dios por fin se ha llamado
a silencio
le echaremos de menos en pleno
escándalo
cuando nos propinaba su paliza en latín
primavera de ateo crepita en el desierto
no hay nadie en el oasis
ni siquiera un camello
nadie en el rascacielos
ni en la selva amazónica
estamos desvalidos y no obstante
ejercemos la fuerza de los solos
Buenos muchachos
Ahora que galileo y giordano bruno
han sido redimidos por el humor
del papa
también es de esperar que resuciten
y nos cuenten qué tal es eso
de pasar tanto tiempo en la nada
mientras el cosmos mata y se divierte
ahora que el papa nos ha convencido
de que galileo y giordano bruno
eran buenos muchachos / convendría
sacudir con fuerza la inquisición
para ver cuántos santos incluye
todavía a estas fechas
entre las conclusiones a sacar
de este estupor reciente
que invade los insomnios
estimo que lo mejor es ser ateo pero no de engañapichanga
sino más bien ateo protocolario
ateo confesional
con vistas a que un papa
del dos mil setenta
autorizado eso sí por nostradamus
se anime a decretar en un acto de fe
o en una fe de erratas
que también nosotros
somos buenos muchachos
Amores penitentes
Los sacerdotes no acostumbran
a enamorarse de las modelos
ni de las nadadoras con ombligo
a los sacerdotes les gusta más
enamorarse de las monjas
en homenaje / dicen / a la virgen maría
ah pero las monjas
cuando se enamoran de un sacerdote
no piensan en ningún homenaje
sino en el sacerdote propiamente dicho
los sacerdotes y las monjas
cuando se enamoran
adquieren el hábito de leer a dúo
el fervoroso
penitente
entretenido
cantar de los cantares
¿Por qué será?
¿Por qué será que uno fabrica sus
recuerdos
y luego los olvida?
¿por qué será que uno procede de
algún
dios
para volverse ateo?
¿por qué será que la luna tiene
una barriga blanca?
¿por qué será que cuando abro el
ropero
las mangas me saludan?
¿y que tu boca dice ternuras
tan sólo cuando calla?
¿por qué será que un cuerpo virgen
tiene pezones de burdel?
¿por qué será que si decido
morir nadie me cree?
¿por qué será que los pájaros
cantan
después de los entierros memorables?
¿por qué será que si beso tu beso
me siento renovado?
¿por qué será que me haces tanta
falta?
El mar ese evangelio
El mar / ese evangelio donde dicen
que jesús caminó con desparpajo
esa alfaguara de los invasores
esa fontana de los pusilánimes
sabe mucho muchísimo de náufragos
el mar lleva en la cresta de sus olas
destellos esotéricos del faro
una copia virtual del universo
que acabará dejando en otra orilla /
el frágil recadero de la historia
se transforma en gigante sordo y mudo
si está desaforado llega y huye
por algo es la ocasión de los suicidas /
se está manso y benigno / languidece
con los corales y los pescadores
el mar empieza en mi balcón de rocas
y acaba en la mitad del horizonte
Desmorirse
Cuando muera quisiera desmorirme
tan sólo por un rato para ver
cómo el mundo se lleva con mi ausencia
a los que lloren les daré un pañuelo
a los que rían un bol de ceniza
indiferencia a los indiferentes
cuando muera quisiera desmorirme
y visitar de nuevo a mis compinches
a los sobrevivientes por supuesto
y preguntarles las poquitas cosas
que se fueron quedando en el tintero
o que neutralizó el silencio turbio