YUCATAN: FIN DEL CACICAZGO
Aunque
aún no se dispone de resultados electorales definitivos, resultan
ya claros el triunfo, en las elecciones realizadas anteayer en Yucatán,
del candidato a gobernador Patricio Patrón Laviada, postulado por
Acción Nacional y respaldado por el PRD, el PT y el PVEM, así
como la derrota del priísta Orlando Paredes Lara, y sobre todo el
fracaso del gobernador Víctor Cervera Pacheco en sus denodados intentos
por mantener vivo uno de los cacicazgos regionales más arraigados
del país, y uno de los más recalcitrantes al proceso de democratización
que se vive en todo el territorio nacional.
El resultado referido permite ver diversos significados.
Por principio de cuentas, confirma el hartazgo y la intolerancia del electorado
ante el extinto régimen político priísta y sus rescoldos
locales aún vivos; es decir, comprueba --como se demostró
en Chiapas el año pasado-- que el 2 de julio de 2000 no fue una
excepción, sino la expresión de una tendencia democratizadora
sostenida y generalizada en el país. Asimismo, la derrota de los
priístas yucatecos parece confirmar que, privado de su principal
soporte y eje articulador, que era el Ejecutivo federal, el Revolucionario
Institucional está condenado a perder las posiciones que por inercia
aún mantiene y a recomponerse en la oposición para plantear
al electorado una opción de gobierno. Por otra parte, es sin duda
reconfortante comprobar que la ciudadanía yucateca no aceptó
la tramposa y peligrosa demagogia separatista elaborada por Cervera Pacheco
como recurso desesperado ante su inminente derrota.
Lo anterior resulta especialmente relevante de cara a
las próximas elecciones estatales en Tabasco, en donde subsiste
el último cacicazgo tradicional del PRI, y cuya persistencia es,
para la nación, tan agraviante o más que el de Yucatán,
habida cuenta de la larga cauda de actividades presuntamente delictivas
--documentadas, denunciadas y jamás investigadas-- que viene arrastrando
el ex gobernador Roberto Madrazo, cabeza visible de ese cacicazgo, desde
su campaña de 1994.
En otro sentido, el sufragio mayoritario obtenido anteayer
por el candidato panista a la gubernatura yucateca puede leerse como una
aprobación y un refrendo de la ciudadanía de esa entidad
a la Presidencia de Vicente Fox, a casi siete meses de iniciada.
Cabe esperar que el priísmo nacional y el peninsular
acepten la derrota con dignidad y espíritu republicano y con la
perspectiva de convertirse, en la oposición, en un verdadero partido
político. Cabe esperar, también, que Patricio Patrón
Laviada sea capaz de conformar un gobierno local plural, a la altura de
los desafíos y problemas de Yucatán, de la península
y del país.
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