MIERCOLES Ť 30 Ť MAYO Ť 2001
Ť Analizarán tres organizaciones la Operación Cóndor
Piden revisar con agenda común episodios de represión en AL
Ť Gente como Kissinger debe asumir su responsabilidad, opina Menchú Ť Nuevo orden jurídico humanitario, el fin
BLANCHE PETRICH
Viejos sucesos del siglo pasado, como el golpe militar en Chile, la guerra sucia en Argentina o el laboratorio del terrorismo de Estado en Guatemala, deben ser revisados e integrados "en una agenda común", a la luz de las nuevas tendencias del mundo jurídico internacional y el derecho universal humanitario.
Reunir las experiencias de los países latinoamericanos que en décadas pasadas padecieron la aplicación de un proyecto continental de dominio imperial, basado en la represión ideológica y física, debe servir no sólo para llevar a los responsables de los grandes episodios represivos a juicio y para evitar otros genocidios en el futuro, sino para desarticular nuevas estrategias que, concebidas en Estados Unidos, siguen percibiendo a los pueblos latinoamericanos como potenciales amenazas a su seguridad nacional.
Arrojar luz sobre estos problemas es el objetivo que persigue el foro sobre el Plan Cóndor, organizado por la Asociación Salvador Allende, la Fundación Rigoberta Menchú y Genocidio Nunca Más.
Al anunciar el inicio del ciclo que tendrá lugar del 30 de mayo al 1o. de junio en la Casa Lamm, Hugo Zemelman, presidente de la Asociación Salvador Allende, señaló que el objetivo de fondo del debate sobre el Plan Cóndor -que en los años de las dictaduras militares sudamericanas permitió la cooperación interpoliciaca y castrense en el secuestro, desaparición y ejecución de ciudadanos, a través de las fronteras- "es contribuir con nuestro análisis a la creación de un nuevo orden jurídico humanitario que esté a la altura de las exigencias éticas contemporáneas".
A su vez, la embajadora especial de la UNESCO, Rigoberta Menchú, comentó que en las distintas luchas por el esclarecimiento de los respectivos genocidios, las víctimas de las guerras sucias de Centro y Sudamérica han empezado a salvar la visión nacional que privó en el pasado y a integrar una agenda común.
"Primero perdimos el miedo y denunciamos a nivel internacional. Pero lo hacíamos como guatemaltecos, salvadoreños, argentinos, chilenos, uruguayos. Hoy estamos por una coalición de la memoria histórica. Yo, como maya-quiché, he incorporado a mi agenda la lucha por la verdad y la justicia de Chile y de todos los demás", comentó la Nobel de la Paz.
A propósito de la cita emitida el lunes por un juez francés para que Henry Kissinger, ex secretario estadunidense de Estado, acuda a las cortes francesas a responder por la desaparición de cinco ciudadanos galos en Chile, poco después del cuartelazo de Pinochet, Menchú dijo que la vieja historia de la guerra sucia chilena alcanzó al funcionario del entonces presidente Richard Nixon.
"Kissinger es uno de esos personajes que han pasado a la historia como señores honorables. Ahora tiene una oportunidad única para reivindicarse reconociendo plenamente su responsabilidad en los sucesos ocurridos en América Latina. No se trata sólo de que digan I'm sorry, y regresen a su casa a seguir la fiesta. Es necesario que cada uno de los responsables asuma plenamente su culpa como un resarcimiento moral, político y humano ante nuestros pueblos. Un nuevo código de ética para el nuevo milenio pasa por ese reconocimiento".
Zemelman, quien fue director del departamento de Sociología de la Universidad de Chile y es investigador de El Colegio de México, abundó que si bien Kissinger no fue un torturador, "sí fue un mentor ideológico de los que aplicaron esos proyectos de la Operación Cóndor".