MIERCOLES Ť 30 Ť MAYO Ť 2001
Ť Construirán 713 viviendas israelíes en Cisjordania
Putin promoverá conferencia internacional para Levante
Ť En reunión con Arafat, se compromete a buscar, con Bush, una convocatoria para la paz en la región
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 29 de mayo. Aunque no se hizo público, todo parece indicar que el máximo dirigente palestino, Yasser Arafat, logró hoy aquí el compromiso del presidente de Rusia, Vladimir Putin, de promover ante su colega estadunidense, George Bush, en la ya cercana y primera cumbre que sostendrán, la convocatoria de una nueva conferencia internacional que busque poner fin a la escalada de violencia en Medio Oriente.
La convocatoria podría anunciarse al término de las conversaciones de Putin y Bush, en Liubliana, Eslovenia, el próximo 16 de junio, y la conferencia sugerida por Arafat tendría un formato similar al encuentro de Sharm al-Sheij, en Egipto, que acabó en fracaso el año pasado, entre otras razones por la exclusión de Rusia a instancias de la diplomacia estadunidense.
Esta lectura de la fugaz visita de Arafat a Moscú, todavía como simple hipótesis a tener en cuenta, se desprende de varios signos que perfilan esa posibilidad y que, al mismo tiempo, podría frustrarse si palestinos e israelíes no asumen como base para sentarse a negociar las recomendaciones contenidas en el llamado Informe Mitchell, así como en la reciente iniciativa conjunta jordano-egipcia. Para ello, tienen 18 días, los que faltan para que Putin y Bush se reúnan.
No deja de ser significativo que Arafat haya escogido Moscú para dar a conocer el apoyo oficial de Palestina a ambas iniciativas de paz, como parte de un probable entendimiento con Putin que incluiría la promoción de una nueva conferencia internacional sobre Medio Oriente.
Y no sólo porque el Kremlin, en palabras del canciller ruso, Igor Ivanov, considera el Informe Mitchell y la propuesta jordano-egipcia como "base de una solución negociada" en la conflictiva zona. También porque, en el fondo, tanto a Rusia como a Estados Unidos les conviene que la primera cumbre de sus mandatarios arroje algún resultado, que al menos en términos formales pueda ser manejado como éxito, ante el presumible diálogo de sordos en que se convertirá la discusión sobre el controvertido escudo antimisiles.
Visto así, la coyuntura parece favorecer la idea de convocar en Liubliana una conferencia internacional sobre Medio Oriente, mas no ayudan a ello preocupantes tendencias y actitudes que cada día distancian más a palestinos e israelíes.
Más víctimas
Este mismo martes hubo nuevas víctimas, que se suman a los más de 550 muertos en Gaza y Cisjordania, en su mayoría palestinos, desde que el pasado 28 de septiembre se inició la actual espiral de violencia.
En la misma tónica de distanciamiento, casi a la misma hora que Arafat expresó en Moscú estar de acuerdo con el Informe Mitchell y la propuesta jordano-egipcia, el actual ministro de Vivienda de Israel, Natan Scharansky, un ex disidente soviético, lo que no deja de ser una ironía del destino, confirmó que el gobierno del primer ministro Ariel Sharon se dispone a construir 713 viviendas en dos colonias de Cisjordania.
La determinación israelí de imponer su política de asentamientos judíos en territorio palestino contraviene, como es sabido, el Informe Mitchell, pero la embajada de Israel en Moscú no lo considera así y, además, culpa a Arafat de la "continua escalada de violencia en los territorios palestinos", según se asienta en un duro comunicado emitido esta noche.
Putin reveló que, poco antes de reunirse con el líder palestino, habló por teléfono con Sharon para "sincronizar relojes" y conocer de primera mano la versión de la otra parte. El optimismo se desvaneció horas después, conocidas las noticias procedentes de Israel, al afirmar el presidente ruso que el conflicto en Medio Oriente se encuentra "casi fuera de control".
En tanto, Arafat viajó a Dinamarca para reunirse con el presidente en turno de la Unión Europea, el primer ministro sueco, Goran Persson, un enviado personal de Putin, el ex primer ministro Evgueni Primakov, prosiguió su intenso cabildeo por los países árabes de la región.
Primakov entregó hoy, en Amman, una carta del mandatario ruso al rey de Jordania, Abdullah, y se propone visitar con el mismo propósito a los jefes de Estado de Siria, Egipto, Libia y Túnez.
Otro enviado personal de Putin, Andrei Vdovin, cumplirá una misión similar, empezando su periplo en Tel Aviv, donde Primakov, calificado de "amigo de los árabes", es visto con recelos.
En Jerusalén, las agencias de prensa reportaron que tres israelíes y tres palestinos muertos, entre ellos dos atacantes suicidas, además de varios heridos, fue el saldo de una nueva ola de violencia ocurrida este martes en Cisjordania y la franja de Gaza. Asimismo, un reportero y un fotógrafo de la revista estadunidense Nwesweek denunciaron que fueron secuestrados por presuntos militantes de los "halcones" de Fatah.
Fracasa encuentro sobre seguridad
En Ramallah fracasó el encuentro sobre seguridad entre funcionarios palestinos e israelíes, después de que la parte palestina rechazó la petición de Israel de declarar el cese del fuego argumentando que "no somos nosotros los que disparamos".
En declaraciones a la cadena estadunidense CNN, el jefe de gobierno israelí insistió en que el ejército mantendrá el cese del fuego y llamó a Arafat a "poner fin a las muertes inútiles".
Sharon reiteró que el tema del congelamiento de la construcción de asentamientos israelíes, propuesto en el Informe Mitchell, "no es asunto para debatir por el momento". Y es que varios cientos de colonos, reunidos frente a la presidencia del Consejo, en Jerusalén, desde donde partio el cortejo fúnebre de Gilad Zar, un colono que fue muerto esta mañana en Nablus, le exigieron reaccionar ante los ataques palestinos.
"Sharon conbarde", increparon los colonos al primer ministro, cuyo titular de Vivienda, Natan Scharansky, anunció la construcción de 713 casas en dos colonias en Cisjordania para, dijo, "responder a una necesidad urgente de viviendas en esas colonias, cuyo desarrollo es objeto de un amplio consenso en el seno de la población israelí".31n1mun