JUEVES Ť 31 Ť MAYO Ť 2001

Ť Clamor de adquirientes del alimento

"Si ya de por sí somos pobres, ahora va a ser más difícil comprar el lácteo"

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

A Luis Sarmina nadie le preguntó si estaba de acuerdo o no con el incremento al precio de la leche de 3 a 3.50 pesos el litro, a partir de mañana. A sus 81 años de edad, los miércoles y los sábados sale a las 06:30 horas de su casa para dirigirse al local de Liconsa en avenida Del Castillo de la colonia Guadalupe Victoria, en la delegación Gustavo A. Madero, en donde por 12 pesos se lleva su dotación de cuatro litros.

El sábado deberá pagar 14 pesos, dos pesos más que para él, que no cuenta con una pensión y depende económicamente de sus hijos, podría ser la diferencia para disponer o no del lácteo pues de hecho hay días en los que no ha ido a recoger su dotación porque sus hijos no pasaron a dejarle el dinero y como tampoco puede darse el lujo de ahorrar ni los 12 pesos que tenía que pagar llegó a completar.

Don Luis sabe que sus hijos no viven una situación desahogada pues entiende que tienen que ver por sus nietos. Por eso no es exigente y se conforma con el dinero contado que le dan.

Con los ocho litros que le corresponden por semana, asegura que le alcanza para él y su esposa Elodia, de 76 años, y a veces hasta para sus nietos cuando los visitan. Pero cuando no le alcanza, "pues no hay".

"Ni siquiera nos preguntan nada", y es que apenas el sábado encontró a dos mujeres afuera de la lechería que le preguntaron si estaba de acuerdo con la construcción de una preparatoria en la zona Cuautepec de Madero. "Así le hubieran hecho".

Otra es la situación de Concepción Ventura Leyva, a quien el incremento en el precio de la leche no le afectará, pero, solidaría, advierte que dicha medida "está mal pues hay mucha gente que por mínimo que sea apenas tiene para comprar su leche. Uno como quiera le quita los dos pesos a los niños y en vez de comprarles chocolates, les compras la leche", pero hay gente que ni eso y lo ve diariamente en la lechería de la colonia Zona Escolar Oriente, en donde recibe también semanalmente ocho litros que distribuye entre sus cinco nietos y completa con la otra leche, la que cuesta más de 6 pesos el litro.

Miguel Villa también ha enfrentado la situación de quedarse sin leche por no reunir los 12 pesos de la dotación de cuatro litros. Entonces no había problema porque él y su esposa tomaban café, pero la violencia en la ciudad le arrebató a su hija hace unos meses y se quedó a cargo de sus dos nietas de 11 y 7 años, las dos van a la escuela.

El recuerdo todavía le arranca unas lágrimas. A sus 60 años no tiene un trabajo seguro, pues en el taller de carpintería en donde es ayudante, a veces hay trabajo pero a veces no llega y entonces también se ayuda con el dinero que le dan sus otros hijos. Pero "hay ocasiones en que tengo que andar consiguiendo para leche --con sus mismos hijos-- y luego, pues no quieren aflojar".

Vendiendo quesos, Francisca Gama se gana "unos centavitos" con los que se compra tortillas y chiles. Tiene 74 años y oculta del frío de la mañana su diminuto cuerpo con un largo rebozo de colores.

Los cuatro litros de leche que le tocan son para ella, una nieta, una hija y "un hijo de 40 años que ya no me lo quieren recibir en su trabajo". Aún no estaba enterada del incremento y de hecho en el local no hay todavía ningún cartel que lo anuncie. "Ora va a ser más difícil, si ya de por sí somos pobres, pues ahí a ver como la vamos pasando".