MARTES Ť 3 Ť JULIO Ť 2001

ASTILLERO

Julio Hernández López

EL 16 DE FEBRERO del presente año, el presidente Fox estaba listo en el rancho guanajuatense de San Cristóbal para recibir a George W. Bush y --aprovechando la cobertura mundial que se daría a esa visita-- "apantallar" al mundo, según adelantaba su jefe de imagen, Francisco Javier Ortiz Ortiz. Las expectativas fueron abolladas por un gesto que fue considerado por muchos como falto de diplomacia: esa mañana, el presidente estadunidense fue informado de un ataque armado contra Irak, lo que, obviamente, ganó la atención internacional y relegó la cumbre Marlboro a espacios mediáticos inferiores.

AYER, EL PRESIDENTE de gobierno español, José María Aznar, pudo dar cuenta de que la lección texana fue bien aprendida por Fox. A la hora en que inició su visita oficial a México ni quien le pusiera atención. Todo mundo estaba concentrado en la noticia bomba del día, la boda tempranera del anfitrión con quien había sido su vocera durante largos años.

ES POSIBLE, sin embargo, que la descortesía diplomática del mexicano, al empañar la importancia de la visita del hispano con un bombardeo color de rosa, no se debiera, como en el caso de Bush, a una pretensión de demostrar quién tiene el chirrión por el palito. Es más probable que el cálculo de la acción matutina haya tomado en cuenta circunstancias netamente nacionales. Y es que, con un solo movimiento, el presidente Fox resolvió los problemas de protocolo para la cena oficial de ayer y para todos los actos futuros de esa índole; salvó a su vocera de un ejercicio que crecientemente la iba desgastando y, sobre todo, dio a la opinión pública suficiente material para que pocos se acuerden de las promesas electorales de un año atrás y su aplastante incumplimiento (y, Ƒqué va a pasar con los hijos, y con Ana Cristina, que no quería nadita a Martha, y que ya se sentía la primera dama? preguntaban ayer por doquier).

UNA BODA así no puede mantenerse, ni siquiera con la mejor voluntad, en el ámbito privado. A ese acto íntimo se le ha dado un contexto político intencional (la fecha y el lugar, entre otras cosas) y tiene múltiples aristas relacionadas con el ejercicio del poder presidencial y con segmentos altamente influyentes como la Iglesia católica. Otra cosa habría sucedido si el matrimonio se hubiera realizado en un día irrelevante (sin visita importante en casa), en el domicilio de la contrayente o en uno neutral, o cuando menos no gubernamental, sin toallagate de por medio ni necesidad de suplir el escándalo político por el morbo de página de sociales, y sin que ese acto pudiese significar, como es de suponerse, una mayor concentración de poder en una persona que no fue elegida para ejercerlo y que acaso (aunque en este momento parezca falto de elegancia, inoportuno o prematuro decirlo) estaría siendo ya, desde hoy, la primera tapada de este sexenio, la primera dama en buscar ser presidenciable, la primera Legionaria en campaña, así como fue la primera dama en ser vocera presidencial.

MARTHA MARIA SAHAGUN JIMÉNEZ no fue una vocera común y corriente y tampoco tendrá tales condiciones en su función de primera dama. Tiene conocida influencia poderosa sobre su ahora esposo, como factor político esencial que fue para la construcción de la figura del gobernador de Guanajuato, del candidato presidencial y del Presidente de la República. De hecho, el llamado Grupo Guanajuato le tiene como principal figura junto con Ramón Muñoz, Eduardo Sojo y Lino Korrodi. Muñoz proporcionó durante la campaña presidencial el esquema y los controles organizativos, Sojo las propuestas y el contenido discursivo, Korrodi la consecusión y la aplicación del dinero, y Sahagún la estratégica relación con los medios.

MARTHA, RAMON Y EDUARDO fueron los primeros convocados por Vicente Fox luego de aquel 6 de julio de 1997, cuando anunció su decisión de buscar la candidatura presidencial panista. A Lino no fue necesario invitarlo, dado que conocía desde antes lo que Fox buscaba hacer. Desde entonces, el núcleo central del foxismo estuvo allí, en ese grupo, uno de cuyos siguientes convidados fue Luis Ernesto Derbez.

LA AHORA ESPOSA del Presidente ya había escuchado antes a Fox declararle sus pretensiones, aunque en aquella ocasión ella primero dijo que no y, luego, la mágica palabra de "acepto". Sucedió en 1995, cuando el hombre de las botas estaba integrando su equipo de gobierno. Un año atrás, Martha había sido candidata a presidenta municipal de Celaya, aunque había perdido, como le había sucedido también en 1991 a su esposo, el veterinario Manuel Bribiesca, quien buscó una diputación federal. A pesar de la derrota, la dama nacida en Zamora, Michoacán, siguió adelante, participando en la estructura municipal y estatal del PAN. Luego de haber ayudado en su ámbito celayense a la victoria estatal de Fox, éste la invitó a ser su coordinadora de Comunicación Social. "No --habría dicho en principio Sahagún-- pues yo vivo en Celaya, no en la ciudad de Guanajuato, y quiero seguir haciendo lo que ahora hago". De cualquier manera, hubo una reunión "sin compromiso", al final de la cual la dama pronunció el "sí, acepto" a la invitación para ser vocera.

EN SU NUEVA CONDICION explícita de compañera del Presidente, se fortalecerán las versiones de que ella ejerce una virtual vicepresidencia de la República, para beneplácito del grupo cerrado que viene desde Guanajuato y para incomodidad de personajes como el canciller Castañeda. Su posición será ahora privilegiada: sin la erosión del ejercicio directo de una responsabilidad, y con las mieles políticas (electoralmente futuristas) de recursos y acciones de gobierno que se pondrán a su disposición, como dadora de favores y servicios, una especie de Pronasol familiar.

EL DISEÑO de la jugada tiene, sin embargo, una falla notable. La premura ha hecho al matrimonio Fox-Sahagún golpear en un punto delicado: la relación con la Iglesia católica, cuyas leyes prohíben romper el lazo conyugal, salvo cuidadas excepciones que en el caso no han sido dadas a conocer por no existir aún o, tal vez, por venir en camino. Esa decisión de optar por el proceso civil y menospreciar el religioso, habrá de provocar una oleada de críticas y condenas por parte del segmento más derechista de la sociedad mexicana que es, justamente, el que más apoya al católico practicante Fox y a la señora Sahagún (que ya no podrán confesarse ni comulgar, aunque sí ir a misa, por vivir en una "irregularidad", según Norberto Rivera). Recuérdese que la ahora señora de Fox ha sostenido una relación especial con los Legionarios de Cristo y que, educada en el Colegio América, en Zamora, siempre se guió por las palabras de Santa Teresa: "Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta..."

(NO ALCANZO el espacio para analizar con amplitud el significado del nombramiento de Francisco Javier Ortiz en lugar de Sahagún: es el entronamiento sin atenuantes de la mercadotecnia en lugar de la política, será la conversión abierta del sexenio en un Fox contigo, Fox en vivo).

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