FUSILERIAS
Alfredo C. Villeda
El interminable cine de Ettore Scola
LOS FILMES DE Ettore Scola jamás tienen un fin ''oficial" porque él considera que ese atributo corresponde a los espectadores, quienes deben deslizar sus experiencias y recuerdos en ese espacio baldío interminable que es la saga del director italiano, y cuya última arista lleva por nombre Competencia desleal.
EN LO QUE sería una combinación de conceptos de García Márquez y Borges, Scola dice que él siempre hace la misma película, aunque la decoración, los hechos y los lugares cambien. ''Yo hablo de amor, de la amistad, de las penas, de los viajes, sobre todo de los interiores, me interesan los temblores del alma, la incertidumbre".
Y QUIZA POR eso su cine es ajeno a los héroes, que ni siquiera figuran en las cintas con temática militar. Sólo retrata seres débiles que, en cierto momento, saben imponerse, aunque nunca están orgullosos de sus victorias, y por eso parafrasea a Bertolt Brecht: ''La victoria no demuestra nada". Sus personajes nunca pretenden el heroísmo, se quedan a la mitad del río, ni de un lado ni de otro, aunque es esencial tener esperanza aun cuando se está desilusionado. Sin utopías, señala, el hombre no existe.
EL CINE ITALIANO no está en agonía, pero como todo el espectro europeo en la materia, debe afrontar la competencia de los estadunidenses, que ocupan la mayoría de salas y se benefician de una enorme maquinaria de promoción.
ESO, SIN EMBARGO, no implica acudir a materia prima estadunidense. Scola dice que recurre mucho a los actores franceses porque los puede imaginar desde antes en la piel de un ''hermano italiano", no así con los americanos. Utilizó a Jack Lemmon en Macaroni para un papel de estadunidense. ''El no podría ser el hermano de Mastroianni, eso lo haría Depardieu".
DEL PERSONIFICADOR DE Sostiene Pereira, comenta: ''Tenía una adaptación extraordinaria. El trabajaba con un director y se convertía en su alter ego. Su naturaleza era de camaleón, gustaba de fundirse totalmente con los personajes que encarnaba. En ese sentido, era algo más que un actor, porque éstos se limitan a interpretar papeles."
SU MAS RECIENTE cinta Competencia desleal, con Depardieu y Brialy, trata del peligro de la ligereza. Comienza en 1938, el año en el que, para complacer a Hitler, el régimen fascista italiano importa las leyes antijudías. El filme cuenta esta forma italiana de no oponerse, de aceptar con ligereza las cosas que pueden comenzar dulcemente y terminar mal. ''Siempre trato de entender, incluso a los fascistas, y eso ?considera Scola en entrevista con Le Figaro Magazine? me parece un lujo sin igual."