ENTREVISTA
Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional
La transición cubana ya ocurrió; la sucesión, sin fórmulas inamovibles
BLANCHE PETRICH
Dentro y fuera de Cuba, desde hace dos semanas se juega a adivinar el desenlace de la ''transición'' en el único enclave socialista de América, predecir los ''escenarios'' del porvenir. A su vez, Ricardo Alarcón, uno de los más altos dirigentes de ese país, recomienda a los analistas ''seriedad'' para reconocer que la transición cubana ya ocurrió y radica en la evolución que ha tenido la isla en las cuatro décadas de régimen revolucionario.
Prefiere, mientras tanto, ofrecer ?''con toda la humildad'' del caso? consejos a los países hermanos de Latinoamérica, a quienes sí ve en riesgo de desdibujarse; gobiernos que sí participan en el aún hipotético Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, pero que año con año acumulan enormes pérdidas de bienes básicos de sus naciones por vender todo al capital extranjero: ''En el mundo globalizado de hoy se pueden defender los intereses nacionales, siempre y cuando uno tenga presidentes que representen los intereses nacionales y no gerentes que representen a las empresas extranjeras.''
Líder del Parlamento cubano, interlocutor ante Washington, hombre del primer círculo castrista, Ricardo Alarcón no elude el tema de la sucesión poscastrista: ''Sólo los batistianos se imaginan que con la muerte del caudillo todo se acabó. Lo siento mucho por ellos. La cosa no es así.''
Considera como un error de análisis creer que el mecanismo de recambio del poder en Cuba es un misterio y un embrión de crisis. Aunque es cierto, admite, que por el gran vacío que dejará en el poder un hombre ''de la estatura histórica'' del actual líder Fidel Castro, la cubana será una sucesión sin fórmulas inamovibles. La ley prevé que el primer vicepresidente del Consejo de Estado ?es decir, el general Raúl Castro? supla al presidente, su hermano mayor. Pero también por ley será la Asamblea Nacional quien tenga la última palabra en la recomposición del Consejo de Estado. El mismo no se descarta de la línea de sucesión.
La esperada transición post Castro en Cuba ya ocurrió, dice Alarcón, con todo y el relevo generacional: la mayoría de los 30 miembros del Consejo de Ministros y de los miembros del Comité Central del Partido Comunista Cubano, están entre sus 30 y 40 años. Toda la dirección provincial está en ese rango de edad. En la Asamblea Nacional la edad promedio es de 43. Lo dice el hombre que fue asignado, justo hace un año, para pronunciar el discurso oficial en la inauguración del Parque Lennon, en La Habana. El señor que declina, en Veracruz, una invitación para ir a ver bailar el danzón con sabor jarocho. ''¿Danzón? Si eso es de viejitos.''
Un ''descenso'' que abrió el viejo tabú de la sucesión
No es que le falte buen humor ni gusto por la vida. Pero le gusta charlar, eso se nota. ''Preocupación, lo que se dice preocupación, debería causar la sucesión en Estados Unidos, donde el presidente Bush se retira a su casa a las seis de la tarde y deja el país en manos de Dick Cheney (el vicepresidente) con su marcapasos. Y ese es el que tiene el maletín con el botoncito que puede hacer talco al planeta, si así lo decide'', comenta con esa típica reacción suya de responder siempre comparando la realidad cubana con la de su vecino y rival de siempre, Estados Unidos.
-El desmayo del presidente Castro, hace dos semanas, desató el debate sobre la sucesión en Cuba.
-Aparte de la significación de Fidel, de sus méritos históricos, de su estatura de estadista y patriota, es un error considerar el tema de su sucesión como si la revolución fuera una monarquía, una republiqueta del siglo XIX. Cuba tiene leyes transparentes. En todos los niveles de gobierno, el primer vicepresidente sustituye al presidente cuando éste falta. En ausencia de ambos, la Asamblea decide.
-No es una sucesión cualquiera, se trata de Fidel Castro.
-Correcto. No es lo mismo. Ese es el problema. Pero el mecanismo de la sucesión está previsto.
-Es de suponer que dejará un gran vacío, que habrá tensiones internas. Por cierto, Alarcón, su nombre está entre los primeros de la lista de los hombres de la sucesión.
-Mencionan a Carlos Lage, me mencionan a mí, a Felipe (Pérez Roque, el canciller) y a dos o tres compañeros. Es que internacionalmente somos más conocidos. En el caso mío, yo siempre digo medio en broma medio en serio, que mi obligación constitucional es clarísima: tengo que presidir la reunión de la Asamblea en la que se elige al nuevo Consejo de Estado. Y para que fuera yo, creamos otro enredo, porque hay que elegir a un nuevo presidente de la Asamblea. O sea que si hay uno que en este esquema no tiene ubicación en el Consejo de Estado, ése soy yo. Es un detallito a tomar en cuenta.
''Con esto yo no me estoy excluyendo. En ese caso se tendría que buscar a otro que dirija la Asamblea. Lo que sí es que dentro del sistema nuestro, quien asuma tiene que ser diputado. Y Felipe, Lage, yo y todos ellos lo son. De entrada, es Raúl Castro quien sustituye a Fidel, no porque sea hermano de Fidel sino porque es primer vicepresidente del Consejo de Estado. Y no lo es por ser hermano de Fidel, porque la familia Castro Ruz es bastante numerosa y ni Ramón Castro ni sus hermanas son del consejo. Raúl lo es por mérito propio y hasta la fecha no hay ninguna ley que prohíba que alguien pueda acceder a algún cargo por ser hermano de quien es. Habría entonces que elegir a otro primer vicepresidente para que releve a Raúl. La Asamblea es la que tiene que elegir a los dos.
''Volviendo a los nombres, un analista serio tiene que ir a estudiar el sistema ahí mismo, no a la distancia. En estos 42 años ha ocurrido un proceso natural, de tránsito. Eso es la vida, que pasa de padres a hijos, de maestros a alumnos. Hemos evolucionado'', dice.
-¿Ese mecanismo constitucional es temporal o también en caso de que la ausencia del presidente sea definitiva?
-Fue una resolución tomada en marzo del 98, que prevé la sustitución. Esta puede ser temporal o definitiva. Y sí, implica más cambios.
-¿Tensiones internas?
-Conmoción es lo que va a haber por el cariño que el pueblo le tiene a Fidel. Pero déjame decirte que el día antes se desmayó el vocero de la Casa Blanca. A 10 grados menos de temperatura, bajo techo, bastante más joven que Fidel y mucho menos trabajado. El asunto fue resuelto muy sencillamente por los medios: fatiga por calor. Y asunto olvidado.
''Acabo de leer un artículo muy interesante sobre democracia y el estado de salud de los dirigentes más importantes del mundo. Francois Mitterrand vivió como siete años con cáncer y ejerciendo el poder. Ronald Reagan sufría de Alzheimer ya estando en la Casa Blanca, y el mundo no lo sabía. En Miami, donde dicen que están esperando ver pasar el cortejo fúnebre, ¿recuerdas alguna vez haber leído algún informe sobre el estado de salud de Jorge Mas Canosa? Su cáncer fue un gran secreto. Y de pronto, murió. ¿Y de dónde salió su sucesor? Del vientre de su esposa, un hijito que tenía por ahí. ¡Esa es la gente que está haciendo esa gran alharaca sobre los secretos de salud de Fidel y los misterios de la sucesión!''
-Bueno, pero ese no es el tema. La sucesión en Cuba es algo realmente importante.
-Sólo estoy comparando. Es como cuando el pobre Nixon tuvo que renunciar antes de que lo botaran, pero antes le botaron al vicepresidente. Cuando el enredo ese de Watergate, ningún estadunidense tenía ni la mínima idea de cómo iba a ser la sucesión en Estados Unidos. Y eso que estamos hablando de la persona que iba a tener el maletín con el botoncito ¡en plena guerra fría, fíjate tú!
La vida es así
-No es que la muerte de Fidel Castro se vea a corto plazo. Pero el tiempo no perdona y la edad es la edad. Y más allá de los extremos, hay gente preocupada de que la ausencia de Fidel Castro resquebraje el sistema actual. Ya sabe, el famoso ''peor escenario'' de los analistas.
-Uno de los grandes aportes de Fidel es el haber logrado la unidad de todas las fuerzas revolucionarias de Cuba, cosa nada sencilla al principio. Todas estas preguntas de qué pasará sin Fidel tenían relevancia hace 40 años, 30 años, en una etapa temprana de la revolución. Por eso dedicaron tanto esfuerzo en matarlo, ¡628 atentados de la CIA! Pero ahora ya estamos en la siguiente generación. O sea que esa pregunta está desfasada 35 años.
-De la famosa era post Castro...
-En Cuba no hay una época post Martí, porque su legado no desapareció. Los que han tratado de reducir la idea de la revolución a una sola persona tienen esa desgracia, que no ha sido así. Cerca de 30 años después de la muerte de Martí nació Fidel. No son iguales, pero Fidel pudo hacer lo que no pudo hacer Martí: dirigir la etapa creadora de la revolución. En ese sentido sí existe un post Castro, si por eso entendemos su posterioridad, su sobrevivencia.
-¿Por qué cree usted que Cuba vaya a tener una transición diferente a la que tuvieron en los noventa los demás países del bloque socialista? Una transición de los sistemas de partido único ?el comunista? a elecciones y capitalismo.
-¿Diez años después todavía me haces esa pregunta? ¡Por favor! Con la caída del muro de Berlín se suponía que Cuba tenía que evolucionar como el resto del bloque socialista. Ya nadie se acuerda que nos decían satélite de la Unión Soviética. ¿Y qué pasa con los satélites cuando el sol se apaga? Desaparecen. Esa cosa llamada Unión Soviética ya no existe y nosotros no hemos dejado de existir. ¿Por qué? Porque no éramos satélite.
-¿Cuál es el saldo de estos diez años? ¿No es de hecho lo que ha ocurrido en este periodo una transición en sí misma?
-¿Qué es transición? Moverse, transitar. Evolución, cambio, vida. Nosotros hemos estado haciendo eso desde el primer día. La revolución no es inmóvil.
-¿Cuál es el balance de esa década tan difícil?
-Se puede hacer un largo inventario. Y también, con toda humildad, ver alguna que otra lección que pudiera ser útil a otros. El país que se supone debía haber desaparecido hace más de 10 años, el eslabón más débil del campo socialista porque era el único separado geográficamente del bloque euroasiático, el único a 90 millas de Estados Unidos, el único bloqueado. Se produce lo que se sabe, desaparece el CAME, se extiende esa palabreja de la globalización -que no es otra cosa que la expansión del capitalismo- y Cuba tiene dos opciones: o mudarse de planeta, cosa que hasta ahora tecnológicamente hablando no es fácil, o seguir viviendo en este planeta que sigue evolucionando, porque este no es el fin de la historia. A la vez, se acrecienta el bloqueo y Estados Unidos legisla para cancelar nuestra posibilidad de sobrevivir.
''Cuba entonces tiene que comerciar, buscar inversión en el mundo real, y se da el lujo de hacerlo sin hacer lo que está de moda en otras partes del mundo, privatizarlo todo, abrir todos los mercados a capital extranjero. Hicimos una ley de inversión extranjera que la condiciona a la aprobación gubernamental. Nosotros decidimos, junto con el inversionista, los términos de la inversión. No hacemos concesiones a eternidad. Y no son pocos los que vienen a invertir.
''¿Qué está pasando ahora con Aerolíneas Argentinas? Yo me acuerdo de los cánticos de los capitalistas cuando los argentinos vendieron su aerolínea. Ahora el gobierno de Argentina se quedó sin la empresa y ya no tiene un kilo (peso, en lenguaje popular cubano) partido por la mitad. En Cuba restauramos la telefonía, la modernizamos en asociación con una empresa italiana por un periodo de tiempo limitado. La población se benefició y el Estado también, porque las utilidades se comparten y algún día esos bienes de capital pueden ser nuestros, si así lo decidimos.
''¿Y la producción de níquel, que ha alcanzado su tasa más alta de la historia? ¿Y el 90 por ciento de la electricidad que consumimos hoy, que se genera con petróleo cubano? Todo, sin vender ni un cachito así de nuestro patrimonio''.
El ''entorno solidario"
-¿Diría usted que hay una buena dosis de incomprensión del sistema político cubano?
-Hay dos libros que analizan muy bien esta realidad y que no fueron elaborados por nosotros. Uno, publicado por Siglo XXI, Cuba en los noventa, y el de la CEPAL, La economía cubana. Primera constatación: lo que significó para Cuba la desaparición del campo socialista fue algo peor que los efectos de la gran depresión en los 30. Segunda constatación: a pesar del batacazo y de la continuidad del bloqueo, el costo social en Cuba ha sido incomparablemente menor al del resto de América Latina. ¿Por qué? Tercera constatación: porque en Cuba se aplicaron estas medidas en un entorno social solidario.
''¿Y qué cosa es eso? Que tratamos de enfrentar la peor crisis económica de nuestra historia sin abandonar las conquistas básicas de la revolución. Continuaron los subsidios, los apoyos y la seguridad social. Ellos hacen una crítica correcta que se ha discutido mucho en el Parlamento, que es que con esta política social nosotros no podemos tener un presupuesto balanceado sin cobrar impuestos. Es de los pocos países en los que los empleados y los trabajadores no contribuyen a financiar su propia seguridad social. Pero nosotros creemos en la democracia y cuando se discutió la ley de la base tributaria, los diputados sindicalistas y base obrera se opusieron. Esto fue en 1995.
''No es casualidad que no se den a conocer estas características del sistema cubano en el exterior. Hay temor de que se conozcan estos escenarios y se repitan. Ahora, en la sesión de verano, tenemos que definir la labor de los tribunales y la fiscalía, que responden ante la Asamblea Nacional. Una de las cosas que más hemos estado profundizando con el Tribunal Supremo Popular es la protección de los derechos ciudadanos y la justicia laboral.
''En cada centro laboral funcionan los órganos de justicia laboral de base, que los compone un representante del empleador, uno del sindicato y otro elegido por el colectivo de trabajadores. Las decisiones de estos órganos son apelables y si un trabajador no está de acuerdo con un fallo de separación de cargo o baja de salario, puede ir al tribunal municipal y llegar hasta la Suprema Corte. La estadística más reciente es que 52 por ciento de las veces se falla a favor del trabajador.
Pendientes de la agenda
''Tú prende la televisión ahora mismo y verás que en el programa éste de Money Line están hablando de la planta de Firestone que va a cerrar y que va a afectar a miles de trabajadores. Pero si tú le dices a uno de ellos que lleve su caso a la Suprema Corte, te va a decir que eso es cosa de locos. Pues en Cuba, no lo es.''
-A Cuba se le reconocen sus logros en lo que toca a los derechos sociales y económicos, pero los derechos políticos siguen siendo un pendiente. El tema del partido único, derechos civiles y políticos, diversidad en los medios de comunicación, derecho a disentir ?se le comenta a Alarcón.
-Bla bla bla político. Para qué les sirven a las personas esos derechos si pueden poner sus vidas patas arriba y no saber ni cómo ni cuándo sucedió. Ahora que el New York Times separó de sus puestos de trabajo a miles de empleados ¿ellos pudieron expresarse en las páginas del diario? ¿O expresar su desacuerdo en el colectivo de trabajo? ¿Pudieron discutirlo con la familia propietaria?
''No es verdad que en el mundo la gente goce cada vez más del respeto a sus derechos individuales y civiles. Por derechos políticos se entiende ir a votar una vez por los políticos. Y ahí se acaba.''
-No solamente. Cada vez más se impone la idea de democracia como participación de la sociedad civil en la toma de decisiones ?se le dice al político cubano.
-¿Pero realmente se le da importancia a la sociedad civil, cada vez más?
-La sociedad civil se toma a sí misma muy en serio, cómo no.
-Ah, esa es otra cosa. Esta sociedad civil se moviliza cada vez más porque no se le toma en cuenta. Los globalifóbicos, parece que este término salió de un mexicano ¿no?
-De Ernesto Zedillo.
-¡No me digas! Pues esos que desbarran contra los globalifóbicos es porque no entienden esa diversidad de protestas en su mundo globalizado, injusto, ordenado y misterioso.
-En el mundo esas protestas han tenido gran protagonismo desde la batalla de Seattle y aun antes. Pero no se ve mucho de la sociedad civil en Cuba...
-Más bien no se entiende. Los sindicatos obreros son una de las organizaciones más antiguas de la sociedad civil. En América ¿crece el movimiento sindical? Todo lo contrario. Es verdad que hay unas expresiones que tienen más espacios y que han surgido nuevas porque hay problemas nuevos, como el movimiento ambientalista. O los movimientos pacifistas que tuvieron su momento culminante cuando la guerra fría. Después bajó su prioridad en la agenda, pero ahora con la ayuda del compañero Bush, con su amenaza de la guerra de las galaxias, se puede levantar otra vez.
''Hay gente que cree que Cuba es Fidel Castro y que el resto somos una serie de idiotas aburridos, que no pintan, no cantan ni comen frutas, que no viven como las demás personas. En Cuba hay, yo diría, una sociedad mucho más rica en muchos aspectos. ¿Qué de malo tiene que los trabajadores ejerzan la autoridad y lleguen al poder? ¿Qué, para poder seguir siendo sociedad civil, no me debo contaminar con la acción gubernamental? Es al revés, la aspiración de todo trabajador es ser la fuente de poder, que los parlamentos no puedan aprobar ninguna ley con la que ellos no estén de acuerdo. Nosotros cometemos el pecado de incorporarlos al proceso social de la toma de decisiones. ¿No es eso la democracia? Eso no hace que la sociedad civil se marchite. Al contrario, es su realización.
''Fukuyama, ése que mató a la historia, describió hace poco en una revista de Harvard cómo desfallecen la sociedad civil y la vida comunitaria en Estados Unidos. El plantea que la sociedad del mundo globalizado, desde los sindicatos hasta las universidades, pasando por el Club de Leones, ha dejado de expresarse. Los únicos que van en ascenso son las organizaciones que luchan contra el sida y Alcohólicos Anónimos''.
LOS POSIBLES ''HOMBRES DEL RELEVO''
General Raúl Castro. Ministro de Defensa, grado de general del ejército (cinco estrellas, es el único que lo detenta), segundo secretario general del PCC y primer vicepresidente del Consejo de Estado y vicepresidente del Consejo de Ministros. Miembro del Buró Político del Partido Comunista, igual que todos los de esta lista. La reforma política de 1998 establece que el primer vicepresidente del Consejo de Estado relevará a Fidel en caso de ausencia temporal o definitiva.
Carlos Lage Dávila. Médico de profesión y 49 años de edad. Vicepresidente del Consejo de Estado, secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, cargo equivalente a jefe de gobierno. Es considerado como arquitecto de la reforma de la economía.
Ricardo Alarcón. Presidente de la Asamblea Nacional. Tiene 64 años de edad. Es el responsable de la política frente a Estados Unidos. Lleva la batuta en cuestiones estratégicas, tanto de política exterior como de política interna.
General Abelardo Colomé Ibarra (El Furri). Con 69 años de edad, es ministro del Interior. Uno de los dos oficiales con grado de general de cuerpo de la fuerza armada. Sólo hay uno con grado superior, general de ejército Raúl Castro Ruz... Al inicio de la revolución, en los años más duros de la actividad contrarrevolucionaria, fue jefe del Departamento de Operaciones de Seguridad (60-61). Fue jefe de la expedición cubana en Angola, entre otras misiones de primer nivel.
Felipe Pérez Roque (36 años). De la nueva camada, sale de la mata de la Federación de Estudiantes Universitarios a las oficinas de Fidel Castro, como brazo ejecutor de muchas de sus iniciativas. Ingeniero electrónico, inicia su protagonismo público cuando sustituye en el Ministerio de Relaciones Exteriores a Roberto Robaina.
Abel Prieto (42 años). Ministro de Cultura, un área considerada en la actual coyuntura como estratégica en la batalla ideológica.
Marcos Portal (58 años). Ministro de la Industria Básica, ejecutor de la política económica dentro de la industria. Se le considera responsable de logros como la recuperación en la producción del níquel a niveles que tenía antes de la crisis, y la quintuplicación de la producción petrolera. (Blanche Petrich)