VIERNES Ť 6 Ť JULIO Ť 2001

Ť La reducción en México será considerable en la próxima década, según el IMP

Durarán menos de 41 años las reservas mundiales de crudo

MIRIAM POSADA GARCIA

En un trabajo inédito, el Instituto Mexicano del Petróleo (IMP) reveló que las reservas de crudo en el mundo durarán menos de 41 años, y en el caso específico de México, precisó que bajo cualquier escenario de crecimiento económico, las reservas tendrán una disminución considerable en la próxima década, debido a que 70 por ciento de la energía requerida en el país será proveída por la industria de hidrocarburos.

En su prospectiva de la investigación y el desarrollo tecnológico del sector petrolero al año 2025, el IMP señaló que la industria petrolera se mantendrá como la principal fuente de suministro de energía en el país; la extracción total pasará de 3 a 4.1 millones de barriles diarios, la refinación tendrá un crecimiento modesto de 2.1 por ciento anual de destilados intermedios y la producción de combustóleo disminuirá de 474 a 259 millones de barriles.

En un escenario de crecimiento de 6 por ciento anual del producto interno bruto (PIB) para los próximos 25 años, el consumo final de energía tendría incrementos de 4 por ciento por año, el sector industrial sería el mayor consumidor al aumentar su participación nacional del 34 por ciento registrado el año pasado a 45 por ciento en 2025.

El sector residencial presentará un crecimiento en el consumo de 3.7 por ciento por habitante; el transporte tendrá una pérdida relativa en el consumo total de energía, el diesel y la gasolina se mantendrán como los principales insumos, mientras que los combustibles alternativos lograrán una penetración de 10 por ciento en el mercado.

El documento elaborado por el IMP advirtió que la tendencia de consumo de las reservas petroleras nacionales hacen "crítico e impostergable" intensificar las tareas de exploración petrolera y el uso de nuevas tecnologías en las cuencas conocidas y en las localizadas en aguas profundas.

Asimismo, indicó que las proyecciones en las reservas muestran que el crudo tipo pesado Maya seguirá predominando por arriba de 50 por ciento del total, por lo que estimó que se seguirá refinando en México, pero acotó que para los años 2006 y 2018 será necesaria la construcción de nuevas refinerías productoras de combustibles limpios, tradicionales, nuevos y de mínima producción de residuales.

Para el Instituto Mexicano del Petróleo es posible que en los próximos 25 años el desarrollo tecnológico avance rápidamente, así como la creación de modelos e infraestructura que faciliten la caracterización y visualización de yacimientos de crudo y gas a distancia, en parte debido a la evolución de la capacidad de las computadoras.

Y advirtió que la competitividad internacional del sector petrolero mexicano en el próximo cuarto de siglo dependerá de sus adquisiciones en materia de tecnología de punta y del desarrollo de su capacidad de innovación, así como de la eficiencia con que incremente, administre y aplique los conocimientos científico y tecnológico.

Los retos definidos por el IMP para el desarrollo del sector petrolero nacional incluyen, entre otros, la planeación estratégica y tecnológica, la identificación de proyectos de investigación y desarrollo tecnológico sobre los que México requiera y le convenga tomar ventaja como parte esencial del negocio, concretar alianzas estratégicas con empresas e instituciones de educación superior.

Además, estructurar esquemas más completos de monitoreo tecnológico para proponer opciones de desarrollo, promover planes, políticas, acciones y normatividad para asegurar el desarrollo de dichas opciones, así como impulsar la excelencia de los administradores de la ciencia y la tecnología.

El IMP reconoció que el desarrollo de esta prospectiva lleva una visión optimista del mundo en 25 años, tiempo en el que la economía mundial crecerá a un ritmo de 3.5 por ciento anual, las naciones de mayor crecimiento serán las llamadas en desarrollo, donde se disponen de recursos humanos y naturales, además de que la generación de riqueza tendrá como origen principal el desarrollo tecnológico, toda vez que las actividades que darán mayor impulso a la economía serán, entre otras las vinculadas a la agrobiotecnología, la genética, la computación, la teleinformática, las comunicaciones y transportes y los materiales.