VIERNES Ť 6 Ť JULIO Ť 2001

ECONOMIA MORAL

Julio Boltvinik

Bienestar social en México al fin del milenio

La economía moral es convocada a existir como resistencia a la economía del "libre mercado": el alza del precio del pan puede equilibrar la oferta y la demanda de pan, pero no resuelve el hambre de la gente

Nueva Información


EN LAS ULTIMAS semanas se han hecho públicas dos fuentes muy valiosas para el análisis del bienestar y de la pobreza en México, ambas con datos referidos al año 2000. Por una parte, la información definitiva del XII Censo General de Población y Vivienda, que se ha puesto a la venta en forma de disco compacto y de tres tomos. En el disco compacto, además de las tabulaciones contenidas en los tres tomos, se incluyen las tabulaciones por entidades federativas, desagregadas por municipio. Se trata del adelanto de los tomos por entidad federativa que no se han publicado todavía. Además, el disco compacto contiene la base de datos del cuestionario ampliado, que se aplicó a uno de cada 10 hogares aproximadamente. Se trata de la más detallada base de datos de la que haya dispuesto el público en general en nuestro país. Un archivo gigantesco que cubre 2.2 millones de habitantes. Por otra parte, las tabulaciones de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH2000) han sido colocadas en el portal electrónico del INEGI, aunque la base de datos no se ha puesto a disposición del público.

LAS DOS FUENTES, junto con la Encuesta Nacional de Empleo (tanto la que cubre 48 ciudades y que lleva el apellido urbano, como la que cubre todo el país), serán elementos privilegiados para evaluar el estado de la nación en lo social. Para realizar el diagnóstico que el Plan Nacional de Desarrollo no realizó. En la presente entrega comienzo un análisis de estas fuentes, cuya riqueza requerirá de mucho trabajo por parte de muchos investigadores e instituciones.

Las necesidades básicas 1970 2000


EN EL CUADRO 1 presentó una actualización de la trayectoria de satisfacción de las necesidades básicas en México desde 1970 al 2000. Se trata de cinco observaciones en el tiempo, en casi todos los casos, basadas en cuatro censos de población y vivienda, y en el conteo de población de 1995. En varios trabajos previos1 he venido actualizando una parte de los diagnósticos originalmente llevados a cabo por Coplamar2(Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados). En particular he estado actualizando una parte de los diagnósticos referidos a educación, vivienda, servicios de la vivienda, salud y seguridad social.

NO HE ACTUALIZADO los diagnósticos de alimentación que en Coplamar se basaron en el procesamiento de la parte de gasto alimentario de la ENIGH77, convirtiendo el gasto en cantidades de alimentos (interpretadas como ingestas de los hogares) y éstas en nutrientes, identificando así a la población cuya ingesta no le permite satisfacer sus necesidades nutricionales. Hasta donde estoy enterado, nadie ha continuado con esta línea de trabajo. Los cálculos de índices de marginación por municipio se ha convertido en tarea institucional del Consejo Nacional de Población (Conapo). En cuanto a los análisis que se presentaron en Macroeconomía de las Necesidades Esenciales, Enrique Hernández Laos ha realizado diversos trabajos en la línea analítica que explora las posibilidades macroeconómicas de satisfacción de las necesidades esenciales de la población, mientras yo he llevado a cabo diversas tareas en relación con la revisión de la Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales, cuyo costo constituye la línea de pobreza.

Evolución Paradójica de las pobrezas


ANTES DE ANALIZAR los datos del cuadro 1 conviene recordar lo que he señalado en anteriores ocasiones. En los periodos de crisis hemos observado que mientras la pobreza por ingresos (población que vive en hogares cuyo ingreso per cápita es menor que la línea de pobreza) crece rápidamente, lo que podríamos llamar las pobrezas específicas (pobreza educativa, de vivienda, de servicios de la vivienda y de salud y seguridad social) ha continuado bajando. Esta paradoja la he explicado, básicamente, porque la satisfacción de estas necesidades no depende del ingreso de los hogares, que son los inmediatamente afectados por las crisis.

Pobrezas educativas


LA EVOLUCION DE las pobrezas educativas consideradas en el cuadro es hacia la baja durante casi todo el periodo analizado. Sin embargo, es evidente que el ritmo de disminución es mucho más rápido en la década de los setenta que en las dos siguientes. Por ejemplo, la pobreza promedio que era de 53.6 por ciento en 1970 disminuye 20 puntos porcentuales en la primera década, sólo 6 puntos en la segunda y 8.5 en la tercera. Esto ocurre así en la indigencia educativa de adultos (población sin instrucción), en el promedio ponderado de adultos y en la pobreza educativa de menores, siendo éste el caso más espectacular. En efecto, la inasistencia de menores a la primaria cae desde 36 a 13.5 por ciento en la primera década (es decir se reduce casi a la tercera parte) se estanca encuadro SINTESIS los años ochenta (sólo pasa de 13.5 a 13.1 por ciento), vuelve a caer muy rápido en la primera parte de los años noventa y vuelve a un cambio lento en la segunda parte. De cualquier manera, el cambio en 30 años es espectacular: de no asistir a la escuela 36.1 por ciento de los menores en 1970, sólo deja de hacerlo 5.4 por ciento en el 2000.

Pobrezas de vivienda y sus servicios


EN ESTA MATERIA he evaluado el hacinamiento o pobreza del espacio habitacional y la dotación de servicios en la vivienda. El promedio de ambos grupos de indicadores evoluciona desde una pobreza de 48.5 por ciento a una de 21.4 por ciento. El avance, otra vez, es mucho más rápido en los años setenta, bajando la pobreza en este decenio 15 puntos porcentuales, mientras en los dos siguientes juntos baja sólo 12 puntos porcentuales.

Pobrezas de salud y seguridad social


HASTA AQUI LOS datos provenientes de los censos de población. La evaluación de la pobreza de salud y seguridad social se lleva a cabo con otras fuentes. La de seguridad social con base en los registros administrativos de las instituciones del sector. La de acceso a los servicios de salud la llevo a cabo siguiendo la metodología desarrollada en Coplamar y que consiste en transformar los datos de seis recursos en sus respectivas capacidades de cobertura poblacional a través de indicadores del número de habitantes que se pueden atender adecuadamente con una unidad del recurso. Por ejemplo, con un quirófano se puede prestar un servicio adecuado a 16 mil 667 habitantes. Por tanto, con los 2 mil 676 quirófanos que existían en el sistema de salud del sector público en 1998 (año más reciente para el que se dispone de datos confiables) se pueden atender 44.6 millones de personas. Una vez obtenida la cobertura que cada uno de los seis recursos puede proporcionar, se obtiene su media simple que se interpreta como la capacidad de cobertura potencial por recursos de los servicios de salud del sector público.

COMO SE APRECIA en el cuadro, la pobreza de seguridad social que había bajado rápidamente tanto en los años setenta, como en los ochenta hasta 1989, sufre un vuelco lamentable (producto de la abrupta apertura de la economía que llevó al cierre de muchas empresas) y en 1995 apenas recupera el nivel que tenía en 1981. La mejoría mostrada desde entonces lleva a que en 1999, según los registros administrativos de las instituciones, 41.3 por ciento de la población no esté cubierta por la seguridad social, nivel igual al de 1989.

EN EL CUADRO se han añadido datos de por ciento de población no cubierta por la seguridad social (no derechohabiente) provenientes del Conteo de población de 1995 y del Censo del 2000. Por primera vez en estas fuentes se preguntó sobre el acceso a la seguridad social. Los resultados son muy divergentes de los emanados de los registros administrativos (62.5 por ciento y 58.6 por ciento no cubierto por la seguridad social en 1995 y en el 2000, muy arriba de los datos de éstos) y pone en duda su confiabilidad. Empieza a ocurrir en salud lo que ocurrió durante muchos años en materia de educación, en la cual los datos de matrícula escolar en primaria arrojaban un porcentaje de atención a más de ciento por ciento de la demanda de educación primaria (definida como los niños de 6 a 14 años de edad que no han terminado su educación primaria), mientras los datos censales arrojaban una importante inasistencia (véase renglón 5 del cuadro 1).

POR LO QUE se refiere a la capacidad de cobertura de los servicios de salud, la serie comienza en 1978. Se aprecia, sin embargo, que en los tres años del primer periodo (1978-1981), la disminución de la pobreza de servicios de salud (10 puntos porcentuales) es de un orden de magnitud equivalente a la que se alcanzó en cada una de las siguientes décadas. Sin embargo, debe notarse que casi toda la reducción de esta pobreza durante los años noventa ocurrió entre 1995 y 2000. Habrá que seguir analizando estas dos fuentes de información sumamente ricas.

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1 Julio Boltvinik, "Condiciones de vida y niveles de ingreso en México, 1970-1995" en José Antonio Ibáñez Aguirre (coord..), Deuda externa mexicana: ética, teoría, legislación e impacto social, Universidad Iberoamericana, Plaza y Valdés Editores, México, 1998, pp. 251-395. También puede verse Julio Boltvinik, "Articulación entre las políticas económica y social en México 1970-1995. hacia una tipología de periodos", en Rolando Cordera y Alicia Ziccardi (coordinadores), Las políticas sociales en México al fin del milenio, Miguel Angel Porrúa y UNAM, México, 2000, pp. 583-606.

2 Véase Coplamar, Serie Necesidades Esenciales en México, Seis volúmenes; Alimentación, Educación, Salud, Vivienda, Geografía de la Marginación, Macroeconomía de las necesidades esenciales, Siglo XXI editores, 1982-1983, actualmente en quinta edición.