VIERNES Ť 6 Ť JULIO Ť 2001
MEXICO S.A
Carlos Fernández-Vega
RAPIDITO Y DE buen modo, el gobierno del cambio autorizó la venta del Grupo Financiero Banamex-Accival al gigante Citigroup, consolidando, así, el traspaso del sistema nacional de pagos a los intereses extranjeros, básicamente españoles y estadunidenses. Sin embargo, es necesario reconocer que los dueños de la banca reprivatizada -de origen mexicano, de acuerdo con los arqueólogos-, tampoco garantizaban seguridad alguna.
CON SU AVAL, el presidente Fox fortalece su propia tesis en torno a las coincidencias con el zedillato: en política económica, tras siete meses de ejercicio, cambiar lo que se llama cambiar, no ha cambiado nada. Lejos de ello, la línea es recta, y chin chin el que no se quite. Un nuevo acierto, sin duda, que los organismos de seguridad nacional deberían evaluar, dado que 80 por ciento de la banca que opera en el país ya no es mexicana, y difícilmente responderá (todavía menos) a los intereses nacionales.
MAS ALLA DE los depósitos del público ahorrador, la cartera crediticia activa, el pagaré Fobaproa, las sucursales y demás inventario del Banco Nacional de México, Citigroup -una de las lavanderías legalizadas más grande del planeta- se lleva un tesoro: el acervo cultural del Grupo Financiero puesto en venta por Roberto Hernández Ramírez y Alfredo Harp Helú.
DE ACUERDO CON su propia información, dicho acervo, congregado por Fomento Cultural Banamex en 30 años de actividad, se puede resumir en lo siguiente: varios inmuebles artísticos de la época del virreinato, entre los que se cuentan el Palacio de Iturbide y el Palacio de los Condes de San Mateo de Valparaíso, en la ciudad de México; la Casa del Mayorazgo de la Canal, en San Miguel de Allende, Guanajuato; la Casa del Diezmo, en Morelia, Michoacán; la Casa de Montejo, en Mérida, Yucatán, y la Casa del Conde de Súchil, en Durango, Durango.
ADEMAS: LA BIBLIOTECA, conformada por 4 mil 723 materiales bibliográficos especializados en arte, principalmente de arte mexicano e historia de México; la filmoteca, integrada por 98 películas en 16 milímetros, destinadas como apoyo didáctico para la educación básica; la videoteca, con 253 videos en formato VHS y 71 en formato Beta que contienen temas culturales, de interés general y de apoyo didáctico; la fototeca, que cuenta con 21 mil 938 materiales fotográficos de las obras artísticas que han formado parte de las exposiciones realizadas, así como de las imágenes de diversa índole contenidas en los libros publicados.
TAMBIÉN, LA FOTOTECA de arte popular, que contiene 34 mil 800 materiales fotográficos de las diversas ramas y técnicas artesanales de México (archivo histórico compilado en esas tres décadas); la diapositeca, que reúne imágenes arquitectónicas de los siglos XVI al XX, de arte prehispánico, de geografía, de obras de arte y de arte rupestre, entre otras. Cuenta con 21 mil 572 diapositivas de 35 milímetros y la diapositeca/montajes, formada por 5 mil 631 diapositivas de 35 milímetros en montajes, básicamente de las producciones en 16 milímetros de los documentales Tres mil Años de Arte en México y El legado de los Mayas.
Así, no sería nada raro observar, en breve, -con ese sofisticado y estético concepto que del arte y la cultura tiene el Citigroup- la transformación y redecoración de esas bellezas arquitectónicas -como lo son los Palacios de Iturbide y de los Condes de San Mateo o las Casas de Montejo, del Mayorazgo del Canal o del Diezmo- en sucursales de fast food, con el logotipo del payasito mamón en sus frontispicios, o en sucursales bancarias oferentes de tarjetas de crédito con una módica tasa de interés ocho veces superior al crecimiento de la inflación.
DE TODAS MANERAS, no hay por qué ser exigente: la globalización, el capitalismo salvaje y el mercado "humanista" promovido por el gobierno del cambio y su alter ego, el zedillato, bien vale el sacrificio de nuestro patrimonio histórico. (Por cierto, va el dato para el gobierno del cambio: allá en Teotihuacán hay un conjunto de piedritas apiladas que tal vez se puedan vender o intercambiar por inversión extranjera; un mall quedaría espléndido en ese terrenote improductivo).
EL HECHO ES que en unas cuantas semanas la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y las comisiones Federal de Competencia y Nacional Bancaria y de Valores despacharon el asunto: en una operación de compra-venta libre de impuestos, el Grupo Financiero Banamex-Accival se convierte en filial del Citigroup. Con ello, esta institución controlará 26.1 por ciento del mercado bancario que opera en el país. Y en la decisión también hubo buen humor, como el de la CFC
PERO, BUENO: Banamex se va, se fue. En una década, sus nuevos propietarios tiraron a la basura más de un siglo de tradición bancaria: 12 mil 500 millones de dólares, libres de polvo y paja, bien valen una misa. Y la inversión de esos dineros en un cada vez más cercano sector energético nacional privatizado, dos.
Y YA QUE el presidente Fox reivindicó la figura de Ernesto Zedillo y su personal estilo de gobernar, a la voz de ya, como resortes, los diputados panistas y priístas se quitaron la desdibujada máscara de la democracia que portan, cumpliendo de nueva cuenta el triste papel que les tocó desempeñar en el sexenio del bienestar para la familia: de la mano, impidieron que la Comisión Permanente del Congreso de la Unión aprobara la inmediata discusión de hacer un exhorto a la Junta de Gobierno del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario, para que atienda las recomendaciones del Organo Superior de Fiscalización de auditar a los bancos con créditos irregulares en el Fobaproa, entre ellos Banamex (La Jornada, 5 de julio, Andrea Becerril).
EL PUNTO DE acuerdo fue llevado a tribuna por el coordinador de los senadores perredistas, Jesús Ortega, quien insistió en que hasta la fecha el IPAB no ha puesto en práctica las indicaciones que le formuló, desde septiembre del año pasado, la Auditoría Superior de la Federación, a fin de reducir el costo fiscal del rescate bancario. El legislador resaltó que dada la coyuntura, en la que destaca el proceso de venta del Grupo Financiero Banamex-Accival al Citigroup, era necesario dar a su propuesta el trámite de urgente y obvia resolución, "a fin de discutirla y aprobarla ayer mismo". Pero no, para qué si "ayer mismo" el gobierno del cambio se pronunció positivamente en torno a dicha venta, y la mancuerna priístas-panistas impusieron (šOH nostalgia!) su voto, rechazando tal procedimiento. El punto de acuerdo duerme, feliz, en comisiones.
Las rebanadas del pastel:
EL "NEGOCIO DEL SIGLO" sigue rindiendo frutos: las arcas federales no recibirán ni un quinto por el generoso business de Roberto Hernández y Alfredo Harp con Citigroup, pero probablemente de ellas sí saldrán unos cuantos pesos para "copetear" la operación. Previo compromiso formal por escrito con las autoridades mexicanas, Banamex difundió ayer un comunicado en el que, entre otras cosas, señala que "en nuestros actuales estatutos sociales se contiene una cláusula que establece un derecho de preferencia, que puede ser ejercido durante un término de 15 días hábiles, para que el Gobierno Federal adquiera el Patrimonio Cultural de Banamex, si éste decidiera enajenarlo". Pero, generosos que son los dueños de la institución, dichos estatutos "se reformarán, con el fin de prever que el gobierno federal tendrá un plazo de 180 días hábiles para ejercer el derecho de preferencia antes señalado". ƑQuién da más?
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