VIERNES Ť 6 Ť JULIO Ť 2001
Ť Destinará la institución financiera 20 mil mdd a combatir la miseria extrema
Colocar a pobres al centro de la toma de decisiones, sugiere el BM
ROSA ELVIRA VARGAS
El Banco Mundial destinará este año 20 mil millones de dólares para combatir la pobreza en la cual se debaten mil 200 millones de personas que viven con menos de un dólar al día y otros dos mil millones que lo hacen con menos de dos dólares.
"Eso da la idea del tamaño'' de la miseria, estableció Olivier Lafourcade, subdirector regional de la institución para Colombia, Venezuela y México, país en el cual ubicó en esa situación de carencia a casi 40 por ciento de su población.
Resaltó que un problema básico es la ca-rencia de poder de los pobres para influir en las decisiones que les afectan.
Las personas que viven en la miseria -resaltó el funcionario- no pueden ejercer libertades fundamentales de expresión, acción y decisión. Por ello, hoy ya no basta hablar de crecimiento económico; es fundamental reflexionar sobre la pauta y la distribución de las oportunidades que brinda ese desarrollo para hablar de la calidad del mismo.
El representante de una institución a la que con frecuencia se le señala por obligar a los gobiernos nacionales a imponer políticas económicas que generan más pobreza, dijo que deben introducirse reformas en los mercados como factor clave de expansión de oportunidades de empleo, producción, acceso a vender en el mercado y obtención de ingresos para los pobres.
Durante su participación en el Taller de análisis sobre la participación ciudadana en políticas públicas, organizado por la oficina de Rodolfo Elizondo en Los Pinos, el funcionario de la institución recomendó "colocar a la población pobre al centro de la toma de decisiones'', y subrayó que la "colaboración''entre aquella, clases medias y otros grupos sociales "puede facilitarse'' con un sistema de gobierno más eficiente y responsable.
El propio Elizondo aseguró que gobierno y sociedad civil están creando espacios ''donde puedan crecer y transitar ideas que anteriormente eran confinadas por el poder apenas nacían''.
Ambos pusieron en el centro de cualquier avance social la participación de las organizaciones ciudadanas, y destacaron que por ello es necesario mejorar sus condiciones de acción para que se formen ese tipo de agrupaciones, y al mismo tiempo puedan tener una libre circulación de sus opiniones y de su voluntad política.
Lafourcade dijo que en este campo no es aceptable hoy "la ignorancia por negligencia deliberada", y que quien se expone a la critica es criticado. Por ello, promover la participación social puede ser una tarea ingrata, pero no tendría sentido emprenderla sin la decisión de aliarse con la población para revisar y modificar estrategias y procedimientos.