DOMINGO Ť 8 Ť JULIO Ť 2001
Ť Utilizaría el sistema global Intelsat e incluso los satélites Solidaridad II y Satmex 5
Vigila EU transmisiones del gobierno de México
Ť Se ha dado poca atención al hecho: expertos; debe empezar a preocuparse, recomiendan
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington, 7 de julio. El gobierno de Estados Unidos y sus aliados han interceptado comunicaciones secretas del gobierno mexicano desde antes de la Segunda Guerra Mundial, pero varios expertos en romper códigos y analistas independientes reportan que hoy día oficiales estadunidenses tienen la capacidad para interceptar casi cualquier comunicación por teléfono, fax, correo electrónico y otras que entran o salen de México.
La red de vigilancia electrónica mundial de Estados Unidos alcanza mucho más allá de México y esta semana fue condenada por el Parlamento Europeo.
Pero en contraste con las denuncias europeas por las implicaciones que contra la privacidad tiene este espionaje electrónico, políticos y legisladores mexicanos y en el resto de América Latina han prestado muy poca atención sobre esta oreja electrónica de alta tecnología.
Mike Frost, un ex alto oficial de inteligencia canadiense, cree que debería haber mucha más supervisión sobre este tipo de espionaje. En una entrevista con el programa noticioso de CBS, 60 minutes, el año pasado, describió sus veinte años de trabajo en las iniciativas de cooperación entre las agencias de inteligencia de Estados Unidos y Canadá. Frost confirmó que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) estableció una red mundial de satélites, estaciones de radar terrestres e intervención física de líneas de comunicación electrónica que tiene la capacidad de interceptar casi toda llamada telefónica, correo electrónico, fax u otro tipo de comunicación en el mundo.
"Mi preocupación es la falta de a quién se le rinde cuentas, y nada, ningún salvaguarda establecido", comentó Frost. Según Bill Robinson, profesor universitario en Canadá, quien ha estudiado a la comunidad de inteligencia durante más de 10 anos, el pueblo mexicano tiene por qué preocuparse.
Casi cualquier llamada
La mayor parte de las llamadas de teléfono, télex, correo electrónico o video -explicó en entrevista con La Jornada- entra o sale de México por medio de satélites de comunicación o por cables de fibra óptica que entran a Estados Unidos para conectarse con cables submarinos hacia Europa o Asia. "Casi cualquier llamada que sale de México, la NSA tendrá acceso a ella", dijo Robinson a La Jornada.
Explicó que las comunicaciones vía satélite desde México son trasmitidas por satélites que forman parte del sistema global Intelsat o por uno de los dos satélites del gobierno mexicano, Solidaridad II o Satmex 5. La NSA, conjuntamente con sus contrapartes en Canadá y otros países, mantiene antenas enormes apuntadas hacia todos los principales satélites comerciales Intelsat que, según Robinson, "bajan todo" lo que se trasmite por ellos.
Estados Unidos también tiene un centro de operaciones de "inteligencia de señales" en San Antonio, Texas, que Robinson cree tiene sus oídos dirigidos hacia el sur. "Hay mucha gente trabajando ahí que habla español y está enfocado sobre el hemisferio occidental y el comando militar sureño", señaló.
De hecho, un análisis realizado por La Jornada de mapas de la "huella" o área geográfica en que las señales de Solidaridad II o Satmex 5 pueden captarse, indica que una estación para captar comunicaciones de satélite en San Antonio podría escuchar toda comunicación trasmitida por esos dos satélites mexicanos. Pero hoy día muchas llamadas telefónicas se trasmiten por cable de fibra óptica también.
"Probablemente tienen conexiones de fibra óptica en Estados Unidos", explica Robinson. "Uno debería suponer que cualquier cosa que cruza la frontera a Estados Unidos, la NSA tiene acceso. Lo que hacen es obtener acceso a todo vínculo comercial".
Pero Robinson advierte que el volumen de comunicación es tal que la NSA probablemente no tiene la capacidad para escuchar o analizar cada comunicación electrónica. La tecnología de reconocimiento de voz y los programas de análisis de contenido aún no son lo suficientemente desarrollados como para procesar los millones de mensajes individuales que se trasmiten por todas las vías de comunicación electrónica. "Lo más probable es que se están enfocando sobre individuos particulares, o más común, sobre números de teléfono", explicó.
No obstante, Robinson y otros analistas dicen que este tipo de monitoreo provoca un cuestionamiento sobre las implicaciones de estos sistemas sobre la privacidad y otros derechos del individuo. Más allá de eso, Robinson opina que el gobierno mexicano debería preocuparse.
"Aun si sólo están recogiendo llamadas dentro del gobierno mexicano, de las negociaciones comerciales por ejemplo, esa información podría ser utilizada esencialmente contra los intereses del gobierno mexicano", expuso.
Interrogado en torno a qué tipo de pruebas había sobre este tipo de espionaje, Robinson señaló que una lingüista, que trabajó para el gobierno canadiense, ha reconocido públicamente que Canadá espió a funcionarios mexicanos en 1992, durante las negociaciones del TLC. "Espiaron sobre los representantes de comercio mexicanos durante las negociaciones del TLC", declaró la lingüista Jane Shorten a la televisión canadiense en 1995. "Sólo recuerdo que veía esos resúmenes. Sé que mis colegas que eran lingüistas de español estaban trabajando muy duro en eso, trabajando horas extra".
Aunque este espionaje particular se realizó con la intercepción de conversaciones por teléfono y fax entre embajadas, Robinson argumentó que ofrece pruebas de los peligros para México de este tipo de vigilancia electrónica.
El espionaje sobre México no es nuevo. El autor Tom Blamford señala en su nueva historia de la NSA, Body of secrets, que los rompecódigos estadunidenses han interceptado secretos en México desde antes de la Segunda Guerra Mundial.