DOMINGO Ť 8 Ť JULIO Ť 2001

Ť El primer acercamiento ocurrió en una cena realizada en México en febrero pasado

Un plan para ofrecer servicios conjuntos entre Citibank y Banamex devino en la megafusión

Ť En sólo cuatro meses las negociaciones se triangularon desde Nueva York, Dallas y el DF

ISRAEL RODRIGUEZ J.

La megafusión más importante en la historia de Latinoamérica, cuya operación asciende a 12 mil 500 millones de dólares, e involucra al estadunidense Citigroup y al mexicano Banamex-Accival se gestó en una cena en México realizada apenas en febrero pasado entre altos ejecutivos de los dos grupos, según una relatoría oficial de los encuentros obtenida por La Jornada.

En los primeros días de febrero pasado, Victor Menezes, director general ejecutivo del área de Mercados Emergentes de Citigroup, y Julio Armando de Quesada, director general ejecutivo de Citibank México, se reunieron a cenar con Roberto Hernández, presidente del consejo de administración de Banamex-Accival (Banacci), y con Manuel Medina Mora, director general ejecutivo de Banacci.

Durante dicha cena, en la que fueron servidos exquisitos platillos de la cocina mexicana preparados por el prestigiado chef Arnulfo Luengas, encargado de los comedores de Banamex, Roberto Hernández, Menezes, De Quesada y Medina Mora discutieron, entre otros asuntos más generales, la posibilidad de que Banacci y Citigroup ofrecieran en forma conjunta algunos productos, incluyendo tarjetas de crédito.

Triplican valor

Después de ese primer encuentro, Roberto Hernández no se imaginaba que sólo cuatro meses después se concretaría la negociación, sin precedente en México, lo que le permitiría a Hernández Ramírez y a su socio de toda la vida Alfredo Harp Helú, triplicar el valor de su inversión inicial en la compra de Banamex, realizada en 1991, durante la privatizació bancaria efectuada por el gobierno del ex presidente Carlos Salinas.

Hasta este viernes el secreto mejor guardado en el sector bancario mexicano fue revelado: cuál es la participación accionaria y su valor de los principales socios que encabezan el Consejo de Administración del Grupo Financiero más importante de México.

Roberto Hernández presidente de Banamex posee 15.3 por ciento del grupo, equivalente a mil 910 millones de dólares, mientras que la participación de Alfredo Harp, con 13.5 por ciento, suma mil 690 millones de dólares, en tanto que José Aguilera, uno de los socios originales que dejó Banacci a mediados de la década de 1990, aún tiene casi 6 por ciento del consorcio, según un documento oficial de Banacci entregado a la Bolsa Mexicana de Valores.

El 23 de agosto de 1991, durante el proceso de reprivatización bancaria, el grupo lidereado por Hernández, Harp y Aguilera presentaron la postura para la subasta de acciones de Banamex cuya oferta fue la ganadora, al ofrecer nueve mil 744.98 millones de pesos de entonces, equivalente a tres mil 143 millones de dólares a un tipo de cambio vigente en esa época de 3.10 pesos por dólar. Dado su participación de 15.3 por ciento en el grupo, Roberto Hernández habría pagado alrededor de 400 millones de dólares y ahora, a la vuelta de 10 años, con la megafusión obtendrá por la venta de sus acciones a Citigroup casi dos mil millones de dólares.

De acuerdo a la cronología oficial de la negociación que concluyó con la venta de Banacci a Citigroup, cuya copia obra en poder de La Jornada, el 26 de marzo de 2001, un representante de una de las principales firmas de corretaje en el mundo y asesor financiero de Banamex, Goldman Sachs, se puso en contacto con Robertharp_helu02 Rubin, quien es miembro de la Oficina del Presidente del Consejo de Administración Citigroup y presidente del Comité Ejecutivo del Consejo de Administración de Citigroup, en representación de Banacci, y le preguntó sí Citigroup estaría interesado en explorar los posibles beneficios de una asociación entre Citigroup y Banacci.

En el transcurso de los siguientes días, Roberto Rubin, también ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, sostuvo una conferencia telefónica con Roberto Hernández, durante la cual Hernández Ramírez confirmó que Banacci estaría interesado en explorar una asociación con Citigroup.

En esas fechas, Rubin sostuvo también una conferencia telefóncia con Medina Mora, durante la cual el ex secretario del Tesoro y Median Mora convinieron en reunirse durante la semana siguiente para continuar hablando del tema.

La noche del 3 de abril de 2001, Sanford I. Weill, presidente del Consejo y Director General Ejecutivo de Citigroup, y Robert Rubin, se reunieron en México con Hernández y Medina Mora. Las discusiones que sostuvieron evolucionaron en torno a la exploración de posibles asociaciones entre Citigroup y Banacci y a la posible fusión entre ambas instituciones.

A su regreso a Nueva York, Weill y Rubin comunicaron a varios de los miembros de la administración ejecutiva de Citigroup el resultado del encuentro con Hernández y Medina Mora, y les solicitaron que comenzaran a evaluar de manera preliminar la posible fusión entre el poderoso Citigroup y el consorcio mexicano, que ya había sido desplazado del primer lugar como proveedor de servicios financieros en el país, después de la fusión entre el español BBVA y Bancomer, concretada en 2000.

El jueves 19 de abril de 2001, Medina Mora, Fernando Quiroz, director general adjunto de Planeación Estratégica de Banacci, y Luis Miguel Rodríguez, director adjunto de la Unidad de relaciones con Inversionistas de Banacci, volaron a Nueva York y se reunieron con Weill,Ťrubin-tesoro-eu Rubin, Menezes y otros miembros de la administración ejecutiva de Citigroup.

Los representantes de ambos grupos efectuaron presentaciones de sus respectivos negocios y del mercado mexicano en general. Estas juntas continuaron al día siguiente.

En la noche del 19 de abril de 2001, Weill y Rubin se encontraron con Median Mora y Quiroz, y exploraron con mayor detalle la posible integración de Citigroup y Banacci. Convinieron en proseguir las discusiones y aprobaron un calendario para la realización de auditorías y la celebración de discusiones adicionales con respecto a la posible estructura.

La siguiente semana tuvieron lugar varias conferencias telefónicas entre los representantes de Citigroup y los ejecutivos de Banacci, con el fin de programar el proceso de auditoría y las discusiones en cuanto a la estructura. El 24 de abril de 2001, Banacci y Citigroup celebraron un convenio de confidencialidad así como maniobras de distracción para mantener en secreto la que a la postre fue la inversión más importante de Citigroup fuera de Estados Unidos.

En la mañana del lunes 30 de abril de 2001, varios miembros de la administración ejecutiva de Citigroup y Banacci, y sus asesores legales, se reunieron en Dallas, Texas, para iniciar las sesiones de auditoría, las cuales se prolongaron hasta el viernes 4 de mayo de 2001.

Durante este período también se discutieron varias estructuras alternativas para la operación, y los aspectos contables, fiscales y legales. Antes de concluir dichas sesiones, se convino que Hernández y Medina Mora se reunieran en Nueva York con Weill, Rubin y Menezes el 14 de mayo de 2001.

Durante la semana del 7 de mayo de 2001, Quiroz y Rodríguez se reunieron en Nueva York con Menezes y otros representantes de Citigroup, para continuar con las sesiones de auditoría financiera. Durante las sesiones de trabajo, Quiroz y Rodríguez discutieron, entre otras cosas, los resultados de la operación, la situación financiera y los proyectos de Banacci. esa misma semana se llevaron a cabo reuniones adicionales de auditoría legal y financiera en México.

El jueves 10 de mayo de 2001, los abogados de Citigroup proporcionaron a los abogados de Banacci el proyecto de Contrato de operación y los demás contratos relacionados con el mismo. Los respectivos equipos de abogados comenzaron a discutir preliminarmente estos proyectos el sábado 12 de mayo de 2001.

En la mañana del lunes 14 de mayo de 2001, Hernández y Medina Mora se reunieron en Nueva York con Weill, Rubin y Menezes, y con Eduardo Mestre, director del área de banca de inversión global de Salomon Smith Barnes, subsidiaria de Citigroup, y negociaron un contrato concerniente en principio a la estructura y los términos de la oferta propuesta. Después de esta reunión, las partes continuaron negociando los términos de Contrato de Operación, y prosiguieron sus reuniones de auditoría.

El martes 15 de mayo de este año, el Consejo de Administración de Citigroup celebró una sesión especial para analizar la operación propuesta. Durante dicha sesión el Consejo de Administración de Citigroup analizó los motivos estratégicos de la operación propuesta, los términos principales de la misma y los resultados de la auditoría practicada por Citigroup.

Además, el Consejo fue advertido de sus obligaciones a él inherentes (fiduciary duties) conforme a las leyes del estado de Delaware, y recibió una descripción de los términos del Contrato de Operación y los demás contratos relacionados con la misma.

Aprobación por unanimidad

Tras las deliberaciones necesarias, el Consejo de Administración de Citigroup aprobó por unanimidad de votos la oferta, el Contrato de la Operación y los contratos relacionados con la misma.

El miércoles 16 de mayo de 2001, el Consejo de administración de Banacci celebró una sesión especial para analizar la operación propuesta. Tras las deliberaciones necesarias, el Consejo determinó también por unanimidad de votos que la oferta era justa y en beneficio de los intereses de los accionistas de Banacci, aprobó la oferta, el contrato de la operación y los demás contratos relacionados con la misma, y resolvió recomendar a sus accionistas que aceptarán la oferta.

Fue ese 16 de mayo, cuando los ejecutivos de Citigroup comunicaron al presidente de Estados Unidos, George W. Bush y al jefe de la Reserva Federal, Alan Greenspan, que un día después harían el anuncio de la oferta de compra de Banacci. Rubin, Weill y Menezes, que ya se encontraban en México, también informaron de la operación, la tarde de ese día, al presidente Vicente Fox.

El 17 de mayo se celebró una conferencia de prensa en el auditorio de Banamex, en la que estuvieron presentes los presidentes y principales integrantes de los consejos de administración de ambos grupos financieros, con lo que el Banco Nacional de México vuelve a ser como en su origen, en 1884, de capital extranjero.