Ť Primer concierto en México después de 16 años
Soy un hombre que cree y respeta la voluntad del pueblo: Rubén Blades
ERNESTO MARQUEZ
Rompiendo el velo de misterio que envolvía su arribo a México y apenado con la prensa por el plantón del jueves pasado, Ruben Blades llegó al DF y ofreció uno de los conciertos más emotivos que hayamos vivido en por lo menos 16 años.
Pertrechado con un repertorio extraído de sus etapas con Willie Colón, Seis del Solar, Son del Solar y de su más reciente disco, Tiempos, el panameño mantuvo en vilo por más de tres horas el espíritu y entusiasmo de los asistentes al Salón 21, que lo acompañaron toda la jornada cantando sus canciones y apoyando sus denuncias y reflexiones sociales.
"Soy un hombre que cree y respeta la voluntad del pueblo, y yo sé que cuando hay voluntad se puede, y Latinoamérica puede", dijo a manera de saludo.
Vestido completamente de negro, con huellas de cansancio producto de su apretada agenda de trabajo, Blades combinó su talento como intérprete con sus condiciones histriónicas y su vena humorística. Aprovechó para hacer comentarios sobre la familia, la patria, su preclaro feminismo, el compromiso que se tiene con aquellos que luchando dejaron su vida ("Mueren los hombres, mas no las ideas"), habló de fe, esperanza y justicia.
La consigna
"Las cosas están cambiando -dijo-. Se está combatiendo la impunidad, ayer fue Pinochet, ahora es Menem, y no se debe parar. La consigna es ¡no olvidar!"
Mencionó también el fraude electoral en Estados Unidos y se refirió a lo sucedido aquí: "Ustedes apostaron por el cambio y lo lograron, y eso es algo que nos debe servir de ejemplo", señaló ante la algarabía generalizada.
Pese a los agobios de la altura, Rubén se expresó con solvencia en la escena. El caluroso recibimiento lo obligaba a ser más directo. Habló y cantó de todo. "Porque hay que explicar estas cosas", decía en referencia a los problemas que se viven a diario en Latinoamérica. "Tengo que cantar sobre estas cosas por un sentido elemental de dignidad", señaló casi a la mitad del concierto. "Cuando estaba en España alguien me dijo '¡Coño Rubén, eso ya pasó', ¡Pasó pa' ti!, le respondí, porque aquí la consigna, repito, es no olvidar. No hay peor cosa que el olvido y la apatía, y no hay nada más justo que respetar la memoria de la gente que vivió con dignidad."
Fue el grupo Editus de Costa Rica el encargado de abrir el espectáculo, con un tema instrumental.
Blades terminó abrazado a la bandera panameña mientras entonaba Muévete, la clásica de Juan Formell, y casi para despedirse una empleada de la embajada de Panamá le reclamó no haber mencionado la presencia del embajador. "Ese desdén fue un acto grosero", le gritó la señora, que se identificó como Daisy. Rubén se disculpó por la omisión y le dijo: "No sabía que él estaba aquí. Aunque creo que con presentar la bandera es suficiente".