Ť La biotecnología es la mejor arma para zonas ecológicamente marginales, indica
Llama la ONU a revalorar la importancia de los organismos genéticamente modificados
Ť Señala la necesidad urgente de crear variedades resistentes a sequías y enfermedades
AFP
Nueva York., 8 de julio. Naciones Unidas instará el martes a los países ricos a dejar de lado sus temores a los organismos genéticamente modificados (OGM) y demandarán que ayuden a las naciones en desarrollo a explotar el potencial de la biotecnología.
"La biotecnología ofrece la única o la mejor 'herramienta de opción' para las zonas ecológicamente marginales que quedaron rezagadas en la revolución verde pero albergan a más de la mitad de la gente más pobre del mundo", señala la ONU en su informe sobre desarrollo humano de 2001.
Nuevas cosechas reforzadas genéticamente para resistir las sequías, pestes y enfermedades podrían reducir la desnutrición que afecta a 800 millones de personas en el mundo, dice el documento elaborado por el Programa de las Naciones Unidades para el Desarrollo (PNUD).
Una prioridad debería ser el desarrollo de "nuevas variedades de sorgo, mandioca, maíz y otros alimentos de primera necesidad en el Africa subsahariana", señala el informe.
Los avances tecnológicos en materia de siembras, fertilizantes y pesticidas ya permitieron duplicar la producción mundial de cereales en las últimas cuatro décadas, se indica en el documento.
"Ese lapso -añade- es asombrosamente corto en relación con los mil años que llevó cuadruplicar la producción inglesa de trigo de 0.5 toneladas por hectáreas a 2 toneladas".
Sin embargo el informe sostiene que el potencial de la biotecnología, que acelera el cruce de variedades al transferir genes de una especie a otra, apenas ha sido explotado.
El área de cosechas transgénicas aumentó de 2 millones de hectáreas, en 1996, a 44 millones, el año pasado, pero 98 por ciento de ese crecimiento está concentrado sólo en tres países: Estados Unidos, Canadá y Argentina.
El documento del PNUD admite que en varios países ricos, especialmente de Europa, esas tecnologías despiertan temor por sus posibles daños a la salud.
"El lenguaje mismo se ha convertido en un arma política -se plantea-. Semillas 'milagrosas' y 'arroz dorado' exageran lo positivo, mientras términos como 'tecnologías traidoras' y 'frankenfood' (comida Frankenstein) deliberadamente engendran temor y ansiedad".
Jacques Diouf, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), ha dicho que se opone a las cosechas transgénicas aun cuando advirtió que el sida "está poniendo en riesgo el derecho humano básico a la alimentación de millones de personas".
La FAO estima que desde 1985 el sida mató a 7 millones de granjeros en 25 países de Africa y que 16 millones más morirán antes de 2020, lo cual reducirá en 25 por ciento la mano de obra agrícola en la mayoría de los países.
Marck Malloch, administrador del PNUD, dijo sin embargo que "que no hay ni una sola muerte que probadamente pueda ser atribuida a alimentos genéticamente modificados".
El informe del PNUD admite que existen muchas preguntas sin respuesta sobre el impacto ambiental de las cosechas transgénicas. Ellas podrían desbordar los ecosistemas transmitiendo sus genes a especies afines produciéndose así "supersemillas" y podrían dañar a vegetales o animales.
El PNUD advierte que el debate no debería ser conducido exclusivamente por los conservacionistas de los países desarrollados, sino que hay que escuchar a las naciones pobres.
Señala como ejemplo que el DDT, prohibido en todos los países luego de comprobarse el daño que provoca a las aves, a la vez es una de las pocas herramientas útiles para eliminar la malaria.
Sri Lanka recurrió al DDT y en 20 años redujo dramáticamente la cantidad de casos de malaria. De 2.8 millones de casos y 7 mil 300 muertes al año, Sri Lanka registra actualmente sólo 17 casos y ninguna muerte, según el documento.
"Se necesita investigar más para conocer el posible impacto de la biotecnología", según el informe, pero advierte que pocos países en desarrollo tienen los medios para hacer esas investigaciones.
Por otro lado, la ONU afirmó este martes que las nuevas tecnologías pueden contribuir en gran medida a reducir la pobreza del mundo.
Los países del Tercer Mundo no pueden acceder a los beneficios de la alta tecnología debido a fondos públicos inadecuados, distorsiones del mercado y derechos de propiedad intelectual injustos, aseguró el informe anual sobre desarrollo humano.
El informe instó a reunir mayores fondos internacionales para investigación y desarrollo; y precios diferenciales para medicamentos y otros productos de alta tecnología destinados a las naciones pobres.
"Están en juego fuerzas poderosas que arriesgan dejar al sur marginado de las soluciones de baja tecnología para sus problemas", dijo el administrador del PNUD, Mark Malloch Brown, a la prensa.
"El reporte es un llamado a las armas. Asegura que hay lugar para una aplicación de tecnología a todo ritmo para el desarrollo, en el marco de una política pública inteligente", afirmó.
A modo de ejemplo de lo que la tecnología avanzada puede hacer por un país en desarrollo, el Silicon Valley de India ?en la ciudad sureña de Bangalore? aumentó sus exportaciones de 150 millones de dólares, en 1990, a 4 mil millones, en 1999. Además, ocurrió una explosión paralela en el número de empresas privadas que enseñan a los usuarios de Internet.
Sin embargo, "muchas de las maravillas de alta tecnología que deslumbran al norte rico son inadecuadas para el sur pobre", reconoció el informe, que identificó cuatro prioridades:
?Desarrollar vacunas contra enfermedades tropicales, sida y tuberculosis.
?Emplear biotecnología para producir nuevas variedades de cultivos básicos para el Tercer Mundo.
?Computadoras de bajo costo, conexión inalámbrica y software prepago.
?Generadores de bajo costo y fotovoltáicos para producir electricidad autónoma.
Los 29 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) gastaron 520 mil millones de dólares en investigación y desarrollo en 1998 -más que la suma de toda la producción económica de los 30 países más pobres- con investigación médica fuertemente dirigida hacia las enfermedades del norte, de acuerdo con las investigaciones del informe.
"En 1998, los gastos globales en investigación en salud fueron de 70 mil millones de dólares, pero sólo 300 millones se dedicaron a vacunas para contra el sida y unos 100 millones a investigación sobre malaria", aseguró.
"De mil 223 nuevas medicinas comercializadas en todo el mundo entre 1975 y 1996, sólo 13 habían sido desarrolladas para tratar enfermedades tropicales", agregó.
En forma similar, en Estados Unidos 50 por ciento de las personas utilizan Internet, contra sólo 0,4 por ciento de la población del Africa subsahariana, ejemplificó.
Los monopolios de telecomunicación son un obstáculo para un mayor uso de Internet, al tiempo que los costos de acceso a la red equivalen a 1.2 por ciento de un sueldo promedio mensual en Estados Unidos, contra 107 por ciento del sueldo promedio en Uganda.
Sin embargo la mayor variable individual es la educación, afirmó Malloch Brown. "Si la IT (tecnología para información) no despega, no es necesariamente porque no se tiene fibra óptica o una estructura de telecomunicaciones", sino que "lo más probable es que no se posean suficientes personas con nivel de educación terciaria para proveer de personal al sector", aseguró.
Según el informe de Naciones Unidas, los gobiernos de los países en desarrollo tienen que jugar un papel vital en la promoción de la educación secundaria y superior, además de en la política tarifaria para las telecomunicaciones.
"Son las políticas, no la caridad, lo que en definitiva determinará si las nuevas tecnologías podrán transformarse en una herramienta para el desarrollo humano en todo el mundo", se indica en el reporte, que también llamó a los gobiernos y las empresas de los países ricos a ayudar en el proceso. Un 10 por ciento de incremento selectivo en la ayuda oficial al desarrollo dejaría disponibles 5 mil 500 millones de dólares para investigación y desarrollo, aseguró.
Una de las partes más controvertidas del informe se refiere a una utilización más justa de los derechos de propiedad intelectual, que "están siendo concentrados y aplicados cada vez más en todo el mundo".
El número de pedidos de patentes internacionales aumentó más de 10 veces, de 7 mil en 1985 a 74 mil en 1999, en un boom que puso nuevas vallas a los países en desarrollo.
El documento Aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio, de la Organización Mundial de Comercio (OMC) permite a los gobiernos emitir licencias para compañías que fabriquen productos ya patentados por otros, según el informe.
Pero a causa de la presión de Europa y Estados Unidos, "ni una sola licencia de este tipo ha sido emitida al sur del Ecuador", agregó.
Debería permitirse que los países en desarrollo pongan en práctica lo que teóricamente les sería permitido hacer, concluyó el informe.