Ť Autor de Hernán Cortés, inventor de México, biografía publicada por Tusquets
Las culturas indígenas sucumbieron con la Conquista: Juan Miralles
Ť Ningún pueblo puede vivir de espaldas a su historia, sostiene el especialista
Ť El mestizaje, camino recorrido por las civilizaciones actuales más avanzadas, señala
CESAR GÜEMES
No busca la polémica, y lo dice sinceramente, pero con seguridad la encontrará. Y para bien, porque las afirmaciones que vierte en su amplio y documentado estudio narrativo Hernán Cortés, inventor de México (Tusquets) contribuirán a que se ventile la historia de una de las figuras centrales para el nacimiento de la nación mexicana. Juan Miralles, durante los diez más recientes años dedicados al Servicio Exterior, se dio a la tarea de establecer paso a paso los andares de su biografiado. Lo buscó no sólo en documentos originales, sino a caballo, siguiendo parte de su ruta, y con equipo de submarinismo, buceando en las costas donde en su momento se hundieron las naves españolas que cambiarían el curso histórico del continente.
Canibalismo y gastronomía
-Es muy posible que su libro despierte opiniones no sólo distintas, sino encontradas. ¿Eso estaba entre sus objetivos?
-No busco la polémica, de ninguna manera. Hay historiadores y ensayistas que están de acuerdo y otros que no. Sé de muchos, y no necesito dar sus nombres, que nunca estarán de acuerdo con mis planteamientos y tendrán sus razones. En la vida del país han existido investigadores que se obcecan con sus ideas y no hay manera de moverlos ni un milímetro. Recordemos, por ejemplo, el caso de Eulalia Guzmán, que fabricó el fraude de Cuauhtémoc y aún así persistía en sus afirmaciones. Hay otros que aunque sean respetados maestros, niegan el canibalismo, algo que no es sencillo eludir.
-Después de todo es algo demostrado con documentos.
-Desde luego que sí, e incluso visto como una práctica gastronómica. El testimonio es unánime. Sahagún llega al extremo de describir dos platillos elaborados con base en carne humana, uno acompañado de flor de calabaza y otro que viene a ser el pozole prehispánico. De esta suerte, si algunos historiadores no quieren hablar de ese asunto, allá ellos, en mi caso me limito a citar fuentes originales.
Biología y cultura, una confusión
-¿Hizo el recorrido de Cortés a caballo, ya en tierras mexicanas, tal como ha trascendido?
-Bueno, soy caballista, realicé numerosas excursiones, pero no he completado la ruta de Cortés. Hice esos viajes porque ayuda mucho para imaginar cómo pudo ser en su momento el tránsito y la forma en que se desarrollaban las jornadas. Consideremos que un caballista lo primero que toma en cuenta es su cabalgadura, cuidarla, buscarle los mejores sitios para las partes empinadas, en fin. Eso me auxilió, lo mismo que bucear en los puntos donde se hundieron las naves españolas. Desde luego hablo de hace al menos 30 o 40 años, cuando aún se preservaban más o menos vírgenes ciertas partes del país.
-¿Vislumbra algún problema de conceptos sobre su forma de entender la conformación de México?
-Ningún pueblo puede vivir de espaldas a su historia. Esa es una parte de nuestro origen, aunque predomine en México la sangre indígena. El elemento peninsular no puede separarse y una prueba diaria es que nos comunicamos en español y que la religión predominante en el país es la católica. Sin embargo, advierto que en muchas ocasiones se quiere confundir la biología con la cultura: México es un país mestizo y el término ya no tiene ningún matiz peyorativo como antes lo padeció. Las civilizaciones más avanzadas en la actualidad, como las de Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Italia y Alemania, son mestizas, es el camino de la historia. De modo que volver a conceptos de pureza racial es obsoleto.
Absurdo, utilizar un fotómetro
-¿Cuál es su percepción del concepto de cultura indígena?
-Las culturas indígenas, como tales, ya no existen, sucumbieron en el momento de la Conquista. Luego, si vamos a definir quién es indio y quién no, tendríamos que echar mano de un fotómetro para determinar cuál es exactamente el color de su piel o medir el porcentaje de sangre indígena en cada uno de nosotros, lo cual nos llevaría a otro problema mayor: ¿quién es más indígena, el que tiene sólo uno por ciento de esa sangre o el que tiene cinco por ciento? Es absurdo. A veces vemos que los gobernantes se retratan con los tata mandones, pero resulta que quien les da el bastón de mando es un bigotón, a todas luces mestizo, que pasa por indígena. Buscar ese tipo de diferencias es ir en contra de la historia y exacerbar el racismo. No me gusta el término de culturas indígenas porque trae una connotación claramente racista. No olvidemos que, por ejemplo, en la historia alemana hubo leyes raciales. Sería un error caer en algo semejante. Pienso que tienen atrasado el reloj quienes se apegan a ese tipo de conceptos porque aquí estamos hablando de culturas. En México existe al menos una facción que niega la presencia española, lo cual es primero indemostrable y luego a todas luces inadmisible en cualquier terreno.
-El subtítulo de su estudio sobre Cortés hace aparecer a éste como inventor de México. ¿No habríamos existido como nación sin su presencia?
-Definitivamente, no. El resto de las posibilidades cae, claro, en el amplio margen de la especulación. Sin Hernán Cortés no seríamos lo que somos.