JUEVES Ť 12 Ť JULIO Ť 2001

Ť Señala su efecto en la propagación del sida

La globalización amenaza ya la dignidad humana, según el Vaticano

AFP

Ciudfad del Vaticano, 11 de julio. El Vaticano responsabilizó a la globalización y al turismo de contribuir a la difusión de ciertos "males de la humanidad" como el sida y la explotación de mujeres y niños.

En un largo documento consagrado al turismo, el Consejo Pontificio para los Emigrantes analiza la relación entre la globalización de la economía y el turismo, "que podría ser presentado como el rostro encantador de la primera, por su apertura a las diferentes culturas y su capacidad de alentar el diálogo y la coexistencia. Una cierta globalización es la responsable de consecuencias graves para los países y la humanidad.

"La brecha entre ricos y pobres se profundizó, una nueva forma de esclavitud y de dependencia de los países más pobres se introdujo y una supremacía del orden económico que amenaza la dignidad humana quedó instaurada", se plantea en el documento.

"Los fenómenos más execrables se agravan en ciertos lugares acompañados por el turismo", según el Vaticano. Entre esos fenómenos, el documento enumera "la explotación de personas, sobre todo mujeres y niños en el sector del trabajo y en el aspecto sexual; la difusión de patologías que amenazan gravemente la salud de sectores muy amplios de la población mundial; el tráfico y el consumo de drogas; la destrucción física de la identidad cultural y de recursos vitales"

El Consejo Pontificio precisa que "uno no podría culpar a la globalización por todos esos males de la humanidad, ni considerar al turismo como el único responsable, pero no hay que ignorar que los dos pueden favorecerlos".

El Vaticano evidencia su deseo de que el turismo se transforme en promotor de una "globalización de la solidaridad" e invita a los responsables a "armonizar" la actividad turística con las economías locales, sobre todo en los países más pobres, evitando "la grave injusticia" de proporcionar a los clubes de vacaciones servicios que los autóctonos no pueden tener. Los turistas, por su parte, son advertidos del "peligro" de que el reposo se les convierta en un dolce far niente (no hacer nada).

Mientras, el presidente de la república italiana, Carlo Azeglio Ciampi, indicó que la cumbre del G-8, los siete países más industrializados y Rusia, pensará en las necesidades de los más pobres del mundo.

"Para gobernar la mundialización, Italia ya ha tomado iniciativas para que el encuentro del G-8 en Génova piense igualmente en las necesidades de los más pobres del mundo", dijo Ciampi.

El mandatario italiano expuso que "no es casualidad que la cumbre del G-8 se inicie en Génova mediante un encuentro en el que participarán igualmente seis jefes de gobierno de países muy desfavorecidos: cuatro africanos, un asiático y un latinoamericano (El Salvador)". Igualmente la reunión estará "abierta a instituciones como el Banco Mundial, que deben suministrar los recursos para afrontar los problemas".