DOMINGO Ť 15 Ť JULIO Ť 2001

Vergüenza (Lajja)

Taslima Nasrin

En 1992, la destrucción de una mezquita dedicada al culto islámico en India, a manos de fundamentalistas hindúes, inflama la cólera de los fundamentalistas islámicos que empezaron a destruir casas, templos y tiendas de los hindúes de Bangladesh. La novela de Taslima Nasrin, de indudable valor testimonial, narra 13 días en la vida de una familia de hindúes bengalíes  -minoría oprimida en Bangladesh-, que es atacada por musulmanes hasta obligarla a abandonar su tierra de origen. Por vez primera, en México, se dan a conocer fragmentos de la novela Vergüenza.

talisma-nasrin1ok(Suranjon) se acuesta y apaga la lámpara, pero no puede dormir [...] Hace unos años trabajó de reportero para Ekata y aquel aprendizaje en el campo de la prensa le enseñó a ordenar sus pensamientos, al tiempo que le permitió acceder a numerosas informaciones sobre la evolución del país.

El Estado de Bangladesh fue fundado sobre cuatro principios fundamentales: nacionalismo, laicismo, democracia y socialismo. El país había trabajado con firmeza y tesón para lograr su independencia. Durante el largo y difícil combate, iniciado en 1952 con el Movimiento por la Lengua, los males del comunitarismo y del fanatismo religioso habían sido derrotados. Pero después de la independencia, los reaccionarios, adversarios de su propio espíritu, habían conseguido más poder, cambiado el espíritu de la Constitución y reanimado aquel intransigente fundamentalismo rechazado durante la guerra. Se había utilizado la religión como arma política, obligando a gran número de personas a obedecer los dictados del Islam. Y así, anticonstitucional e ilegalmente, el Islam se había convertido en la religión nacional de Bangladesh, haciendo florecer el comunitarismo. El costo del fundamentalismo era enorme. La lista de sus víctimas, interminable...

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Sudhamoy había salido del campo de concentración al cabo de unos días [...] Lo habían colgado de una viga para darle una paliza. Tras cada uno de los golpes, sus verdugos le pedían que se hiciera musulmán, que leyera el kalma y confesara que se había convertido, pero Sudhamoy había resistido. Al igual que Kunta Kinte, el héroe de Raíces, de Alex Haley, que se niega a aceptar que lo llamen Toby, Sudhamoy se había negado a proclamarse musulmán. Locos de rabia, sus verdugos habían afirmado que, de buen grado o por la fuerza, harían de él un musulmán. Mientras Sudhamoy seguía resistiendo, le habían arrancado el lungi y cortado la punta del pene. Sudhamoy había tenido tiempo de ver la sangre y el prepucio seccionado, y de escuchar las carcajadas, antes de desvanecerse. Entonces perdió cualquier esperanza de regresar vivo a casa. Todos los hindúes del campo habían aceptado leer el kalma y convertirse al Islam para salvarse, pero en vano. Habían sido asesinados. Sudhamoy, contra lo que cabía esperar, se había librado, tal vez a causa de su radical ''conversión". Las torturas, sin embargo, no habían cesado; y cuando le arrojaron del campo era un ser roto, destrozado.
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Con esta lista de calamidades en su mente, Suranjon continúa sin poder conciliar el sueño. Recuerda que durante sus dos años de ejercicio del periodismo, jamás dejó de anotar en su cuaderno relatos de infortunio y sufrimiento. Algunos eran publicados, otros se quedaban en el camino...

(NOTA INTRODUCTORIA Y SELECCION

DE TEXTOS: PATRICIA VEGA)