MARTES Ť 17 Ť JULIO Ť 2001

Ť Le demandan adoptar una actitud firme y valiente

Académicos piden a la Cocopa elaborar una nueva propuesta

Ť Lo peor sería dar el debate por terminado, advierten

ANDREA BECERRIL

Preocupados por la ''polarización motivada por la discusión de la reforma en materia indígena'', los integrantes de la Comisión de Concordia y Pacificación se reunieron ayer con especialistas en la materia, y lo que escucharon fue la demanda de que ese organismo adopte una actitud más firme y valiente para elaborar una nueva propuesta de paz, que evite que la división y confrontación provocada por esa ley se traduzca en mayor violencia.

Lo peor que podría ocurrir es que el debate se dé por terminado, que la reforma se consume en el Congreso de la Unión vía fast track, pues de persistir ''la soberbia de los supuestos ganadores'' llevará a una situación más conflictiva, advirtieron el académico Ignacio Marván Laborde y Miguel Alvarez Gándara, uno de los impulsores de la desaparecida Conai.

Tanto ellos como los otros dos ponentes, David Velasco y Guillermo Trejo, así como representantes de la sociedad civil que entregaron un escrito a los legisladores, coincidieron en pedir a la Cocopa que se reactive, retome sus facultades y haga frente al asunto de la cuestionada ley indígena, a fin de impedir un ''nuevo error histórico'' del Congreso de la Unión.

Resaltaron que, contra lo afirmado por los artífices de la reforma, Manuel Bartlett y Diego Fernández de Cevallos, no es un tema concluido, pues es posible acudir a controversias y otros recursos jurídicos.

Incluso, el académico del Centro de Investigación y Docencia Económica Ignacio Marván sostuvo que ''no es tajante la Constitución para prohibir el veto presidencial'' y Fox podría acudir a ello con un argumento real: ''La reforma indígena divide políticamente a la nación''.

La reunión fue a puerta cerrada y se prolongó por más de cinco horas. De entrada, Miguel Alvarez advirtió que ''se está viviendo un momento delicado, que se puede complicar más si el paso de la ley se consolida en la incapacidad de encontrar una lectura política que permita hacer de la reforma indígena un elemento de la reforma del Estado y de la paz''.

Insistió en que la Cocopa, como un órgano del Congreso, ''tiene la alta responsabilidad de procurar todas las bases jurídicas y políticas que propicien que aun a pesar de los 17 votos de las legislaturas locales, tengan peso y posibilidad todas las críticas, controversias y propuestas que se estén haciendo''. Resaltó que en el contexto de división y fractura que ya se ha dado, ''es necesario dar cabida a cualquier base jurídica que le permita a las fuerzas políticas hacer un ajuste a tiempo en éste, que no sólo es un tema fundamental para la paz, sino para la propia transición democrática para la reforma del Estado."

Alvarez Gándara expuso asimismo que ''en la medida que se complicó este paso nacional de la reforma indígena, se han acelerado los deterioros en Chiapas, la polarización ha crecido, las tendencias a la violencia y confrontación de otro tipo se están dando y eso marca la urgencia de que las partes, y en este caso la Cocopa, se convenzan de que no es posible seguir actuando con la lógica de ir saliendo a tumbos de los problemas coyunturales''.

Resaltó: ''Lo que urge es un planteamiento estratégico sobre la base de un diagnóstico valiente, objetivo, que incluya la visión del proceso y no sólo de los problemas de la negociación, y que implique incorporar los otros componentes del conflicto, como son el militar, paramilitar y el tema de los desplazados''.

-ƑHacia dónde debería moverse la Cocopa?

-De hecho, la primera propuesta es que haga propuestas. Creo que sobre la base de una Cocopa reactivada como responsable del proceso, buscando con su compromiso con este momento de la ley indígena, puede rehacer sus facultades de convocatoria y de propuesta. A Cocopa le puede tocar esta tarea de ofrecerle a la nación una visión objetiva de cómo está el conflicto zapatista y cómo se puede formular una iniciativa sobre un desarrollo que escape a la polarización y construya condiciones de paz. El impasse, agregó, no sólo es riesgoso en términos del conflicto EZLN-gobierno federal, es riesgoso en términos del conjunto del movimiento indígena y en términos de que la política no es suficiente para resolver agendas y causas estructurales de fondo e implicaría una crisis de la propia capacidad política.

Lo que está en el fondo de la discusión, añadió, es que la reforma en lugar de servir para construir acuerdos y unificar a los pueblos indígenas y el Estado, los ha dividido más. ''Y si esta ley se promulga así, se está alejando de los propósitos del órgano legislativo. Por eso estamos insistiendo en que haya sensibilidad política. El peor error sería un fast track en el que la soberbia de algunos cerrara espacios, para que el Congreso de la Unión, vuelva a cometer un error histórico''.

Por su parte, Ignacio Marván advirtió que la reforma constitucional indígena lo que hizo fue profundizar el conflicto étnico. Detalló otros casos en la historia en que modificaciones constitucionales polarizaron al país, dos de ellas, dijo, al federalizarse la educación en 1921, y la restauración del Senado en el siglo pasado.

Insistió en la magnitud del conflicto actual, que se refiere a reconstituir la nación a partir de la inclusión de los pueblos indígenas y el reconocimiento pleno de sus derechos. Evidentemente, dijo, una reforma que busca incorporar minorías pasa por las reglas de las mayorías.

Evaluó el paso de la reforma por los estados. La aprobaron de inmediato aquellas entidades donde no hay problemas étnicos o donde les urgía que no se modificara el status quo. Caso concreto, Veracruz. En tanto, en otros como Querétaro, Michoacán y Tabasco, fue muy conflictiva la aprobación, se dividieron los partidos y hay emergencia por la división tremenda y luego están las entidades que la rechazaron de manera tajante, porque la consideran insuficiente para resolver la problemática, como Oaxaca, Chiapas, Guerrero, San Luis Potosí.

Marván propuso a la Cocopa que ante este momento crucial del proceso corresponde al organismo buscar flexibilizar aspectos de la reforma constitucional a las exigencias que tienen algunos estados. Planteó revisar la cuestión de la representación política de las comunidades indígenas, del territorio y la posibilidad de que formen autogobiernos.

En la reunión se discutieron también las instancias jurídicas a las que se podría acudir y se coincidió en que es discutible la forma como aprobaron la ley en muchos estados. Incluso, Marván planteó que el veto presidencial no está desechado.

Al final, la Cocopa emitió un comunicado en el que expresa que ''ve con preocupación la polarización que se ha presentado en México'' con motivo de la discusión de la reforma indígena. Por ello, la comisión dio inicio a un proceso de análisis a fin de trazar una ruta para construir una propuesta que unifique a todos los mexicanos.