SABADO Ť 21 Ť JULIO Ť 2001

Ť Desestima el gobernador de Oklahoma peticiones de conmutación de la pena capital

Niegan clemencia a Gerardo Valdez en EU

Ť Irregularidades en el proceso; México aún intentará las acciones posibles para salvar su vida

AGENCIAS

Oklahoma City, 20 de julio. Al final, de nada valieron los pedidos de clemencia del gobierno mexicano, del propio comité de perdones del estado y de organismos internacionales de derechos humanos. El gobernador de Oklahoma, Frank Keating, decidió hacer efectiva la sentencia de pena de muerte al mexicano Gerardo Valdez. Ahora, el procurador general Drew Edmonson puede solicitar una nueva fecha de ejecución.

Al calificar la decisión de violatoria del derecho internacional, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México informó que interpondrá tanto las acciones legales disponibles en el ámbito interno de Estados Unidos como los recursos que el Estado mexicano decida hacer valer con base en el derecho internacional para preservar la vida de Valdez y obtener la conmutación de la pena.

"La clemencia fue negada", informó lacónico hoy el portavoz del gobernador, Phil Bachrach. Sin embargo, un cable de la agencia Notimex informa que Keating envió una carta al presidente Vicente Fox donde le explica que "después de una exhaustiva y meditada revisión y consideración, he determinado que la clemencia no debe ser otorgada en este caso".

Valdez, de 41 años y oriundo de Durango, fue declarado culpable del asesinato, en 1989, de Juan Barrón, después que éste le hizo proposiciones homosexuales.

En su comunicado, la cancillería mexicana lamentó la decisión del gobernador Keating de llevar a Valdez a la ejecución y no acceder, como se le solicitó reiteradamente y desde diversos foros, a conmutar la sentencia por cadena perpetua.

"Esta decisión, que atenta contra la firme convicción del pueblo mexicano por el absoluto respeto al derecho a la vida", dice Relaciones Exteriores, es contraria al derecho internacional y a los más elementales principios de convivencia y cooperación entre las naciones.

Con su decisión, el gobernador Keating no sólo soslayó la solicitud que personalmente hiciera el presidente Fox para conmutar la sentencia, sino que ignora el dictamen de la Junta de Perdones y Libertad Condicional de Oklahoma, mediante el cual también se recomendó la clemencia a favor del mexicano, entre otros argumentos porque Valdez padece lesiones cerebrales que le vienen desde la niñez, debido a las cuales, además, padece obsesiones de tipo religioso.

Relaciones Exteriores subraya que a pesar de que Valdez fue detenido desde el 26 de julio de 1989 por autoridades de Oklahoma, las autoridades mexicanas no tuvieron conocimiento del caso hasta el 19 de abril del 2001, cuando ya había sido juzgado, sentenciado y agotados todos los recursos legales.

"Pese a que transcurrieron más de 11 años desde la detención, el señor Valdez nunca fue informado por las autoridades de Oklahoma de su derecho a comunicarse con el consulado mexicano, conforme a lo establecido por el artículo 36 de la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, de la cual México y Estados Unidos son parte", apunta la cancillería.

Al mismo tiempo, añade, el consulado competente para Oklahoma jamás fue informado de la aprehensión, con lo que se consumó una violación a un derecho humano y a la prerrogativa del Estado mexicano de ejercer la protección diplomática que le concede el derecho internacional.

Además de la intervención directa del presidente Fox en el caso, solicitando la conmutación de la pena, las autoridades mexicanas realizaron diversas gestiones hacia ese fin: el canciller Jorge G. Castañeda se dirigió al secretario de Estado, Colin Powell, para exponerle las consecuencias de la falta de notificación consular en el caso; además, la Secretaría de Relaciones Exteriores solicitó el apoyo de la titular del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Mary Robinson, y el caso fue llevado al Consejo Permanente de la OEA.

De igual modo, el gobierno mexicano apoyó las gestiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que solicitó a Estados Unidos suspender la ejecución en tanto esa instancia no emitiera una decisión respecto a la queja presentada por el connacional Gerardo Valdez.

Sin embargo, nada de eso conmovió al republicano Keating. No hay conmutación y sí, en cambio, una carta al presidente Fox, explicándole por qué se decidió por la ejecución de un hombre.