Ť ''Filmaremos todo, hasta la violencia'', advierten
Cineastas italianos filman documental de las protestas contra el Grupo de los 8
AFP
Genova, Italia, 20 de julio. El título podría ser Genoa, città chiusa (Génova, ciudad cerrada): una treintena de cineastas italianos filma estos días en las calles de Génova un nuevo episodio de las protestas antimundialización, para montar un documental colectivo de una hora.
El documental, que será difundido por la RAI (televisión
pública italiana) podría extenderse posteriormente a dos
horas, para ser emitido en versión cine, según explicó
la portavoz de la productora Luna Rossa, Angela Azzaro.
El proyecto podría estar listo para el otoño,
explicó Azzaro.
"Intentan comprender qué está pasando en el mundo, qué es este movimiento antimundialización", añadió Azzaro. "Se trata de darles una voz", dijo, en referencia a los miles de jóvenes que han acudido a Génova, procedentes en su mayoría de países europeos.
"Si nuestra presencia puede ayudar a evitar que la policía pierda los estribos, estará bien", explicó por su parte uno de los instigadores del proyecto, el director Franceso Maselli.
Maselli, así como los directores Ettore Scola y Nicolo Ferrari, entre otros, se encontraba este viernes en las calles genovesas desde temprano, filmando la progresiva concentración de jóvenes y las enormes medidas de seguridad desplegadas por las autoridades italianas.
El objetivo de los organizadores de la contracumbre del G-8, el Foro Social de Génova (GSF), es "liberar" la zona roja de seguridad resguardada por unos 18 mil policías.
Al ser cuestionado sobre si esperaba que se produjeran actos de violencia por parte de los manifestantes, Maselli reconoció que no lo sabía.
"Ese es otro tema. La violencia corre el riesgo de surgir de la policía, no por órdenes del gobierno, sino porque desde hace 50 años descubrimos en Italia líneas de contradicción en el interior de la policía, de los servicios de información", opinó Maselli.
El jueves, durante un primer "ensayo general" de la protesta, unos 30 mil manifestantes (50 mil según la organización) desfilaron en solidaridad con los inmigrantes indocumentados.
Durante el recorrido los incidentes fueron escasos. El ambiente era festivo, con una banda de música que cerraba el cortejo. La policía estaba muy presente, pero no reaccionó a las pequeñas provocaciones de un grupo de encapuchados.
Nicolo Ferrari, apoyado tan sólo por una asistente y un operador equipado de una cámara de vídeo digital, filmaba sin cesar los bailes de los jóvenes y las pancartas, los disfraces y la reacción de los vecinos.
"Por ahora no hemos tenido problemas. Lo filmaremos todo", incluido los posibles actos de violencia de ambas partes, aseguró el operador, Paolo Santolini.