VIERNES Ť 27 Ť JULIO Ť 2001
CAMPO
Ť La UNORCA resuelve mantener su demanda de pago justo a la producción de granos
Campesinos de cuatro entidades del norte deciden construir un frente en defensa del agro
Ť "El gobierno federal no asume que su luna de miel acabó", señala Alfonso Valenzuela
MATILDE PEREZ U.
Campesinos organizados, lo mismo que otros no miembros de algún grupo de Sonora, Sinaloa, Tamaulipas y Chihuahua, acordaron conformar un frente en defensa del campo. Bajo el lema "Movilizarnos para resistir y para avanzar por una nueva y distinta política agropecuaria", los agricultores asumen las experiencias de las protestas de los productores de maíz y trigo y se preparan ante los previsibles conflictos en la comercialización del sorgo.
"Este nuevo movimiento campesino no va a estar anclado en el pasado ni ninguno de sus integrantes podrá ser calificado despectivamente, porque tiene sus integradoras comerciales; exporta trigo y garbanzo; algunos son socios de agroindustriales y tienen sus seguros", dijo Alfonso Valenzuela, uno de los convocantes.
Mientras los campesinos del norte construyen ese frente, en la ciudad de México la coordinadora de la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) -con presencia en 24 estados- acordó continuar con su exigencia de pago justo y oportuno a la producción de granos, además de la revisión de los tratados comerciales en sus capítulos agropecuarios, comenzando con el Tratado de Libre Comercio.
"Es fundamental analizar cuáles productos deben someterse a la competencia internacional de acuerdo a la importancia estratégica para la seguridad nacional y la soberanía alimentaria", destacó UNORCA. Respecto a los subsidios consideró que ellos deben considerarse como "una estrategia interna de política alimentaria y no como una política de equiparamiento de condiciones de mercado y ventajas comparativas".
Los primeros pasos en la revisión del capítulo agropecuario del TLC deberán contemplar: revisión de los aranceles y cupos de importación con la participación de los productores y consumidores; respetar los aranceles-cuota establecidos en el TLC, y otorgar créditos blandos a los productores nacionales.
Valenzuela -integrante de la comisión ejecutiva de UNORCA en Sonora- puntualizó que en la convocatoria a la creación del frente en defensa del campo "no repetiremos el discurso de que la situación está grave y habrá dificultades, los hechos muestran su vigencia. Eso no significa que asumamos un discurso alarmista, pero tampoco sabemos qué tan lejos o cerca está el Ejército Villista Revolucionario del Pueblo" (grupo guerrillero con presencia en el norte del país).
"El gobierno federal no asume que su luna de miel acabó, no quiere o no comprende que ya estamos en 'la crónica de un movimiento nacional anunciado'. Las acciones son encabezadas por nuevos dirigentes, los que fuimos líderes agrarios estamos aportando nuestra experiencia y no estamos dispuestos a morirnos calientitos en la cama mientras el campo sigue deteriorándose."
Las movilizaciones en Sonora, Sinaloa y Chihuahua reflejan el ánimo de los campesinos "de pasar de la sobrevivencia a mejores condiciones de vida, con un ánimo concertador con el gobierno federal que escuche y tome decisiones, que entienda que hay muchas fuerzas sueltas y que los campesinos están decididos a continuar la batalla para mejorar su nivel de vida".
En esta nueva etapa del movimiento habrá una política de alianzas bajo una lógica de encuentro de las organizaciones campesinas, sin acuerdos ni pactos de cúpulas, ni bajo una visión político-electoral, acotó.
La UNORCA acordó profundizar su lucha en demanda de un pago justo y oportuno para los productores de granos y por la revisión de los tratados comerciales en materia alimentaria; en su reunión anual y ya fuera del CAP, esta organización campesina consideró fundamental analizar los productos que deben estar en la competencia internacional y evaluar la importancia estratégica de ellos para la seguridad nacional y la soberanía alimentaria.