DOMINGO Ť 29 Ť JULIO Ť 2001

Ť La tienen ahí por ser indígena, dicen compañeras

Interna permanece en el Reno con su hijo en área inadecuada

ANGEL BOLAÑOS SANCHEZ

Desde hace dos mes, en castigo por una pelea con otra interna del Reclusorio Femenil Norte, Elena Palma Ceballos se encuentra en el área de ingreso del penal junto con su hijo Juan Carlos, de sólo un año y seis meses de edad. En ese lugar no es posible el adecuado desarrollo del menor, por falta de espacio, malas condiciones de higiene y las otras reclusas que están ahí, denunciaron internas.

El castigo contra Palma Ceballos fue instruido por el Consejo Técnico Interdisciplinario por pelearse con otra interna que, al pasar cerca de ella mientras planchaba la ropa de su hijo, se quemó al rozar la plancha.

La otra interna, quien incluso pertenece a otro dormitorio, ni siquiera fue castigada, mientras que a Elena, con su hijo, se le aplicó el castigo porque "las autoridades del reclusorio la tienen como una persona problemática sólo porque ha tenido conflictos con otras dos reclusas, pero eso no es nada extraño aquí. Abusan de ella porque es indígena del estado de Guerrero y como no sabe defenderse la cambian de lugar y ella no dice nada", señalaron varias de sus compañeras.

Hay un dormitorio reservado para las internas con sus hijos, pero de ahí fue el primer lugar del que la sacaron después de tener un problema con otra compañera.

Los castigos duran en promedio 15 días, pero Palma Ceballos tiene poco más de dos meses en el área de ingreso, pese a la situación del menor.

"El niño es muy inquieto y los primeros días estaba muy llorón porque no hay espacio donde pueda jugar; ahora ya lo sacan un rato pero su mamá tiene que verlo desde el otro lado de la reja; entonces, cómo lo cuida si no puede estar cerca de él".

Además, el ambiente es muy pesado, pues a ingreso llegan mujeres que cometieron toda clase de delitos, de diferentes grados de peligrosidad; "hay algunas que son muy groseras y el niño tiene que estar escuchando todo eso y lo aprende; además la comida no es buena y tampoco es muy higiénico el lugar".

Juan Carlos ni quiera está registrado, "es canerito", pues nació dentro del reclusorio y su familia vive en Guerrero, por lo que casi no vienen a visitarlos, de manera que ella no tiene quién la apoye con el niño; "una vez vinieron unos primos de ella con la intención de llevárselo con sus abuelos, pero como no está registrado, mejor lo dejaron para no tener luego problemas".

Por otra parte, en la Penitenciaría de Santa Martha Acatitla, la Dirección General de Prevención y Readaptación Social "confiscó" a un interno materiales que había adquirido para trabajar en uno de los talleres del lugar, antes de que las autoridades decidieran retirarle la concesión de un local.

Luego de que a uno de cuatro internos a los que se autorizó para trabajar en el taller número 8 le fue encontrada droga en sus pertenencias, el Consejo Técnico Interdisciplinario decidió revocar el permiso también a los otros tres y cerrar el local. Pero el material que se encontraba dentro, por un valor superior a los 150 mil pesos, entre madera, resinas, pintura y herramienta, que fue adquirido por el interno Marco Antonio Barrera Rivas, fue sacado y llevado a otro lugar de la penitenciaría.

"Les pedí otro lugar para que me dejaran trabajar, hay muchos talleres y cajones que se están utilizando, pero se han negado, me dicen que si quiero trabajar que lo haga en mi estancia, pero es imposible porque no hay espacio.

"Me dicen que saque las cosas, pero no tengo dinero para pagar una mudanza, todo mi dinero está invertido ahí y además a dónde lo llevo, no me sirve para nada afuera, pues yo soy el que trabaja, allá nada más están mis padres que incluso vendieron su casa para ayudarme a hacer este negocio y dependían del trabajo que yo hacía".

En un oficio con fecha 24 de julio, la secretaria del Consejo Técnico, Raquel de la Torre Malváez, le informó de la decisión "por instrucciones de la Contraloría Interna".