LUNES Ť 30 Ť JULIO Ť 2001

Ť El gobierno foxista parece no darse cuenta y sus errores agravan el problema

México, en recesión; la pérdida de empleos puede igualar a la de 1995, alerta la UOM

Ť El comercio no es una opción ante la crisis, pues ofrece pocos trabajos y mal pagados

DAVID ZUÑIGA Y ELIZABETH VELASCO

México ya está en recesión y se acerca a los niveles de desempleo de 1995, cuando 611 mil personas perdieron su trabajo, advirtió la Universidad Obrera de México (UOM); entre tanto, Consultores Internacionales señaló que si el gobierno de Vicente Fox no actúa de inmediato para reactivar la industria y el campo esta situación se agudizará y pondrá en riesgo las expectativas del país.

En un análisis elaborado por el investigador Raúl J. Lescas, la UOM señala que el temido fantasma de las crisis sexenales ronda por México, pero el gobierno foxista parece no darse cuenta de ello porque sigue entusiasmado con la baja inflación, la fortaleza del peso y el alto nivel de reservas internacionales (38 mil 689 millones de dólares al 20 de julio).

Detrás de esta fachada de cifras positivas, agrega, se esconde una severa recesión de la industria y la agricultura. El indicador global de la actividad económica (IGAE), que publica el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, muestra una contracción de 4 por ciento, la más fuerte desde la recesión de 1995.

En mayo, las ventas al mayoreo cayeron 6.6 por ciento comparadas con las del mismo mes del año pasado; destacan las ventas de maquinaria e insumos para industria, comercio, agricultura y servicios; en tiendas de ropa y calzado, así como materiales metálicos para la industria, ''síntomas, sin duda, de una recesión''.

Desde diciembre avanza la crisis

Desde diciembre, agrega, la llamada desaceleración se estaba convirtiendo en recesión, hecho que fue relegado a un segundo plano por la euforia que provocó el cambio de partido en el poder tras siete décadas de régimen priísta. Sin embargo, la realidad y las cifras precipitaron el fin de esta luna de miel: a mayo de este año la producción industrial había caído 3.4 por ciento y el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) ha reconocido que el crecimiento de este sector será prácticamente nulo este año.

La industria de la construcción fue la más golpeada, con una caída de 8 por ciento; le siguieron la minería, con una baja 3.2, y la industria manufacturera en conjunto, con un declive de 2.8 por ciento. La generación de gas, agua y electricidad apenas creció 0.9 por ciento, insuficiente para compensar la caída del resto del sector. Esta pérdida de fuerza, sumada a la recesión en el campo, que entre enero y mayo tuvo un crecimiento negativo de 5 por ciento, hacen prever a la UOM que se cumplirán las advertencias del gobernador del banco de México, Guillermo Ortiz, quien anticipó que el crecimiento del segundo semestre no llegará ni a 1 por ciento.

Sobre la supuesta fortaleza del comercio y su capacidad para sostener al resto de la economía, el estudio señala que el empleo en el comercio al menudeo creció 8.2 por ciento; sin embargo, las remuneraciones medias reales disminuyeron 1.7 por ciento en mayo comparadas con las del mismo mes del año anterior; en el comercio al mayoreo el empleo creció apenas 1 por ciento y las remuneraciones cayeron 3.2 por ciento, lo cual muestra que en el sector se están creando empleos a cuentagotas y además son trabajos precarios, eventuales y mal pagados.

Los errores del semestre

El documento señala que el gobierno federal es corresponsable de la recesión porque en lugar de proteger la planta productiva recortó el presupuesto, retuvo el gasto para obras de infraestructura y vivienda y congeló el crédito, medidas a las que llama ''el error del semestre''.

Una vez desatada la recesión, explica, se ha tratado de mitigarla mediante el control de la inflación, el fortalecimiento del peso, planes de empleo precario y temporal y el famoso programa de changarros. Por su parte, el Banco de México aprovecha los despidos para promover una política de contención salarial y, junto con empresarios, presiona para que en las revisiones salariales se acepten aumentos por debajo de las expectativas de inflación.

Hasta mayo más de 400 mil personas (asegurados permanentes y eventuales del IMSS) habían perdido su trabajo, al igual que 25 mil trabajadores de confianza y por honorarios que no tienen prestaciones de ley, a lo que se suma el congelamiento de plazas de afiliados al ISSSTE.