LUNES Ť 30 Ť JULIO Ť 2001

Ť Critica el cardenal a quienes se valen de ella para alcanzar poder terrenal

Absurdo establecer una religión de Estado, dice Norberto Rivera

Ť Nadie quiere la imposición de un ateísmo con el pretexto de un laicismo, señala el arzobispo

Ť Califica de "acto de desesperación" de la gente el linchamiento de una persona en Tlalpan

ANGELICA ENCISO L.

rivera-norberto-jpgEl cardenal Norberto Rivera Carrera aseguró que sería absurdo establecer una religión de Estado, pero también dijo "que nadie quiere la imposición de un ateísmo con el pretexto de un laicismo". De esta forma respondió al debate desatado en los últimos días en torno a la presencia de figuras religiosas en oficinas públicas.

Entrevistado al término de la tradicional homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el arzobispo primado de México abundó sobre el tema y señaló que "nadie se debe valer de la religión para alcanzar poder terrenal".

El prelado también se refirió al caso del linchamiento de Carlos Pacheco Beltrán, porque presuntamente robó una imagen religiosa de la iglesia de Santa María Magdalena Petlacalco, en la delegación Tlalpan. Dijo que la arquidiócesis de la ciudad de México ya se había pronunciado por el rechazo a la violencia; "creo que esos robos son parte de la violencia, pero una violencia más criminal es asesinar a una persona".

La Iglesia, precisó, no puede aceptar esto. "Creo que los feligreses expresaron algo en lo que no encontraron eco en la justicia humana. Yo creo que es un acto de desesperación. Yo lo podría calificar en ese sentido". Este hecho, indicó, debe investigarse y "no se puede hacer un juicio desde aquí".

En Petlacalco no comulgaron

Mientras tanto, en el pueblo de Magdalena Petlacalco, los feligreses no pudieron comulgar porque el cura encargado de oficiar la misa principal del domingo los exhortó a arrepentirse por el linchamiento y, literalmente, se rasgó las vestiduras.

Ante la reacción del cura, varias mujeres sollozaron y un grupo de habitantes arremetió contra los representantes de los medios de comunicación hasta correrlos de la parroquia.