CIUDAD PERDIDA
Ť Miguel Angel Velázquez
Ť Una reunión necesaria
Ť Las provocaciones panistas
SER O no ser creyente. Ese no es el dilema.
ESTE FIN de semana los asambleístas del PRD pidieron una cita con el cardenal Norberto Rivera, a fin de aclarar con él y con su iglesia los malos entendidos que, para no variar, ha desatado Acción Nacional pretendiendo confundir a la opinión pública.
LO MAS probable es que este martes asambleístas y cardenal puedan encontrarse para despejar las dudas sobre las intenciones de los políticos del partido azul respecto de la denuncia de hechos presentada por el PRD ante la Contraloría General del Distrito Federal y para evitar que el PAN siga utilizando imágenes de la Iglesia católica para su beneficio.
COMO HAN hecho con otros asuntos, los panistas pretenden perturbar, hacer creer que el partido del sol azteca trata de coartar la libertad de credo consagrada en las leyes de este país y con ello buscar el amparo de la opinión pública para seguir utilizando el arma de la religión como herramienta de su quehacer político.
SIN EMBARGO, los perredistas quieren explicar al cardenal, de quien esperan una respuesta positiva, cuáles son en realidad las causas de esta controversia que empieza a generar problemas mayores entre quienes no profesan la religión católica y se sienten ofendidos por los panistas, que quieren llenar las oficinas públicas de imágenes religiosas.
NO ES seguro que el jerarca católico esté dispuesto a escuchar a los perredistas, por más que éstos pretendan explicar el verdadero alcance de sus maniobras, que en ningún momento pretenden, cuando menos así lo han señalado ellos mismos, ofender a la Iglesia o saltarse las leyes que hasta ahora han podido mantener a cada quien en su lado. Al césar lo del César, y a Dios lo de Dios.
LO QUE no se vale, cuentan en el PRD, es la idea continua de los panistas por violar la ley y crear conflictos de cualquier clase, con tal de ignorar las reglas de convivencia que creó la sociedad y que aún ahora evitan conflictos que en otras partes del mundo los fanatismos provocan.
LA DIVERSIDAD de religiones que se profesan hoy en la capital del país es suficiente como para soslayarlas. Sin duda el catolicismo continúa siendo la religión con el mayor número de seguidores, nadie lo pone en duda, pero también existen otras.
HAY CRISTIANOS -no confundir con católicos-, judíos y hasta musulmanes, sin olvidar, desde luego, a los budistas, con más seguidores cada día, y esto en la intolerante derecha no parece tener ninguna importancia.
LA MEZCLA del conservadurismo y el neoliberalismo entre los miembros más jóvenes y más confundidos en el Partido Acción Nacional ha llevado a acciones constantes de provocación y los resentimientos de quienes no piensan como ellos ha creado ya síntomas peligrosos de rencor social.
UNA TRAS otra, las acciones panistas suponen que usando la religión podrán ganar simpatías; por ello Fox levantó un crucifijo en un acto absolutamente republicano y por ello envalentonó a sus delegados políticos para que entendieran que utilizando la religión como punta de lanza se puede ganar hasta elecciones.
EL PROBLEMA ahora se centra en dos interrogantes: ¿Se puede hacer valer la ley? ¿Es posible que los prepotentes jefes delegacionales panistas entiendan que viven en un Estado laico? Lo más probable es que las cosas se queden como están.
POR ESO la importancia de la reunión de los perredistas con el cardenal. Si de ese encuentro se logra señalar con precisión los ámbitos y los límites de la Iglesia, podría ganarse un paso definitivo para no aflojar otra tuerca en el tan maltrecho escenario de seguridad para la ciudadanía en la capital.
CASO CONTRARIO, lo más probable es que en poco tiempo los funcionarios de diferentes signos religiosos busquen en las paredes de las oficinas del gobierno los espacios para acarrear fieles a sus propias religiones.
Y COMO lo han demostrado los panistas, la defensa fanática de las creencias podrá llevar a juegos de enfrentamiento y venganza a unos y otros. Baste recordar que algunos de los sucesos más sangrientos en la historia antigua y reciente se deben a los fanatismos, pero parece que los panistas buscan, a como dé lugar, crear climas de inestabilidad en esta ciudad.
EN FIN, sea como sea, cada quien es libre de practicar la religión que mejor le parezca, pero nadie debería utilizarla para hacer de ella o ellas una bandera política. Habrá que decirlo una vez más: a este país ya le ha costado muchas vidas el fanatismo religioso y ya se ha advertido en un sinnúmero de ocasiones, por eso mismo, de su peligrosidad. Pero para los funcionarios panistas la historia es un pedazo de la nada y ojalá no nos lleven a terrenos indeseables por su mera prepotencia. Amén.
Pesame
NO FUE, como en muchos otros sucesos de este tipo, la clásica obligación de los políticos en busca de los reflectores y las cámaras. Allí convivieron la sinceridad, la amistad y el respeto que convoca la familia Quintero, y Armando en especial.
ESTUVIERON, ENTRE muchos otros, Beatriz Paredes, quien prácticamente bajó del avión que la traía de Perú para trasladarse a la agencia funeraria; también llegaron Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador, Margarita González Gamio, Gilberto Ensástiga, René Bejarano y otros, que esta vez hicieron a un lado la vanidad y las diferencias para tratar de aligerar la tragedia. Vaya desde aquí nuestro pésame.