MARTES Ť 31 Ť JULIO Ť 2001

Ť Para capitalizarlo se le inyectaron recursos fiscales por 45 mil millones de pesos

Inverlat costaba 1,100 mdd y se vendió en 250 mdd a canadienses

Ť Desmiente Di Costanzo que la transacción fuera entre particulares; el gobierno detenta todavía 36% de las acciones del banco, intervino para sanearlo y ahora es socio

ISRAEL RODRIGUEZ

El acuerdo entre funcionarios mexicanos para la venta de Inverlat al canadiense Banco de Nueva Escocia fue totalmente desventajoso para las finanzas públicas de México, pues además de ofrecer al grupo canadiense un banco cuyo valor era de mil 100 millones de dólares en sólo 250 millones de dólares, el compromiso de capitalizarlo implicó una inyección ''reconocida'' de recursos fiscales por 45 mil millones de pesos, revelan informes oficiales.

Este monto es casi la mitad de la recaudación adicional estimada por la aplicación del impuesto al valor agregado (IVA) a alimentos y medicinas y también equivale al apoyo que entre 1995 y 1996 el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) le dio a seis bancos.

El acuerdo al que llegaron los funcionarios mexicanos y los canadienses fue que inicialmente aportarían 100 millones de dólares para administrar Inverlat, otrora propiedad de Agustín F. Legorreta y su grupo de accionistas, y posteriormente con 150 millones de dólares más obtendrían los derechos de compra; además el gobierno mexicano se comprometía a mantener en 9 por ciento la capitalización de Inverlat, desde 1996 hasta 1999, y de 8 por ciento entre enero y marzo del 2000.

La versión del procurador

El procurador fiscal de la Federación, Gabriel Reyes Orona (La Jornada 26/VII/ 01), reveló que el monto de los recursos públicos destinados al saneamiento de Inverlat alcanzó los 60 mil millones de pesos y rechazó que se hayan tratado de disfrazar esos fondos a través de operaciones efectuadas desde las Islas Gran Caimán. Aseguró que la operación de compra y venta de este banco fue entre particulares.

A este respecto, Mario Di Costanzo, asesor económico del Partido de la Revolución Democrática (PRD), hizo algunas precisiones en entrevista a las declaraciones de Reyes Orona, al detallar que esta no fue una transacción entre particulares porque el gobierno inyectó a Inverlat 45 mil millones de pesos de recursos de todos los mexicanos, detenta todavía 36 por ciento de las acciones del mismo, y no sólo aplicó una operación de intervención y saneamiento, sino que más bien es ''socio'' de los canadienses.

Además de que se utilizaron recursos de todos los mexicanos, las autoridades decidieron dejar de publicar sus estados financieros por más de cinco años, cuando en términos prácticos el gobierno era dueño, ya que los canadienses inicialmente adquirieron sólo 10 por ciento de la institución bancaria.

El jueves primero de marzo de este año, Peter Cardinal, actual director general de Scotiabank Inverlat, contestó lo siguiente: ''la pregunta sobre cuánto costó el saneamiento de Inverlat hay que hacerla al propietario anterior, porque el no hacer públicos sus resultados en los últimos cinco años fue decisión del gobierno''.

El también ex presidente de la Comisión Investigadora del IPAB de la LVII Legislatura explica que en la inyección de estos recursos derivados del compromiso de capitalizar al banco, es donde se utiliza la estrategia de triangular a través de Islas Gran Caimán los fondos públicos, por lo que no se conoce el costo total del saneamiento de Inverlat.

Los recursos, explica Di Costanzo Armenta, eran canalizados a Gran Caimán para que de ahí fueran regresados al banco para su capitalización a través de fideicomisos y empresas que aparentemente se convertirían en accionistas del banco.

Aunado a esto Inverlat tiene créditos reportados como irregulares por un monto de 10 mil 96 millones 787 mil 731 pesos. Entre los créditos reportables o irregulares que mantiene el banco destacan los de Xacur Escobosa Gilberto (42.9 millones de pesos), Grupo Madero Bracho (204.3 millones), José Luis Ballesteros Franco (179.3 millones), Jorge Ballesteros Franco (295.8 millones), Crescencio Ballesteros Ibarra (210 millones), Grupo Xacur (897 millones), Jacobo Xacur Eljure (23.1 millones), entre otros.

Esta situación, agrega Di Costanzo Armenta, propició que de los 60 mil millones de pesos en recursos fiscales, que a decir del procurador fiscal se le inyectaron a Inverlat, sólo se tengan ''reconocidos'' 45 mil millones de pesos, mientras de los otros 15 mil millones de pesos se desconoce su destino.

Resulta muy difícil de entender, menciona Mario Di Costanzo, que el gobierno a través de la CNBV o el Fobaproa haya decidido no hacer públicos sus resultados, tal y como lo señala Peter Cardinal, por lo menos para 1996, 1997, 1998 (el IPAB no existía). El banco era público sobre todo por la cantidad de recursos fiscales que se le habían inyectado.

Más confuso, dijo, resulta entender el hecho de que si no se usaba dinero porque no lo había, el Banco de México, el 13 de marzo del 2000, iniciara la liberación de 39 mil millones de pesos en efectivo y en tandas de 2 mil 500 millones de pesos diarios a los canadienses, resultado de estas operaciones.

''Es un hecho, como ya lo he declarado varias veces, que cualquier tema que se aborde en el rescate bancario está lleno de contradicciones e irregularidades, y en los que la única constante es la falta de transparencia''.