MARTES Ť 31 Ť JULIO Ť 2001
Ugo Pipitone
Policía italiana
La magistratura italiana ha abierto varias investigaciones sobre el comportamiento de policías, celadores y carabineros en los días del G-8 genovés. De los testimonios acumulados resulta cada vez más evidente que hubo algo más que "excesos": hubo trato brutal hacia los jóvenes presos, lo que incluyó golpizas, prohibición de usar los baños, obligación a mantener las manos en alto por horas. Pero hay un "detalle" especialmente revelador. En las comisarías algunos testimonios dicen que, además de ser vejados en muchas formas, fueron obligados a gritar Viva il Duce.
Confieso que no siento ninguna simpatía hacia una antiglobalización que demasiado a menudo expresa retrocesos culturales que considero dramáticos. Pero Ƒquién autoriza a las fuerzas del orden a comportarse, al cobijo de su función institucional, como bandoleros impunes? Y sobre todo Ƒquién autoriza a los representantes del Estado a ser expresión de una subcultura tan arcaica como aquélla que supone aclamar la figura de Mussolini? Algo está podrido y, evidentemente, no en Dinamarca.
Una minoría de jóvenes confundidos siente hoy la necesidad de destrozar todo a su paso, romper vitrinas de bancos y creerse revolucionarios. Estamos frente a un grave fenómeno social que podría reservarnos sorpresas peores en el futuro. ƑY entonces? ƑAutoriza esto a las fuerzas de policía a comportarse con esa mezcla inconfundible de brutalidad y estupidez de la que dieron prueba en Génova?
ƑViva il Duce? Por tan vergonzoso que sea, habrá que reconocerlo: un fondo de nostalgias autoritarias se anida en las fuerzas del orden público de un Estado democrático que nació combatiendo al fascismo. ƑEs posible una vergüenza mayor? ƑQué pensaríamos de Alemania si sus policías obligaran a los presos en manifestaciones callejeras a gritar Heil Hitler? Si esto ocurriera y ocurriera con el silencio cómplice del gobierno alemán habría sobradas razones de preocupación. ƑNo sería ésta una excelente forma de dinamitar desde adentro las perspectivas de la Unión Europa como primera democracia posnacional del mundo? Mientras Europa se encuentra encaminada hacia una construcción institucional inédita, la nostalgia autoritaria y la estupidez institucional dejan de ser factores folclóricos de atraso cultural para convertirse en enemigos públicos.
Pero, lo peor (nunca hay límites a lo peor) no es el comportamiento inaudito de algunos sectores de la policía italiana. Aprendo de los periódicos que la RAI (la televisión pública italiana) habría decidido no pasar al público las escenas de mayor violencia policiaca contra los manifestantes de Génova. O sea, después del delito de Estado, el encubrimiento de Estado. Y resulta, obviamente, más difícil explicar las cosas en términos de "excesos".
A lo largo de los años noventa si algo honró a las instituciones italianas fue la investigación judiciaria sobre la corrupción política. Un país capaz de enjuiciarse a sí mismo encarna siempre un sano ejercicio democrático. Hoy ocurre exactamente lo contrario: el Estado encubre lo peor de sí mismo. Y el orgullo se vuelve vergüenza.
Llevemos el razonamiento a sus límites lógicos: Ƒsería imaginable la democracia sueca con una policía al estilo batistiano? Obviamente no estoy diciendo que la policía italiana sea comparable a la de Batista; estoy diciendo que si en las comisarías italianas se cometen atropellos contra los ciudadanos que manifiestan en las calles y se hace eso en nombre del Duce, algo podrido persiste en el Estado italiano. Algo que debería ser objeto de seria preocupación por el gobierno de Berlusconi. Lo que, digámoslo entre paréntesis, no ha ocurrido ni parecería estar a punto de ocurrir.
Obligación de cualquier Estado democrático es hacer limpieza comenzando desde adentro. Quien no tenga la fuerza de hacerlo (por razones de oportunidad política o por pusilanimidad) traiciona su función institucional. Volvamos a la policía: cuando en nombre del orden público se cometen fechorías, quien pierde legitimidad democrática no es la policía, es el Estado.