VIERNES Ť 3 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Primera sentencia emitida por la justicia internacional en un caso de genocidio

Condena el TPI a 46 años de prisión por crímenes de guerra a general serbio-bosnio

Ť A Radislav Krstic se le culpa de las masacres en Bosnia oriental en julio de 1995

Ť Su proceso incluyó testimonios de sobrevivientes Ť Detienen a otros tres oficiales

AFP, AP, REUTERS Y DPA

La Haya, 2 de agosto. El Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya con sede en Holanda condenó a 46 años de prisión al general serbio-bosnio Radislav Krstic, por genocidio, la primera condena por este crimen dictada en Europa por la justicia internacional.

Krstic fue declarado culpable de genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra por los jueces del TPI por su responsabilidad en las masacres de Srebrenica, en Bosnia oriental, considerada la tragedia más importante ocurrida en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.

NETHERLANDS_WAR_CRIMES_Más de 7 mil musulmanes bosnios desaparecieron y se cree que fueron asesinados tras la toma de este enclave musulmán bosnio por parte de las tropas serbias de Bosnia el 11 de julio de 1995.

"Usted es culpable, sabiendo que las mujeres, los niños y los ancianos de Srebrenica habían sido transferidos, de haber adherido al plan de ejecución masiva de todos los hombres en edad de combatir, Usted es culpable, general Krstic, de genocidio", declaró el juez portugués, Almiro Rodrígues a un Radislav Krstic evidentemente nervioso.

El oficial serbio-bosnio, quien tiene una prótesis desde que perdió una pierna al pisar una mina fue autorizado a permanecer sentado durante el anuncio de su sentencia. Los magistrados estimaron que no fue el general Krstic sino que otra persona la que decidió ordenar la ejecución de todos los hombres en edad de combatir, pero que esto no atenuaba su crimen.

"Esta decisión muestra que es importante que Radovan Karadzic y Ratko Mladic sean transferidos a La Haya", señaló por su parte la portavoz de la procuradora del TPI, Carla del Ponte, al finalizar la audiencia. Los dos ex jefes políticos y militar de los serbios de Bosnia, igualmente acusados por el TPI por su papel en la matanza de Srebrenica, continúan prófugos.

La defensa de Krstic solicitó la absolución del general, quien en su comparecencia incial ante los jueces se declaró inocente de todos los cargos. Su proceso en La Haya incluyó la declaración en el Alto Tribunal de 128 testigos, muchos de ellos supervivientes de la masacre, y la presentación de cerca de mil 100 pruebas de cargo. Los fiscales pidieron que a Krstic se le impusieran penas de prisión perpetua, concurrentes, por cada uno de los ocho cargos en su contra, el pedido más drástico hasta la fecha.

Por ahora se desconoce el lugar en el que Krstic purgará su condena, dado que la cárcel que el TPI posee en la localidad de Scheveningen no dispone de las instalaciones adecuadas para ello. En ese penal se encuentra el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic en espera de un juicio por crímenes cometidos durante la guerra de Kosovo.

Sobre este fallo, Estados Unidos declaró que la sentencia refleja que semejante atrocidad no será tolerada y los criminales serán llevados a la justicia. "Felicitamos al tribunal internacional por su búsqueda de justicia en este caso", declaró el portavoz del Departamento de Estado, Richard Boucher.

Por otra parte, las autoridades de la Federación Croata-Musulmana de Bosnia-Herzegovina detuvieron a tres oficiales superiores bosnio-musulmanes que serán trasladados a La Haya por petición del TPI, indicó este jueves el ministerio de Justicia en un comunicado.

En tanto, el primer ministro de Macedonia, Ljubco Georgievski, instó el jueves a reuperar los territorios en poder de los insurgentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de la etnia albanesa, al decir que sería vergonzoso firmar un acuerdo de paz bajo amenazas de los rebeldes.

Georgievski expresó esperanzas de que las conversaciones entre los dirigentes de los fraccionados partidos políticos de Macedonia, que lograron el miércoles un avance significatvo en la conversaciones de paz, al acordar un uso más amplio de lengua albanesa pudieran producir un plan para evitar una nueva guerra balcánica.