DOMINGO Ť 5 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť Increíble error de Zague
Necaxa rescató un punto al empatar 1-1 con Monterrey
Monterrey, 4 de agosto. Necaxa rescató el empate 1-1 en su visita a Rayados, y Zague se perdió de la gloria al fallar un tiro a gol de último minuto donde en gran avance sembró a un defensa y al portero Ricardo Martínez, y ante el marco abierto definió sin levantar la vista; su disparo pasó a un lado, arrancando un suspiro de alivio en la enmudecida afición y gestos de enojo en la banca rojiblanca.
Resultó un partido nivelado con dominio alterno, pero con numerosos errores en el tiro a gol, sobre todo por parte del Monterrey, pero la oportunidad más clara fue la de Luis Roberto Alves, Zague, ocurrida al minuto 90. Rayados se quedó con cuatro puntos, mientras que Rayos cosechó su tercer empate y acumula 3 unidades.
A los 25 minutos el brasileño Alessandro Correa puso el 1-0, cuando el Cabrito Jesús Arellano recibió el balón con el pecho de espaldas a la meta defendida por Alexandro Alvarez, lo dejó para el arribo de Correa, quien exhibió buena colocación al anidar el esférico en las redes.
Todavía al arranque del complemento Monterrey luchó para incrementar su ventaja, sobre todo a través de su dupla de ataque, cada vez mejor coordinada, integrada por Arellano y De Nigris, quienes fueron registrados en la FMF de última hora para poder participar en el torneo, pero a ambos les faltó claridad en el último toque.
Necaxa adelantó líneas en busca del empate, el cual logró al 67 por conducto de Alvaro Ortiz, en una acción donde pareció tomar dormida a la defensa local, pues José Millán llegó por la izquierda, frenó para eludir a su marcador que se fue en banda y dio el balón a Ortiz, quien llegaba por la derecha, éste, con pausa y elegancia sacó un disparo que techó al portero y definió el 1-1.
Infructuosos fueron los intentos de Arellano-De Nigris por retomar su ventaja, el tiempo se escurrió hasta el increíble error de Zague, que estuvo acompañado de otro del silbante Paul Enrique Delgadillo, quien expulsó a Flavio Rogerio creyendo que tenía dos amonestaciones, pero él sí tuvo oportunidad de rectificar.