SABADO Ť 11 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť "Rata, rata", escuchó el ex regente en el Palacio de Justicia
Por congruencia, no volveré a huir, asegura Espinosa Villarreal
Ť Fuerte dispositivo de seguridad protegió al ex funcionario
GUSTAVO CASTILLO, TRIUNFO ELIZALDE, LAURA GOMEZ Y ANGEL BOLAÑOSX
El ex secretario de Turismo Oscar Espinosa Villarreal afirmó a su llegada a México que "enfrentará la justicia", que no huirá nuevamente "porque sería incongruente" con la actitud que ahora asume. Luego de su extradición de Nicaragua, lo primero que hizo fue presentarse al juzgado cuarto de distrito para entregar la garantía de 4.2 millones de pesos que le fue exigida para gozar del amparo contra la orden de aprehensión.
El ex funcionario, quien llegó a la ciudad de México en un avión de la Procuraduría General de la República (PGR), descendió de la aeronave con un chaleco antibalas, sin esposas, flanqueado por dos agentes de la Policía Judicial Federal adscritos a Interpol México.
En las azoteas cercanas al hangar de la PGR, francotiradores cuidaban que no se produjera un atentado. Se montó un gran despliegue policiaco que incluyó a más de 60 elementos de la Policía Federal Preventiva.
El rostro del ex regente pareció sereno, incluso alegre, pero no se le vio sonreír de manera abierta durante los 30 minutos que permaneció en el hangar de la PGR. En cambio sí lo hizo en las instalaciones del Palacio de Justicia federal, en San Lázaro, donde recibió expresiones contrastantes. Hubo quienes lo saludaron y otros que lo menos que le dijeron fue "rata".
Espinosa Villarreal, quien desapareció de la vida pública el 3 agosto del 2000, cuando era secretario de Turismo, y que desde la clandestinidad solicitó licencia para dejar el cargo y luego renunció, aseguró este viernes: "sería totalmente incongruente si tratara de huir. Quiero decirles que yo me entregué voluntariamente en Nicaragua; que yo apresuré mi regreso al renunciar a las pruebas que yo pudiera aportar. Sería totalmente contradictorio con mi actitud de ahora el hecho de que yo pretendiera evadir cualquier cosa. A lo que vengo es a enfrentar la justicia en las condiciones en que debió ser siempre, en libertad".
En sus primeras declaraciones, en la escalinata de la sede del Poder Judicial de la Federación, aseguró: "la Suprema Corte de Justicia de la Nación me ha restituido mis derechos al considerar que se pretendía aplicar retroactivamente la ley (un tribunal de alzada anuló el proceso en su contra), cuando el delito que supuestamente se dice que se cometió era considerado no grave".
Dijo que ahora sí confía en la justicia que aplica la PGJDF en esta administración, ya que "los antecedentes profesionales y la actitud de quienes la encabezan ahora muestran una actitud que me hace confiar en ellos, por lo que he visto hasta hoy".
Sin embargo, puntualizó: "de cualquier forma existen todos los mecanismos y los recursos legales al alcance de todas las partes, para que hagamos valer la ley como se ha hecho hasta ahora".
Larga espera
La extradición de Nicaragua de Oscar Espinosa Villarreal significó en México una espera de horas para decenas de reporteros, fotógrafos y camarógrafos apostados en las puertas de acceso del hangar de la PGR en el aeropuerto capitalino; la movilización de agentes de la PFP y hasta un accidente de tránsito en el que se vio involucrado personal de la Secretaría de Marina.
Espinosa Villarreal fue sacado a las ocho de la mañana de su casa en Managua, Nicaragua, y conducido al aeropuerto César Augusto Sandino. Poco después de las diez de la mañana se le puso a disposición de agentes de Interpol México y a las 11 se le subió al avión de la PGR.
Minutos después de la una de la tarde, vestido de traje gris, camisa y corbata azul claro apareció en la escalerilla del avión Lear Jet matrícula XC-SKI. Pero lo que más llamó la atención era el chaleco antibalas de color negro que portaba encima de la camisa, y que dejó en las instalaciones de la PGR antes de salir de la zona aeroportuaria.
Los reporteros se convirtieron en "escolta" de Espinosa Villarreal. La comitiva era encabezada por motociclistas de estaciones de radio, de empresas televisoras y por fotógrafos motorizados.
Lo llamativo y aparatoso del convoy provocó en la zona de hangares del aeropuerto capitalino que un automóvil Chevrolet Cavalier, conducido por cuatro agentes de la Policía Judicial del Distrito Federal (que supuestamente iban a seguir a Espinosa Villarreal) se impactaran de frente con un camión de la Secretaría de Marina que trasladaba a varios de sus efectivos. El saldo fue de cuatro lesionados y se desconoce oficialmente su estado de salud.
No fue todo. Dos de cada tres carriles de las avenidas capitalinas por donde pasó el ex regente eran para la camioneta Suburban de color rojo con negro con placas 674HGU, y sus "escoltas".
Espinosa Villarreal y sus abogados llegaron a las instalaciones del Poder Judicial de la Federación. En el lugar ya esperaban más de 100 representantes de los medios de comunicación. Le costó trabajo bajar de la camioneta e ingresar a la zona de juzgados de amparo. El ingreso del ex funcionario hizo que decenas de reporteros, camarógrafos y fotógrafos intentaran entrar al mismo tiempo que él. El arco detector de metales casi se cae.
Los guardias no pudieron contener el avance y cedieron el paso. Los pasillos del recinto se llenaron de murmullos y voces. Unas pedían respetar las reglas, otras solicitaban entrevistas, y las menos, las de Espinosa y sus abogados, calma.
Desde los ventanales de los juzgados los empleados miraban el paso del ex regente, los contratiempos para llegar hasta el juzgado cuarto y presentar la garantía exigida por 4.2 millones de pesos. La diligencia judicial tardó no más de 15 minutos, un empleado del Poder Judicial de la Federación realizó el trámite, el juez Jorge Carenzo Rivas no estaba presente cuando llegó el extraditado.
Espinosa Villarreal salió sonriente. El trámite para gozar de los beneficios plenos del amparo estaba cumplido. Salió a la escalinata del recinto judicial y aseguró que no huirá más, que está dispuesto a enfrentar su juicio. Mientras él hablaba a los micrófonos de diarios, radio y televisión, surgieron los gritos de "rata", "rata", los recordatorios familiares, los ademanes.
El ex funcionario subió de nuevo a la camioneta y, otra vez, apareció "la escolta". Delante y a un lado los motociclistas (uno de ellos cayó en Congreso de la Unión), con cámaras de video y fotográficas. Atrás una docena de coches.
Después de las tres de la tarde, Espinosa Villarreal arribó al condominio Nochebuena, en avenida Laureles 377, colonia Bosques de las Lomas. Su casa, la número 33, fue rodeada por reporteros que a gritos eran echados por familiares del ex regente argumentando que era propiedad privada. Como si fuera un apoyo a sus palabras, dos patrullas y varios elementos de la Policía Bancaria e Industrial solicitaron lo mismo.
El lunes, la declaración preparatoria
Espinosa Villarreal acudirá el próximo lunes al juzgado cuarto penal para rendir su declaración preparatoria, ahí se le fijará el día de cada semana que debe presentarse a firmar el libro de procesados; por lo pronto los viernes acudirá al juzgado cuarto de distrito para cumplir el procedimiento administrativo y evitar ser encarcelado.
El jefe del Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, informó que estará muy pendiente del comportamiento del Poder Judicial en torno al caso, y para evitar que "vayan a salir con alguna argucia o truco legaloide para no hacer justicia por el peculado de 420 millones de pesos que cometió y quede impune".
Dijo que las autoridades del Distrito Federal respetarán el amparo otorgado al ex regente, pero anunció que se le vigilará de "manera discreta" sin violar sus derechos humanos. La PGJDF adscribió más agentes del Ministerio Público al juzgado cuarto para trabajar en el desahogo del proceso penal contra Oscar Espinosa.
Otras denuncias pendientes
En forma independiente a la acusación de peculado por la que fue extraditado de Nicaragua, el ex regente Oscar Espinosa Villarreal está involucrado en dos denuncias penales por el presunto desvío presupuestal de 1.5 millones de pesos que gastó en viajes por Europa y Estados Unidos, y por otorgar, sin licitar, la edificación de un santuario para la mariposa monarca a una empresa particular en obras estimadas en 400 millones de pesos.
Ambas denuncias fueron interpuestas ante la Procuraduría General de la República (PGR) por la Secretaría de la Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam), como resultado de auditorías realizadas en la Secretaría de Turismo, las cuales abarcaron los años 1998-2000, precisamente el periodo en que Espinosa Villarreal estuvo al frente de esta dependencia.
Sobre ellas, el director general adjunto de Asuntos Penales, Ignacio César Fuentes Rubio, indicó que la Secodam encontró en sus auditorías elementos suficientes para presumir la comisión de delitos, pero aclaró que será la PGR la que determine la existencia o no de ellos, una vez que concluya sus investigaciones al respecto.
Una de las denuncias, explicó, "tiene relación con el uso inadecuado de recursos públicos". Es decir, precisó, afectó una partida presupuestal tomando recursos de ella para aplicarlos a otros conceptos de gasto, "hay la suma de 1.4 millones de pesos que se utilizaron o se aplicaron en el extranjero".
Extraoficialmente ha trascendido que las auditorías realizadas en la Secretaría de Turismo por la Secodam detectaron irregularidades diversas en la realización de obras, compras y manejo de viáticos por 8.4 millones de pesos.
La otra imputación en la que se involucra a Espinosa Villarreal está relacionada, precisó Fuentes Rubio, "con el otorgamiento inadecuado de ventajas a una empresa particular para un concurso en el que se realizaría un proyecto para la elaboración, o para la edificación, de un santuario de la mariposa monarca, y la auditoría nos demuestra, nos pone en evidencia, que hay una ventaja concedida a un participante y eso lo repudia la ley".
Agregó: "de modo que ese es un comportamiento inadecuado, es un comportamiento que no debe ser, y por eso da motivo y pie para una denuncia".
El monto de la edificación de un santuario para la mariposa monarca se estimó en 400 millones de pesos, y la obra fue adjudicada, sin licitación, a la empresa Alarifes Constructores de Mallorca. JUAN ANTONIO ZUÑIGA M.