SABADOŤ 11 Ť AGOSTO Ť 2001
REPORTAJE

La obra El jinete de la divina providencia, entre las más conocidas

Mediante manifestaciones artísticas también se venera al santo Malverde

Mito o firme creencia, Jesús Malverde ha anclado en tierras sinaloenses de maneras muy concretas, ya sea en la conformación física de la capilla o en su reflejo cultural en canciones, corridos, expresiones plásticas u obras de teatro. Todo ello verificable, audible, mensurable. Grupos como Los Cadetes de Durango, Banda Nuevo Culiacán, Los Jilgueros del Norte o Los Angeles de Malverde han dado a conocer en los más recientes tres lustros al menos cinco discos que suman un total de 56 piezas dedicadas a Jesús Malverde. Tan sólo su análisis requeriría de un reportaje aparte

CESAR GÜMES /II Y ULTIMA ENVIADO

Culiacan, Sin., 10 de agosto. Remitámonos a una de las manifestaciones culturales, y por cierto ya clásicas no sólo en el noroeste sino en la República toda: la obra El jinete de la divina providencia, de Oscar Liera, en donde Malverde no aparece como tal sino que simboliza la resistencia de una comunidad ante el abuso de autoridad que padece. El desaparecido dramaturgo supo captar, pues, la esencia del que ya para entonces era un mito reconocido y en vías no de extensión sino de expansión. Es por ello que en reciente fecha se ha tenido noticia cierta de incipientes capillas que se han inaugurado lo mismo en Tijuana que en Los Angeles y en Cali, Colombia.

MALVERDE8Sería muy explicable de acuerdo con la idiosincrasia sinaloense que apareciera un sitio en dónde encomendarse a Malverde en Tijuana, como ciudad fronteriza dentro del territorio nacional que se usa como vía de paso hacia Estados Unidos. Por esa misma vía no es difícil ofrecer una justificación de la capilla en Los Angeles, California: los migrantes de Durango, Sinaloa, Coahuila y Chihuahua mantienen en aquella urbe estadunidense firmes lazos que son rubricados por sus creencias religiosas entre las que cabe muy bien uno de los bustos de yeso del bandido generoso que pueden adquirirse a precios francamente accesibles en las afueras de su capilla en Culiacán.

Acaso, sería mucho más complejo buscar una razón múltiple para los devotos de Cali, porque dada la distancia, lo único que podría unir en el espíritu de Malverde a colombianos y mexicanos sería una sola de las razones que apuntalan la creencia en México: que Jesús Malverde es santo patrono de narcotraficantes. Aunque esta hipótesis se vuelve un tanto débil si tomamos en cuenta que como lo han referido escritores y sociólogos colombianos, tanto en Cali como en Medellín o en la propia Bogotá, las personas dedicadas al tráfico de sustancias prohibidas por la ley tienen sus propios santos regionales, de hecho sus propias vírgenes que con alguna mínima adaptación se ha adecuado a sus fines.

En todo caso, vale rescatar de este rubro el hecho irrefutable de que aunque Jesús Malverde sea producto de la imaginación popular, el resultado de su imagen sin remitirnos a los "favores recibidos" es verificable: ahí están las decenas de personas que visitan sus capillas, la música que lo celebra, las interpretaciones escultóricas o pictóricas que a él aluden, e incluso una de las más bellas obras de teatro, la de Liera, por cierto llevada al cine con singular buena acogida por públicos que escasa o ninguna noticia tenían de un santo apellidado Malverde.

Un misterio final, ya que de misterios develados o no se conforma la historia del personaje, restaría por reseñar: el sitio donde quedaron los restos de Malverde.

Tumba de piedras

Es conocida en Culiacán la anécdota de que cuando el ex gobernador Arturo G. Calderón inició los trabajos de ampliación del Palacio de Gobierno en su ala izquierda, la empresa fue imposible. La imaginería popular dice que las máquinas de descomponían, que el cemento no fraguaba, que el espíritu de Malverde no permitió, pese a los empeños oficiales y la tecnología de la industria de la construcción, edificar en esa parte baldía. Lo cierto y corroborable a la luz del siglo que comienza es que, en efecto, hubo movilizaciones sociales que impedían llevar a cabo lar labores propias para ampliar el edificio de gobierno y que con base en ellas se detuvo el proyecto para dejar solamente pavimentado el sitio en donde hoy se encuentra un estacionamiento.

La versión apegada a la leyenda nos la brinda el escritor Elmer Mendoza, quien hace un par de años saltara a las listas de los libros más leídos con su novela Un asesino solitario. Narra Mendoza para este reportaje: "Ahí donde viste el estacionamiento es el lugar preciso, según la tradición oral, en donde estuvo el mezquite del que colgaron a Malverde. La prohibición de quien entonces gobernaba el estado, uno de los primeros de la dinastía Cañedo, de que fuera enterrado, generó la tumba de piedras que al paso le fueron 'construyendo' quienes por ahí transitaban".

-¿Alguien sabe dónde están los restos de Malverde?

-Pues se dice que estuvieron ahí durante mucho tiempo, pero toma en cuenta que eran tiempos difíciles, el ejército llamado de La Acordada acabó con muchos puntos de referencia entre los que bien pudo estar el lugar preciso de los restos.

-De hecho la capilla no está justamente donde ahora se encuentra el estacionamiento al lado del edificio de gobierno.

MALVERDE4-Eso debió ser por la prohibición. Pero hoy la vemos casi enfrente de donde debió pasar sus últimas horas, en caso de que las haya tenido, Jesús Malverde. En una generación anterior a la mía aún se contaba que lo habían enterrado finalmente en el Panteón de San Juan, pero nada de eso ha sido corroborado por los historiadores locales, también en gran medida a que los primeros 15 años del siglo XX tanto en Sinaloa como en buena parte del norte del país la vida social fue sumamente agitada. Pudo acabar en una fosa común y no necesariamente en San Juan sino en un sitio que hoy no resulta identificable porque no se registró. Pero de que estuvo cerca, si lo estuvo, eso no tiene vuelta de hoja.

Escuchamos por última vez a Eligio González León, quien se despide afectuoso como es, y se dedica a atender las labores propias de capellán en este templo de Jesús Malverde:

-¿Dónde están los restos del santo, don Eligio?, ¿es verdad que se encuentran en algún lugar de la capilla?

-Sería cosa de buscarle con calma, aunque si le hace caso a mi edad y a todo lo que me ha tocado ver en estos años, lo que necesitan los visitantes es creer en él, no buscarlo. Y para solicitarle un favor o una merced ni siquiera hace falta venir aquí.

-¿Malverde estará en cualquier sitio?

-Jesús Malverde está donde lo encuentra quien lo aprecia. Y nada más lo respeta quien lo necesita. Y por acá hay mucho necesitado, como puede usted ver.



Con este reportaje, César Güemes obtuvo el Premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez, que se otorgó en la reciente versión de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.