DOMINGO Ť 12 Ť AGOSTO Ť 2001
Hank
šEl poder hay que ganarlo!, decía el profesor
ARTURO CANO
De junio a julio de 1999 se publicó una versión de este texto en el suplemento Masiosare
El profesor Carlos Hank González había decidido tener 12 hijos y no ser artista. Tampoco podía ser científico, pues, mal pagado, no podría mantener semejante prole. Quedaban los negocios, pero éstos, por sí solos, no serían gratificantes "en materia de espíritu". De modo que, una noche, los integrantes del grupo República Ideal -una docena de "personajes importantes" de Atlacomulco, estado de México- escucharon la trascendente decisión: Carlos Hank sería político, aunque antes resolvería su problema económico. El anuncio armó un debate. No faltó quien hablara mal de los políticos.
Usualmente, la República Ideal se reunía una noche a la semana para charlar, declamar poemas y cantar piezas de Ricardo Palmerín y Guty Cárdenas. Esa noche, sin embargo, Carlos Hank paró la discusión que había propiciado:
"Si creen que es cierto eso de que los políticos son malas personas, que roban y matan, ustedes suponen que un día van a llamar a los hombres buenos y puros y les van a decir: 'aquí tienen el poder'. šNo! šEl poder hay que ganarlo! Y hay dos maneras de hacerlo: una es peleando por él y la otra es con habilidad. En 1949 México no está para hacer revoluciones. Entonces hay que hacerlo con habilidad".
Lo que a continuación publicamos fue extraído del libro de conversaciones con el escritor Fernando Benítez, Relato de una vida. Conversaciones con Carlos Hank González, Editorial Océano, México, 1999, que no ha salido a la venta, al parecer, por decisión del propio profesor.
El precio del éxito
Hank por Hank. En sus memorias es el hijastro de un zapatero remendón que llegó a "modelar inteligencias"; un "niño de maíz" convertido en capitán de industrias; un maestro de pueblo que amasó una de las fortunas más grandes del país. Carlos Hank González, el empresario y político que, no obstante estar dispuesto a llegar a los 100 años de edad, ofrece ya sus recuerdos, con sorprendente precisión, cuando se trata de los números de sus obras de drenaje o ejes viales, apenas vagamente, cuando se trata de las denuncias que han acompañado su carrera política.
-ƑPor qué te atacan tanto? -pregunta Fernando Benítez.
-No lo sé, tal vez porque no me conocen o por mala fe; o quizá porque ese es el precio que se paga por el éxito -dice el profesor.
La charla consume casi 400 páginas de las 452 del libro, y en ellas Hank narra sus penurias de estudiante normalista; sus años en Atlacomulco, el lugar que será clave para su futuro político; el inicio de sus negocios con una "fabriquita" de dulces y "dos camioncitos"; la construcción de su imperio económico y los principales episodios de su carrera política.
El libro lo completan opiniones de distintos personajes, canciones y poemas dedicados al profesor, y cuatro cartas a sus tres hijos.
El dinosaurio no se fue
"Me he alejado, en definitiva, de lo que ha sido la pasión de mi vida: la política. El dinosaurio se va... Nunca más ocuparé un cargo en el gobierno", comenzó a decir Hank González en mayo de 1994, a punto de concluir el sexenio de Carlos Salinas, en el que fue secretario de Turismo y de Agricultura.
En noviembre del mismo año, Hank matizó: "me retiro de los cargos públicos, pero no de la política. Esta es como un virus que se halla en mi sangre desde hace 42 años."
Columbus y Zedillo
"Desde 1995, ya fuera del gobierno, me he dedicado otra vez a trabajar, con intensidad y mucho entusiasmo, en cosas privadas que me permitan sentirme útil", dice Hank hacia la parte final del libro.
Algunas de esas actividades, curiosamente, han provocado escándalos públicos.
Entre el 18 y el 20 de mayo de 1997, por ejemplo, Hank González hospedó en su rancho Don Catarino, de Tianguistenco, a importantes políticos de Costa Rica: al ex presidente Rafael Angel Calderón; al ex ministro de la Presidencia, Rolando Laclé; al ex ministro de Comercio Exterior -hoy canciller- Roberto Rojas, y al ahora presidente Miguel Angel Rodríguez.
El asunto ha sido todo un escándalo en Costa Rica. La oposición de aquel país ha denunciado que Hank González donó un millón de dólares a la campaña electoral del actual mandatario.
En la conexión costarricense tiene gran importancia el actual canciller de ese país, Roberto Rojas, quien forma parte, igual que Hank, del grupo Columbus.
El profesor narra así el surgimiento del grupo: "En 1983 o 1984, nos reunimos en Nueva York tres o cuatro amigos preocupados porque nuestros países latinoamericanos tenían una deuda insoportable. En vez de estar quejándonos, decidimos hacer algo... Ƒpor qué no hacemos algo para influir en la conciencia de los grandes financieros, y plantearles que el Plan Marshall lo debieron haber hecho en América Latina, y hoy el continente sería un gigante con una potencialidad enorme? Pero no fue así, y ahora en vez de un Plan Marshall los estadunidenses están cobrándole a América Latina lo que le prestaron, y con ello están estrangulando a América.
"Franco Macri, argentino, es el verdadero padre del grupo Columbus, junto con el venezolano Diego Aria, Manuel Ulloa ("el inca tipazo"), Manolo del Prado y Colón de Carvajal (que por cierto es descendiente de Cristóbal Colón y por eso el grupo se llama Columbus). Ahí surgió la idea, fue creciendo, y en 1984 decidimos crear el grupo."
Hasta ahí Columbus en las memorias del profesor.
En los documentos oficiales del grupo, sin embargo, se dice que el año de fundación fue 1986, en la ciudad de México, que el profesor Hank es el presidente y que entre sus miembros hay empresarios de Colombia, Venezuela, República Dominicana, España, Argentina, Brasil, Bolivia, Perú, Chile y México.
Para ser miembros de Columbus, los empresarios deben reunir "la doble condición de ser dueños titulares y principales ejecutores de la organización que representan".
El empresario y político Roberto Rojas López, canciller de Costa Rica y uno de los visitantes del rancho de Hank en 1997, fue el negociador del acuerdo de libre comercio con México -como ministro de Comercio, entre 1990 y 1994-, al mismo tiempo que Hank era titular de Agricultura.
Además del profesor, forman parte de Columbus los mexicanos Gilberto Borja Navarrete (ICA) y el ex banquero Carlos Abedrop Dávila, quien hace poco renunció a la fundación Carlos A. Madrazo, encargada de captar fondos para la precampaña del tabasqueño Roberto Madrazo Pintado.
Vueltas de la vida
En sus memorias, Hank reconoce la importancia que en su formación tuvo Carlos A. Madrazo y llama "casi hermano" al tabasqueño Manuel Gurría Ordóñez.
A principios de mayo de 1999, Abedrop renunció a la fundación con el argumento de que nunca ha participado en política partidista. Roberto Madrazo Pintado no descartó que detrás de esa renuncia hubiera "presiones" del PRI o del sistema.
En su trecho final como secretario de Agricultura, con ánimo de despedida de la política, Hank González estaba seguro: "Los años siguientes serán espléndidos para el país".
Su visión cambió pronto. En octubre de 1996, ante el State of the World Forum en San Francisco, California, el grupo Columbus presentó su agenda para América Latina: afinando la estrategia, actualización de un documento elaborado el año anterior.
Varios pasajes del resumen ejecutivo son una crítica directa al presidente Ernesto Zedillo: luego de elogiar la correcta "dirección modernizadora" prevaleciente en América Latina, se asienta que "la marcha es fatigosa y el grave traspié originado en la crisis mexicana siembra el desencanto... La disyuntiva es clara. O nos dejamos arrastrar por la desesperanza, en medio de vacilaciones políticas y confusión económica, o aprovechamos la coyuntura actual para dar un paso al frente".
Los 42 años de Carlos Hank en el servicio público le permiten concluir, con el grupo Columbus, que en la ruta de los países latinoamericanos no deben olvidarse recomendaciones como las siguientes:
-Privatizar empresas y servicios públicos; desmantelar la frondosa e ineficiente legislación y reglamentación que crecieron al amparo del Estado intervencionista; el Estado es un eficiente redistribuidor de recursos, pero un mal realizador, y los programas estrictamente asistenciales deben ser limitados a lo mínimo indispensable.
La importancia de Columbus puede medirse con la lista de presidentes y jefes de Estado con quienes sus miembros se han entrevistado: Raúl Alfonsín (Argentina), Miguel de la Madrid (México), Julio Sanguinetti (Uruguay), José Sarney (Brasil), Carlos Menem (Argentina), Carlos Andrés Pérez (Venezuela), Carlos Salinas de Gortari (México), George Bush (Estados Unidos), Ernesto Zedillo (México), Juan Carlos I (rey de España), Gonzalo Sánchez de Losada (Bolivia) y Pedro Roselló (Puerto Rico).
-ƑCómo te defines a ti mismo? -pregunta Benítez.
-Como un suertudo -responde el profesor Hank.
-ƑQué te quita el sueño?
-Dormir... nada más.
Carlos Mejía hubiera podido ser presidente
México pudo tener un presidente llamado Carlos Mejía. Cuenta Carlos Hank que su padre, Jorge Hank Weber, coronel de los ejércitos alemán y mexicano, murió a causa de un accidente de motocicleta en río Hondito, camino a Tianguistenco. El tenía apenas unos seis o siete meses de nacido. Su madre, Julita González Tenorio, contrajo segundas nupcias en 1934: "Mi padrastro era Trinidad Mejía, mexicano puro. Si mi mamá hubiera aceptado que me adoptara, como él quería, yo me habría llamado Carlos Mejía. Y a lo mejor no hubiera tenido impedimento para ser candidato a presidente de la República. šFíjate qué curiosa es la vida!".
Estar impedido por la Constitución -por el artículo 82, ya reformado- para aspirar a la Presidencia tuvo, sin embargo, sus ventajas para Hank González. Le permitió, por ejemplo, seguir construyendo su imperio empresarial.
A Díaz Ordaz y López Portillo les ofreció dejar los negocios; se lo prohibieron
En enero de 1977 le informa al presidente José López Portillo que va a vender sus empresas.
López Portillo le pide que no se las venda "a Monterrey", sino al gobierno, y encarga el asunto a José Andrés de Oteyza, quien tiempo después se reúne con Hank: "Carlos, como sabes, ya terminaron los avalúos, pero te traigo un recado del presidente: te pide que no vendas este grupo; él cree que hay que multiplicar este tipo de grupos".
Hank trata el asunto nuevamente con el presidente: "Don Carlos -dijo López Portillo-, yo le pido que no venda su grupo de empresas, al contrario, hay que fomentar grupos empresariales... No lo venda, déjelo en manos de su hijo. Y aprovecho para decirle: no quiero que se deshaga de sus empresas por razones políticas. Se lo digo con toda honestidad: no voy a reformar el artículo 82 constitucional".
Hank le pidió a López Portillo que lo declarara públicamente: "Yo voy a hacer obras importantes y resolver problemas de peso en la ciudad de México. Los que aspiran a la Presidencia se pueden encelar de mí; entonces, es mejor que sepan que yo no puedo ser presidente".
Al parecer, Hank siguió siendo empresario muy a su pesar, pues en el libro Relato de una vida cuenta que en 1964, al ser nombrado director de la Conasupo, decide vender a su socio, José Cruz, su parte de los negocios. "No necesito dinero, porque lo que reciba voy a invertirlo en Bonos del Ahorro Nacional".
El socio se resiste porque le da miedo seguir en solitario con las ya para entonces "tres más grandes empresas de transporte de petróleo". Hank insiste.
El asunto se resuelve con una visita al presidente Gustavo Díaz Ordaz: "šSe lo prohíbo! šEsa empresa es el patrimonio de sus hijos! Estoy absolutamente seguro de que usted nunca va a usar su influencia como funcionario público para su negocio. Lo ha hecho sin influencia, pues lo seguirá manejando sin influencia. No lo venda", ordena Díaz Ordaz.
"Muy bien, señor Presidente", responde Hank.
Por esos años, Hank le explica a Fernando González Díaz Lombardo -dueño de Ovaciones, periódico que lo atacaba- el origen de su riqueza: "Entonces, don Fernando, por eso hago dinero, porque lo que producen los camiones no lo gasto: se sigue invirtiendo. Crece como una bola de nieve, si se sabe manejar bien..."
Negocios y política
La "bola de nieve" había comenzado una noche de 1949 en que Hank planteó a sus amigos de Atlacomulco que se dedicaría a la política y a los negocios. Esa noche consiguió, de sus amigos, el dinero para su primer negocio: una fábrica de dulces. "Empezamos haciendo chiclosos y natillas. Con el tejocote hice ate y jalea, luego corazones de chocolate rellenos de tejocote".
En un tris, Hank dejó de depender de sus ingresos en el servicio público. En el primer año de la fábrica de dulces ganó un promedio de siete mil pesos mensuales, cuando su sueldo en la enseñanza era de 750 pesos.
Siempre con créditos de amigos, Hank se hizo, según su relato, de una camioneta para repartir sus dulces, de un camión para distribuir Pepsi-Cola en la región, y luego de una pipa con la que entró a trabajar para Petróleos Mexicanos.
A partir de ahí todo fue cuesta arriba.
Largas páginas de las memorias de Hank se consumen en la historia de todos y cada uno de sus negocios. Hasta que él mismo hace un alto: "Te hago un breve recuento: teníamos los camiones, las refaccionarias, la fábrica de camiones, Campos Hermanos, Herramientas de México, Herramientas de Mano y Cerrey. Y a eso le agregamos la fábrica de grúas Hércules...".
-ƑY la carrera política que corría en paralelo?
-Te estoy contando la historia de la fortuna, que algunos dicen saqué de la política, del uso de influencias o de malos manejos, que son estupideces, mi querido Fernando.
El dinero y los amigos
Carlos Hank considera la amistad una religión, y él la profesa devotamente: "Mis amigos opinan que soy muy generoso... porque son mis amigos. Será porque jamás he amado el dinero; siempre pensé en ganar dinero, y ya has visto que desde niño hice negocitos, y ya después negocios y más tarde negociotes. No amo el dinero, pero me gusta vivir bien, y vivir bien cuesta dinero. A mí no me pesa desprenderme ni de dinero ni de las cosas. Entonces, si puedo obsequiar a alguien, lo hago con mucho gusto".
Hank no miente. En Mis tiempos José López Portillo escribió: "ahí están las casas (el conjunto popularmente conocido como La colina del perro). Se las debo todavía a ese varón generoso y considerado que es Carlos Hank González. Esperamos la plusvalía de los terrenos sobrantes, más de 80 por ciento, para pagarle".
Cuando el sexenio lopezportillista estaba por concluir, le preguntaron a Hank si había hecho grandes regalos a algún presidente: "No, no... alguna vez he regalado algún pedacito de terreno a algún amigo; pero un pedacito, para que haga una casita de campo. Y si me pregunta si he hecho algún regalo a los presidentes, nunca."
En sus memorias, López Portillo lo explicó así: "Hank González, que como jefe del DDF se había enterado del proyecto, generosamente nos ofreció el crédito en las condiciones planteadas. Nos prestó inicialmente 200 millones de pesos y, más tarde, sumas complementarias... El profesor no aceptó que formalizáramos el préstamo ni la garantía. Se lo debemos."
Hank, qué duda cabe, supo hacer amigos.
A mediados de los 50, cuando era alcalde de Toluca, su amigo José Ramón Albarrán lo invitó a una comida en la hacienda La Gavia, porque asistirían Raúl Salinas Lozano y su familia: "Me hice amigo de él y lo sigo siendo".
En marzo de 1988, Carlos Hank organizó una cena en su casa de las Lomas de Chapultepec. El invitado estelar fue el candidato a la presidencia Carlos Salinas de Gortari, y asistieron varios de los empresarios más ricos del país.
Al tomar posesión de la Presidencia, Salinas lo nombró secretario de Turismo, y un año más tarde pasó a la Secretaría de Agricultura.
Zanjas viales
Fernando Benítez pregunta: "Adolfo Ruiz Cortines decía que para ser político había que saber 'comer sapos'. ƑHas tenido que comer muchos?"
"Claro -responde Hank-, creo que una de las obligaciones del político es tener paciencia y no perder los estribos; comprender a la gente, soportar actitudes injustas, a veces irrespetuosas y ofensivas...
"Qué crees que sentí cuando al hacer los ejes viales la ciudadanía se encrespó, me aborrecía, odiaba e insultaba a Hank González... y a su mamá. šFue terrible!, pero había que hacerlos, y la gente tenía razón en quejarse... Materialmente tuve que destruir la ciudad para que después me permitieran reconstruirla, como se hizo. Me acuerdo que fue la época de los chistes: que ya no era Hank González, sino "Zanjas Viales"; muchos insultos, muchas ofensas... Es el precio que tienes que pagar por el honor de que un pueblo te permita gobernarlo; y hay que pagarlo con sonrisas".
Con sonrisas se despidió Carlos Hank (Gengis Hank también le decían en aquellos años) de la regencia del Departamento del Distrito Federal (1976-1982). Con sonrisas y un balance alentador. En sus discursos finales, la ciudad de México era casi el paraíso, gracias a que él había enfrentado a fondo los que llamó sus "siete pecados capitales".
Las gigantescas obras viales, la Central de Abasto, el sistema Cutzamala, la construcción de más kilómetros del Metro estuvieron entre los logros que presumió. De ahora en adelante, decían entonces sus aduladores, la historia de la ciudad de México será antes y después de Hank.
En diciembre de 1982, su sucesor, Ramón Aguirre Velázquez, pintaba un panorama muy distinto: El DDF está al borde de la quiebra. La inseguridad pública crece. Las obras del Metro están inconclusas. Los ejes viales quedaron inconclusos.
En una crítica abierta a Hank, Aguirre prometió no realizar obras que "privilegiando el maquillaje de imágenes, atiendan a lo superficial mientras soslayan lo indispensable".
En aquel entonces Aguirre Velázquez no tocó el tema, pero en esos años también menudeaban las denuncias sobre los camiones defectuosos que la armadora de Hank González había vendido al jefe del DDF Hank González, y sobre los negocios de especulación inmobiliaria que los amigos del profesor hicieron en el poniente de la capital.
Pliego de mortaja
Cuando finalizó su periodo como gobernador, narra Hank, presentó a los "jefes políticos de la entidad" su "pliego de mortaja": les recomendó cuidar el territorio y el agua del estado de México, pero sobre todo, "de manera especial, la unidad política del estado. Ahora, en 1975, tenemos un ingreso per cápita como cinco veces superior al de varios de nuestros estados vecinos. ƑPor qué? Porque en algunos de ellos hay lucha política y no se apoya al gobierno, y el gobierno, en consecuencia, no puede ejercer correctamente la autoridad. En cambio, en el estado de México la unidad política es completa, y cuando es necesario actuar en defensa del estado para su desarrollo y progreso, todos los políticos acudimos a la orden del gobernador".
En 1999, Hank acudió al llamado: estuvo en una reunión con el entonces candidato Arturo Montiel, en la cual participaron todos los ex mandatarios.
Hombre de maíz
"Terminó así la historia de un mexicano, de un pueblerino, de un tianguistecano, que nacido en medio de una milpa de maíz, rodeada su casa de milpas de maíz, concluye su carrera política en la Secretaría de Agricultura y, afortunadamente para mí, después de haber alcanzado en ella tres objetivos fundamentales que me propuse".
Esos tres objetivos fueron lograr la autosuficiencia de México en la producción de maíz y frijol, crear el Procampo y "la reforma al artículo 27 constitucional, que encarna el ideal de Emiliano Zapata, entregando la tierra en propiedad definitiva y para siempre a quien la trabaja y quien de ella vive".
No fueron los críticos de siempre, sino Manuel Bartlett, aspirante a la candidatura presidencial del PRI, quien hizo una dura crítica a la política hacia el campo. Algunos de sus dardos alcanzaron la última obra pública del profesor.
La reforma del artículo 27, dijo Bartlett, "partió de un doble supuesto que ha resultado falso".
-ƑEl profesor redimió a los campesinos?
-"Muchos de los ejidatarios que vendieron ahora son parias sociales", remató Bartlett.
El compadre y el amigo complementan a la familia
Los negocios fueron su manera de "nunca depender de la política", su verdadera vocación. La amistad, su religión. Por encima de estas claves de su vida, el profesor Carlos Hank González ha apreciado la importancia de la familia, que "es la institución fundamental del pueblo mexicano", y "se complementa con el compadre y el amigo".
Los amigos fueron siempre importantes: "Mi campaña para gobernador la pagó José Cruz, con dinero de nuestras empresas camioneras. Jamás recibí un centavo, ni del partido ni del gobierno, para mis campañas", dice el profesor en el libro Relato de una vida, sus memorias, editado por Océano.
Hank tiene amigos a quienes considera hermanos, y dos hijos -Carlos y Jorge- que han sido sus consejeros y administradores de sus negocios.
En noviembre de 1988, por ejemplo, cuando Carlos Hank regresó de un viaje por Sudamérica, fueron sus hijos quienes le informaron que Carlos Salinas de Gortari lo incorporaría a su gabinete. "Además, mi amigo don Francisco Galindo Ochoa, que es un verdadero cúmulo de información, me advirtió que se me invitaría a ser secretario de Turismo".
Carlos y Jorge le sugirieron a su padre aceptar la invitación de Salinas.
El profesor aparentaba no estar convencido.
En Tijuana, su hijo Jorge lo encaró: "Y tú, Ƒa quién quieres hacer guaje? Tu vida es la política. Yo te he visto actuar en política, y te he visto pasar en tu oficina dos o tres días, sin salir ni a tu casa, por estar atendiendo los asuntos propios de tu encargo. Vete a trabajar, a servir a tu país.
"-Sí -le dije-, pero, Ƒy las empresas?
"-Déjalas... si te hace falta, yo te mantengo.
"En efecto, Fernando, mis hijos me mantienen desde hace rato".
-šNo seas mentiroso, Carlos! -interviene Fernando Benítez.
-Bueno, me mantienen en esta forma: ya te he platicado que yo vivía de mis sueldos como presidente de los consejos de administración de diversas empresas. Cada empresa me pagaba un sueldo, pero cuando yo estaba en algún puesto público no trabajaba para las empresas y me seguían pagando mi sueldo. Como mis hijos eran los que atendían mis empresas y yo era el que cobraba el sueldo, por eso digo en broma que ellos me mantenían...
Cuidar al padre
Una noche de 1975, cuenta el profesor, convenció a sus consejeros de entrar a la aventura de comprar una gran empresa. Pero su hijo Carlos Hank Rhon no compartía su entusiasmo:
"Oye papá: creo que tú ya no debes pensar en comprar Campos Hermanos, porque es un negocio muy riesgoso. Ya te pedí que te quedes con las empresas que yo estaba manejando y me voy a Harvard... Mira papá: tú has vivido todo el tiempo con poder, prestigio y dinero; si apuestas el dinero que tienes a esa fábrica y sale mal, ya no tienes poder político, te vas a quedar sin dinero y te vas a quedar sin prestigio, porque no vas a pagar los créditos No lo hagas.
"šQué noble actitud de un hijo: cuidar a su padre!"
Pese a sus temores, en 1976 Carlos Hank Rhon asumió el control de Campos Hermanos, una empresa prácticamente quebrada. En sólo dos años la empresa se recuperó -pese a que tenía un "sindicato muy aguerrido" y "muy penetrado por la Liga 23 de Septiembre"- y los negocios de los Hank se multiplicaron.
Las empresas de los Hank fabricaban camiones, motores para todo uso, vehículos especiales para Petróleos Mexicanos, grúas pesadas, herramientas y refacciones automotrices.
En 1978 nació la Sociedad Industrial Hermes, con Carlos Hank Rhon también al frente. Para 1982, año en que el profesor dejó la regencia del DDF, Hermes ocupaba ya un lugar entre los 25 más importantes consorcios del país.
En el arranque de este sexenio, el talento empresarial de Hank Rhon lo había colocado como accionista en muy diversas ramas: servicios financieros (Grupo Financiero Interacciones y Grupo Financiero Banamex Accival); construcción de carreteras (Tribasa); transporte marítimo (Transportación Marítima Mexicana); industria refresquera (Grupo Embotellador de México). A través del Grupo Synkro también había incursionado en producción y venta de ropa, insecticidas, detergentes, aromatizantes, calzado, perfumes y productos químicos, sin contar una corta intervención en la telefonía celular y la aviación (TAESA).
La historia que comenzó -según el profesor- "con dos camioncitos comprados gracias a unos préstamos" ha tenido, claro, sus tropiezos: "... en 1995 la crisis fue tan fuerte que al año siguiente Carlos vendió 20 por ciento de las acciones que conservaba en su poder a la Mercedes Benz, y con el producto de esa venta sacó adelante sus otras empresas"
En 1965, cuando cumplió 18 años de edad, Carlos Hank Rhon (a quien finalmente su padre "vendió todos los negocios que antes eran de la familia") recibió una carta de su progenitor: "No sueñes en poseer cosas, sino en construir patrias".
Amor por los animales
Narra Fernando Benítez: "La familia Hank actualmente está conformada por la pareja original, con cuatro hijos que viven (Carlos, Ivonne, Marisela y Jorge), cinco hijos políticos y 22 nietos, de los cuales ya dos son casados...
"Jorge es un muy buen empresario. Ama apasionadamente a los animales... Ahora tiene una impresionante colección de animales. Ha logrado reproducir algunos ejemplares raros, entre ellos un 'leotigre', que es un hijo de león y tigresa. Hay muy pocos en el mundo, al parecer sólo tres ejemplares. Tiene animales majestuosos: tigres blancos, tigres siberianos, jaguares, panteras, y trabaja muy duro para mantenerlos".
La carta del padre la recibió Jorge Hank Rhon en 1974. Carlos Hank vierte en unas líneas su experiencia y sus deseos para su hijo:
"Te diré cuáles son, a mi juicio, las características que conforman al hombre que, si quieres, puedes llegar a ser: sano, fuerte, ágil, sereno, impasible, discreto, generoso, bizarro, reflexivo, tesonero, cauto, firme, paciente, equilibrado, bueno.
"Recuerda: no prodigarte, no dudar nunca, no violentarte, no sucumbir al elogio.
"Escucha siempre: lee, contén la emoción, contén tu propia fuerza, actúa con sencillez y naturalidad.
"La regla de oro es: medita, decide, actúa, siempre en ese orden".
Prisión de Hank Rhon
El 24 de mayo de 1995, Jorge Hank Rhon fue detenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México cuando pretendía introducir ilegalmente mercancías con valor superior a 46 mil 500 dólares. Se trataba de artículos "de marfil, esculturas incrustadas con piedras preciosas, abrigos de ocelote y chalecos de perlas", informó la PGR.
El paso por la cárcel fue efímero, y en febrero de 1998 Jorge Hank fue declarado inocente.
El mismo día de su detención, el diario Los Angeles Times publicó que "investigadores" de México y Estados Unidos sospechan que la familia Hank "ha actuado como vínculo entre el PRI y los cárteles mexicanos y colombianos de la droga".
El profesor Hank afrontó algunas versiones. En marzo de 1995, Hank González había dicho al reportero Tom Gjelten, de la cadena estadunidense National Public Radio: "... hacer un chivo expiatorio sería cometer injusticia, en vez de hacer justicia. Y hacer eso por presiones, sería infame. Nunca ocurrirá en mi país. Nunca ha ocurrido y no ocurrirá."
Tres días antes de la detención de Jorge, el diario Novedades publicó íntegra la entrevista.
Preocupación por la pobreza de mexicanos
Retirado de los cargos públicos, el profesor Hank González no abandonó su preocupación por la situación del país: "Algo que me angustia es la pobreza en que viven millones de mexicanos y, perdón por la inmodestia, pero he luchado toda mi vida tratando de hacer algo por ellos..."
Pese a la angustia, y quizá gracias a su éxito en la política y en los negocios, y a las satisfacciones que le han dado sus hijos, Carlos Hank González siguió siendo un optimista: "Pienso que en unos años más seremos un país del primer mundo (como dicen ahora), y confío que será un país feliz".