DOMINGO Ť 12 Ť AGOSTO Ť 2001

Jenaro Villamil

Tabasco y petardos: las telecoberturas sesgadas

En menos de una semana, las principales televisoras comerciales movilizaron su maquinaria para cubrir informativamente dos asuntos de carácter distinto, pero muy descriptivos de un estilo previamente sesgado a favor del rating o de sus intereses:

a) El domingo 5 de agosto monitorearon y encuestaron el segundo proceso para elegir gobernador en Tabasco y demostraron hasta dónde puede llegar el madruguete electrónico. En esos comicios no se limitaron a cubrir sino a adelantar los resultados de acuerdo con sus encuestas: Mitofsky, con Televisa, dio a conocer una ventaja de 7 puntos del candidato priísta a las 18:00 horas, al tiempo que Tv Azteca, con la empresa Mendoza Blanco y Asociados, le entró a la "guerra de encuestas" dándole una ventaja de seis puntos a Manuel Andrade sobre César Raúl Ojeda. Ambos sondeos, sin ninguna autoridad formal, revelaron la nueva señal de los tiempos que entendió muy bien el madracismo: las contiendas se ganan en las pantallas antes que en las urnas, "cueste lo que cueste".

b) El miércoles 8 de agosto dedicaron más de 80 por ciento del tiempo-aire de sus noticiarios estelares para dar a conocer la detonación de tres artefactos en la ciudad de México que, lejos de ser bombas, resultaron ser petardos o palomas a las puertas de tres sucursales de Banamex. Tanto Televisa como Tv Azteca se desbordaron en su cobertura. Originaron una auténtica detonación mediática de alarma, incluyendo los enlaces especiales, con tomas y acercamientos a los petardos, y la multiplicación de especulaciones sin elementos informativos precisos. Sin embargo, el jueves 9 de agosto hicieron eco de los llamados gubernamentales a la "calma" sin una mínima autocrítica a su cobertura alarmista, aun cuando Sergio Sarmiento reconoció en Canal 13 que las televisoras mordieron el anzuelo del "acto propagandístico" de las FARP. En los días siguientes continuaron con la cobertura de "bombas" posibles, privilegiando sus espacios de nota roja o sus noticiarios sensacionalistas como el programa Testigo en alerta.

Aun cuando constituyen situaciones distintas, ambas coberturas revelan que la parcialidad o la uniformidad son prácticas informativas cada vez más comunes y riesgosas en el esquema de "guerra de audiencias", sobre todo cuando se trata de una contienda electoral de alto nivel de polarización e incertidumbre, como fue la de Tabasco, o de situaciones que merecen mayor ponderación y un criterio más amplio que el alarmista o el descalificador del día siguiente, como en el caso de las palomas.

En el proceso electoral tabasqueño el papel de la televisión estatal fue todavía más sesgado y no mereció ninguna mención crítica en las grandes cadenas nacionales. La empresa Televisión Tabasqueña (Tvt) no fue un medio sino un fin para las fuerzas madracistas. A través de ella se lanzó una campaña para desacreditar a todos aquellos políticos que no se sumaran a Manuel Andrade y se transmitió en vivo y a costa del erario estatal todo el acto de cierre de campaña priísta, deferencia que no se tuvo ni con el PAN ni con la alianza PRD-PT.

El día de la jornada electoral, el 5 de agosto, los cortes informativos del Noticiero de Televisa fueron más objetivos que los de la competencia y abordaron con mayor amplitud los comicios de Oaxaca y Aguascalientes, pero a partir de las 18 horas protagonizaron la "guerra de las encuestas" con Hechos a partir de un criterio completamente sesgado: difundir sus propios sondeos y convertir la contienda en una especie de pugna entre Mitofsky y Tv Azteca. Una vez más se demostró que para las televisoras lo más importante son ellas mismas como protagonistas de la información.

Esta actitud cambió radicalmente en el caso de las palomas del 8 de agosto. Salvo las críticas de Víctor Trujillo, en Canal 40, las dos grandes cadenas televisivas hicieron mutis al día siguiente que la clase política coincidió en su diagnóstico de lo sucedido en la noche anterior: se trató de un "acto propagandístico" de las FARP, condenable a todas luces.

Curiosamente, sólo la encuesta del noticiario de Canal 11 daba una idea de que el alarmismo de Televisa y Tv Azteca no caló en un sector de la audiencia televisiva. El jueves 9 de agosto, el canal del Politécnico sondeó telefónicamente: "ƑSe considera amenazado por la actividad de las FARP?". El 73 por ciento contestó que no y el 27 por ciento que sí. En el Canal 2, Amador Narcia transmitió una encuesta sesgada: "ƑQué tan preparadas están las autoridades para enfrentar estas explosiones del día de ayer?". El 63 por ciento contestó que "nada", 21 por ciento que "poco" y 16 por ciento que "mucho".

ƑSería mucho atrevimiento que los propios telenoticiarios interpelaran a su audiencia y preguntaran qué tan preparada está la televisión comercial mexicana para informar sobre las explosiones o la presencia de los grupos guerrilleros?

Por supuesto, el caso de las FARP fue más llamativo, vistoso y con mayor rating que la movilización de contingentes campesinos en la ciudad de México, cuya cobertura fue apagada por tres detonaciones que lograron su cometido.

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