MARTES Ť 14 Ť AGOSTO Ť 2001
Ť La Sedena ya aceptó, dice el abogado de ACAT
Coadyuvará ONG en pesquisas sobre muerte de un subteniente
Ť Familiares del oficial insisten en que éste fue asesinado
VICTOR BALLINAS
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) comunicó a la organización de defensa de los derechos humanos Acción de los Cristianos para la Abolición de la Tortura (ACAT) que acepta la coadyuvancia de ese organismo no gubernamental para aclarar la muerte del subteniente de la Fuerza Aérea José Raúl Vargas Cortés, ocurrida en 1995 en la base área de Santa Lucía.
Arturo Requezens, abogado de ACAT y quien lleva el caso, informó lo anterior y precisó: "la Sedena me comunicó -el pasado jueves- que acepta la coadyuvancia, pero que ésta se autorizará hasta que la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) concluya las indagatorias al respecto, pues el expediente del subteniente está en ese órgano."
Requezens explicó que el expediente de Vargas Cortés está en la CNDH debido a que ACAT presentó el 9 de febrero del 2001 una queja ante ese órgano, porque "en la Sedena me negaban el derecho a la coadyuvancia. Incluso días antes de que se anunciara por parte de la Secretaría de la Defensa que se permitiría la colaboración, yo fui a la Procuraduría General de Justicia Militar con la señora María del Rosario Cortés García, para demandar que se respetara la ley y se nos permitiera participar en la investigación, pero nos cerraron las puertas, ni siquiera nos recibieron."
Este aviso, abundó el abogado de ACAT, "es un paso adelante pues antes no permitían ni hacían válida la figura de coadyuvancia". Ahora, agregó, hay que esperar a que la CNDH concluya la revisión del expediente y lo devuelva a la Sedena."
ACAT destacó que "es importante abrir el expediente de la muerte del subteniente de la Fuerza Aérea José Raúl Vargas Cortés, para aclarar la situación en que ocurrió su deceso, pues la versión oficial es que se trató de un suicidio, pero la madre del joven militar, María Rosario Cortés García, ha insistido desde 1995 en que se trató de un asesinato."
Las dudas sobre la muerte del joven militar por parte de su familia surgieron desde el momento en que la señora Cortés fue informada del deceso y cómo se desarrollaron los hechos.
La fatídica llamada
Cortés García recuerda: "la madrugada del 20 de febrero de 1995 hablaron a mi casa, eran las dos de la mañana. Un amigo de mi hijo hizo la llamada y me dijo que me iba a pasar con el teniente coronel. Yo le pregunté qué le pasaba, si algo le había ocurrido a mi hijo. Me dijo que estaba bien, y me pasó al militar.
"El teniente coronel me dijo que era urgente que fuera a la base militar de Santa Lucía. Le pregunté Ƒpor qué? ƑQué tenía mi hijo? ƑQué le pasó?.. después de un largo rato, de darme evasivas, me informó que mi hijo había muerto.
"Como pudimos -rememora la señora Cortés- llegamos a la base. Pedimos prestado un coche y llegamos a Santa Lucía. Ahí lo primero que hicieron al recibirme fue llevarme a un cuarto. Me preguntaron si sabía del trabajo de mi hijo José Raúl, si me platicaba de sus amigos.
"La pena por la muerte de mi hijo me hizo entrar en crisis de llanto, y los militares me ordenaban: 'šcállese, cállese, para que pueda pasar a ver a su hijo!' Pero fue mentira, al rato de estar encerrada en ese cuarto me dijeron que el cuerpo de mi hijo ya no estaba en la base militar, que me lo iban a entregar en el Hospital Militar.
"No me dejaron vestir a mi hijo en el anfiteatro del Hospital Militar. Tampoco quisieron que lo vieran sus hermanas ni su padre. No dejaron que lo vistiéramos nosotros. Yo sólo pude ver su rostro, ya que estaba cubierto de la cabeza a los pies con sábanas blancas. Levanté una para ver su cuerpo, pero no se podía, ya que eran varias sábanas.
"Por qué no quisieron que lo vistiéramos nosotros, sus padres. ƑPor qué me negaron ese derecho? ƑQué ocultaron?.. Por eso sostenemos que mi hijo no se suicidó, lo mataron. Lo asesinaron en el Ejército, y al parecer fue un mayor al que después transfirieron a Chiapas".
Con años de batallar porque se esclarezca la situación en que murió su hijo, la señora Cortés dice que "es un avance que la Sedena haya aceptado la coadyuvancia. Ojalá se avance en las investigaciones", confió.
El abogado Requezens destacó por su parte que "es sumamente importante que se revise el expediente, hay que ver si se integraron debidamente las investigaciones, porque la madre del joven militar presentó hace años sus quejas, sus denuncias, y si no se avanza en el caso recurriremos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos".