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México, D.F. martes 14 de agosto de 2001
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Editorial

COLOMBIA Y ORIENTE MEDIO: PAZ DESCARRILADA

SOLDos procesos de paz que en años recientes suscitaron las esperanzas mundiales parecen haber llegado a sendos callejones sin salida: en Colombia y Oriente Medio, espirales de renovada violencia amenazan con sepultar de manera definitiva las gestiones para resolver los respectivos conflictos armados que afectan, desde hace décadas, al país sudamericano y al viejo protectorado británico. 

Se trata, ciertamente, de circunstancias muy diferentes: mientras que en el conflicto palestino-israelí se enfrentan dos pueblos distintos, uno de los cuales --el israelí-- ha despojado al otro --el palestino-- de su derecho a contar con un Estado y a ejercer su autodeterminación y soberanía, Colombia vive una prolongada guerra civil en la que confluyen diversos factores de violencia: la polarización entre estratos oligárquicos y sectores marginados y desposeídos, intereses castrenses y policiales autoritarios y corruptos, grupos paramilitares que aspiran a inventarse como sujetos políticos, organizaciones político-militares de izquierda que en ocasiones pierden su propio rumbo ideológico, así como los remanentes de los otrora poderosos cárteles de la droga. La confrontación en Oriente Medio se ha expresado, en varias de sus etapas, en una sucesión de guerras formales árabe-israelíes, enmarcadas a su vez en el extinto escenario de la polarización Este-Oeste; el país sudamericano, en cambio, ha padecido su violencia en forma menos espectacular e incluso al margen de la atención internacional. 

El denominador común es que, en ambos casos, los conflictos en curso llevaron al desarrollo de iniciativas de paz que habrían parecido impensables en el contexto de la guerra fría, cuyo final generó expectativas sobre lo que parecía una inminente superación de conflictos regionales y la construcción de acuerdos pacificadores. En algunos casos --Namibia, Centroamérica-- tales esperanzas han resultado fundadas, pero en otros --Oriente Medio, Angola-- no han producido cambios significativos, y en algunos más --Chechenia, Balcanes, Afganistán, frontera indo-paquistaní-- han estallado nuevas guerras o se han recrudecido las existentes. 

Por lo que hace a Colombia y a Oriente Medio, donde se han desarrollado dos de los más promisorios y complejos operativos diplomáticos de resolución de conflictos, es claro que la comunidad internacional y sus instituciones se encuentran ante el deber y la necesidad de imaginar y aplicar nuevas formas de promover y propiciar la paz, toda vez que las tradicionales gestiones de buena voluntad no han dado los frutos deseados y que las misiones occidentales de "pacificación" basadas en el bombardeo y la injerencia militar --como las perpetradas en Irak y los Balcanes-- se traducen en atrocidades similares, o peores, a las que pretenden combatir.
 

 

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