MIERCOLES Ť 15 Ť AGOSTO Ť 2001
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
Ť Espinosa Villarreal
Ť Línea de investigación
HACE YA un buen de tiempo la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal tendió una línea de investigación en el caso de Oscar Espinosa Villarreal para tratar de saber a cuánto asciende su fortuna, la cual parecería inexplicable en un hombre que sólo vivió de su trabajo como funcionario público.
LOS DATOS provenían de muchas partes. Así, en algunos casos se hablaba de importantes depósitos en bancos de las Islas Caimán; en otros, según nuestros informantes, se señalaba a Bahamas como el destino de la fortuna del ex regente, pero nunca se pudo comprobar con pelos y señales la veracidad de esas versiones.
SIN EMBARGO, existía la sospecha de que la fortuna de Espinosa Villarreal había acumulado varios montones de dólares que no tenían una procedencia lógica, aunque sus maestros, Carlos Hank González entre ellos, le habían enseñado que vivir de los cargos públicos era treparse en una rueda de la fortuna en la que no siempre y no muy seguido se está en la cima.
POR ESO, en la suerte del centauro -mitad político, mitad empresario-, Espinosa realizó los negocios que pudieran darle la tranquilidad económica que le permitiera hacer política sin sobresaltos financieros.
Todo se había limpiado con esmero, de tal suerte que nadie, en ningún rincón, pudiera hallar ni una brizna de polvo ni un cabo suelto. La madeja entonces parecía tener mil puntas, pero ninguna era la correcta para deshacer el embrollo de las finanzas sospechosas.
ALGUIEN SUGIRIO buscar en las declaraciones aduanales algún indicio que pudiera dar luz sobre la inexplicable riqueza de Espinosa Villarreal, y parece que sí, que por allí se encontró la base con la que ahora se pretende señalar un nuevo punto de corrupción del ex jefe del Departamento del Distrito Federal.
LA PGJDF, dicen los enterados de la investigación, encontró más ceros de los previstos en el análisis de las cuentas de Espinosa Villarreal, y así comenzó la historia del enriquecimiento inexplicable de este hijo de las más oscuras tradiciones priístas.
PERO HAY quien dice que la investigación de la procuraduría capitalina fue una pérdida de tiempo y que sólo con el caso Nafin, bien investigado, la responsabilidad de Espinosa en el quebranto de la empresa sería suficiente, y los informantes me cuentan esta historia:
EN LA segunda mitad de su gobierno, Carlos Salinas de Gortari decidió abrir de par en par las puertas del crédito para sustentar, de alguna manera, el camino de la bonanza que nos llevaría indefectiblemente al Primer Mundo.
PARA ELLO, es decir, para conseguir los créditos, se inventaron las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofoles) y las uniones de crédito que recibirían, por parte de Nafin, un trato muy especial.
LA FINANCIERA estatal se convirtió entonces en un arca abierta y las transacciones se realizaron sin una adecuada regulación ni supervisión de las autoridades. Aquello era un caos bien vigilado por Oscar Espinosa Villarreal, en aquel tiempo principal responsable de Nafin.
TIEMPO DESPUES se supo que los préstamos se hicieron a empresas inexistentes o bien que las garantías al préstamo eran terrenos improductivos, porque eran parte de áreas protegidas o porque resultaban enormes manglares con tierras inundadas que era imposible vender para resarcir el daño causado a la empresa financiera.
ASI, LA banca de desarrollo más importante del país, después de la crisis del 94, se hallaba en quiebra y Ernesto Zedillo Ponce de León decidió limpiar las cuentas de la institución y pasar a un fideicomiso creado ex profeso algo así como 22 mil millones de pesos de cuentas incobrables.
NADA PUDO hacer el fideicomiso (Fiderca) para recuperar los créditos emitidos, dicen nuestros informantes, a ciegas, y en lugar de recuperar lo perdido, los intereses creados por el adeudo duplicaron la suma.
PERO LA situación no era tan crítica para todos. Espinosa benefició con créditos, por ejemplo, a Luis Yáñez, ex esposo de Adriana Salinas de Gortari, quien recibió los préstamos por medio de la unión de crédito Unicreva. También se llevaron su tajada los hermanos Mariscal, ex propietarios de la arrendadora Havre, que con los créditos renovaron, hasta donde se sabe, el parque de microbuses de la ciudad.
Y ADEMAS, cinco meses después de la fuga de Espinosa, el 30 de octubre de 2000, José Angel Gurría concluyó el proceso de limpia de las cuentas incobrables de Nafin, mediante una orden a la Tesorería de la Federación para que incorporara 45 mil millones de pesos como un quebranto con cargo al erario federal.
SEGURAMENTE ESTE asunto de Nafin no le corresponde a las autoridades judiciales del Distrito Federal, pero alguien debería investigarlo, aunque fuera para tener la conciencia tranquila.
Cuarto poder
AUNQUE LO dice en corto con el fin de que lo escuchen todos a su alrededor, el Ejecutivo de Zacatecas, Ricardo Monreal, sorprendió ayer a mucha gente cuando en una lanzada, de esas que a él le satisfacen, dijo a otros funcionarios de su mismo rango que ellos, los gobernadores, ya se habían convertido en el verdadero "cuarto poder".
Y PARA dejar bien afianzada su afirmación, explicó que ahora con quien se debe negociar la reforma fiscal no es con los legisladores, sino con los mandatarios estatales, a quienes no les cayó mal la puntada del zacatecano.
LO MALO es que de la puntada ya se enteraron los diputados y senadores, de quienes se dijo no son más que los títeres de los mismos gobernadores. Ahí va la campaña presidencial de Monreal.
Ť ciudadperdida-[email protected] Ť [email protected]