viernes Ť 17 Ť agosto Ť 2001
Horacio Labastida
La cosificación del indio
Cuando hablamos de cosificación y humanización no salimos del cuadro que estrecha los límites de la vida social porque la idea de cosas que manejamos ignora las muchas que abundan aquí y allá en la naturaleza, sino al proceso desdignificante del hombre. Es decir, para nada pensamos tramontar la órbita del homo sapiens moderno; y si admitimos la atractiva identidad de humano y persona, cabría preguntarnos: Ƒqué es una persona? Las respuestas abundan. Boecio escribió que "la persona es una sustancia individual de naturaleza racional", recordando a los aristotélicos; Occam asegura que la persona es una sustancia intelectual completa e independiente; y Kant al verla desde un punto de vista moral, la define como "libertad de un ser racional bajo leyes morales", en el supuesto de que estas leyes se las da a sí mismo el propio ser racional; mas al margen de tantas y numerosas propuestas, Emmanuel Mounier destacó algunos elementos de la personalidad, a saber: existencia sumergida en la naturaleza con capacidad de trascenderla, ascendiendo en la medida en que se personaliza y descendiendo al despersonalizarse; actitud de enfrentamiento para protestar, elegir y conseguir la libertad; libertad irreductible; dignidad eminente; y compromiso que enaltece la acción; propiedades todas estas, las de Mounier y de otros pensadores, que permiten configurar el concepto de persona con el ejercicio armónico de la razón, la libertad y el bien.
Teniendo en cuenta las anteriores reflexiones, concluimos de esta manera. La persona es un ser racional porque puede enjuiciar la naturaleza y la sociedad, y acercarse al conocimiento de una hipótesis verdadera en el marco de las probabilidades; y con esta verdad pasar de la mera contemplación de los hechos a la acción. Además de racional, la persona es libre, o sea, capaz de fundar sus ideas o su comportamiento en valoraciones propias, en una conciencia inenajenable aun ante máximas tentaciones. Por último, persona es quien distingue el bien del mal, y apoyada en las verdades descubiertas y en la libertad opta por realizar el bien no individual y sí común. En síntesis diremos que la persona es un ser capaz de hallar libremente la verdad y transformarla en beneficio de todos, abriéndose así a la sabiduría. En otras palabras, la persona es sabia en el grado en que puede hacer el bien común a la luz de la verdad y sin renunciar a la libertad; humanizar significa exaltar en el hombre las instancias de su personalidad.
Vayamos ahora al lado contrario. ƑQué es cosificar? La contestación cae por su propio peso. Cosificar al hombre es despersonalizarlo, purgarlo de la razón como instrumento de enjuiciamiento de la naturaleza y de la sociedad, a la luz de las verdades; arrancarlo de la libertad para extirparle el uso pleno y cabal del arbitrio o facultad de sopesar entre los opuestos y elegir alguno de éstos; y enceguecerlo ante los valores del bien y el mal con el fin de impedirle contribuir a la felicidad general; pretender el bien sólo para uno mismo es egoísmo indecente, y auspiciar la difusión del mal sería genocidio abominable. En suma, cosificar connota, según lo señaló Franz Kafka en la Metamorfosis, cambiar al hombre en animal. Pero esta cruenta conversión, Ƒqué sentido tiene en el mundo? Conviene señalar que humanización y cosificación expresan una relación en la esfera del hombre, porque descosificar a unos es humanizarlos o bien deshumanizar a otros es cosificarlos, enhebramiento complejo que lleva a otra pregunta de fondo, Ƒcuál es la causa de la cosificación? La historia es muy esclarecedora en esta complicada cuestión. Los antiguos esclavizaron a multitudes para aprovechar el trabajo esclavo; los señores feudales utilizaron siervos con el propósito de aumentar comodidades y caudales; y lo mismo hicieron las clases burguesas al dinamitar los privilegios de la aristocracia; y hasta la fecha lo llevan a cabo grandes corporaciones que dominan con su poder económico al poder político. ƑQué lección se desprende de tales avasallamientos? Antes esclavos y siervos, y hoy masas enormes de trabajadores y clases medias fueron y son cosificados para garantizar el beneficio económico y el estatus de los señores del dinero. O sea, al hombre se le extraña de sí mismo para hacer posible su explotación y asegurar la reproducción de los privilegios de las elites, demostrando que en el fondo de toda enajenación hay la opresión de un hombre por otro hombre cuya lógica, la de este último, excluye la emancipación del primero.
Viene ahora la deducción inevitable. La reciente publicación de la ley indígena en el Diario Oficial de la Federación, con mandamientos opuestos a las demanda de las comunidades indígenas y de la mayoría de la población, inicia un nuevo capítulo en el secular proceso de cosificación que han sufrido indígenas y no indígenas. Los acuerdos de San Andrés y el proyecto de ley Cocopa buscaron otorgar personalidad jurídica a dichas comunidades y consecuentemente su derecho a autogobernarse y disponer de sus tierras sin violar la Constitución.
La ley publicada, adversa, les niega personalidad jurídica y autonomía política y patrimonial, mudándolas en entidades de interés público propicias a recibir lo que la autoridad decida entregarles. Esto es cosificación y no humanización. ƑTodo quedará así?