VIERNES Ť 17 Ť AGOSTO Ť 2001

Ť Obtuvo La Jornada copia de la sentencia sobre el caso del estadunidense Philip True

La absolución a dos huicholes, porque declararon bajo tortura, en Jalisco

Ť Falleció a causa de un traumatismo craneal y no por asfixia, determinó el juez

CAYETANO FRIAS FRIAS CORRESPONSAL

Guadalajara, Jal., 16 de agosto. El juez mixto de Colotlán, José Luis Reyes, liberó a los huicholes Juan Chivarra y Miguel Hernández, acusados de matar a finales de 1998 al periodista estadunidense Philip T. True, al desechar sus dichos como pruebas plenas porque no se les designó un intérprete "ni se tomaron en cuenta sus prácticas y costumbres, con el fin de integrar la averiguación previa para que pudieran entender los hechos continentes de la indagatoria y no violar sus garantías constitucionales", según consta en la sentencia firmada el pasado 3 de agosto, de la cual La Jornada obtuvo una copia.

Reyes también desechó las declaraciones de los acusados, porque "no hacen prueba plena por ser inverosímiles".

En las conclusiones de la sentencia y en las de una segunda autopsia -también en poder de este diario-, validadas por Reyes, se asienta que el periodista del San Antonio Express News falleció de edema pulmonar y habría incurrido en un delito sexual en agravio de la esposa de uno de los indígenas.

Según la misma necropsia, al perecer True presentaba "una intoxicación etílica severa, de acuerdo con el dictamen químico emitido por el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, en el que se señala una concentración de 260 miligramos por cada 100 mililitros de sangre".

El resultado que desvirtúa la acusación de homicidio en contra de Miguel y Juan es que "de acuerdo a la renecropsia, estudios histopatológicos (técnica especial de Peerl's) no observamos datos de asfixia por estrangulamiento".

Otro peritaje, que practicó el 5 de enero de 1999 la PGR "concluye que se descartan las maniobras por estrangulación".

Contradicciones y pruebas

En primer término Reyes valoró,huicholes160801fp para concluir que los huicholes eran inocentes, las contradicciones en que incurrieron en sus declaraciones, peritajes que demuestran que fueron torturados, declaraciones de testigos de descargo y los resultados de las dos autopsias practicadas a True.

Comparó las declaraciones de los inculpados y asentó que primero aseguraron matar al estadunidense el día 4, luego que el 6 de diciembre de 1998, además d que modificaron en sus testimonios el lugar y las horas de los hechos. Asimismo hizo notar que fueron torturados y detenidos por efectivos del Ejército Mexicano y de la PGJE de Nayarit, sin jurisdicción en el asunto.

En sus declaraciones, Chivarra y Hernández aseguraron primero que éste dio muerte a True porque se metió a su casa e intentó violar a su esposa; después que lo mataron cuando iban a un templo, y posteriormente que el occiso se golpeó luego de ingerir bebidas alcohólicas.

Luego que valoró los testimonios de los huicholes y los interrogatorios que se les practicaron, Reyes desechó sus dichos como pruebas plenas porque no se les designó un intérprete, "ni se tomaron en cuenta sus prácticas y costumbres a fin de integrar la averiguación previa para que pudieran entender los hechos continentes de la indagatoria y no violar sus garantías constitucionales".

Además determinó que las declaraciones de los acusados "no hacen prueba plena por ser inverosímiles, en virtud de que las mismas se encuentran desvirtuadas con todas y cada una de las probanzas que obran en el sumario".

El juez sí tomó como pruebas con valor las declaraciones que emitieron como testigos de descargo las esposas de Hernández y Chivarra, así como Margarito Díaz, que habría sido la última persona en ver con vida a True.

Díaz refirió que la mañana del 7 de diciembre de 1998 "caminaba rumbo al río a pescar y vio a un señor y oyó que gritaba y cantaba como borracho (...) hablaba en otro idioma que él no entendía, movía la cabeza aparentando estar borracho y débil".

Añadió que el 14 de diciembre regresó al paraje. "Vio muchos zopilotes merodeando el lugar y le llegaba un olor muy feo; vio a la misma persona ya sin pelo, muerto", recargada en una piedra "en el mismo lugar, sentado, donde lo había visto con vida (...) todo el cuerpo estaba hinchado y engusanado; vio una botella tirada cerca del lugar y olía a alcohol".

Por su parte, las esposas de los acusados coincidieron en que el 6 de diciembre alrededor de las 5 de la mañana el periodista se introdujo en la vivienda de Hernández, quien lo sacó a empujones; pero se volvió a meter y golpeó a Miguel, quien se desmayó por el golpe, y añadió que True abusó sexualmente de ella. Cuando despertó Miguel pidió al estadunidense que saliera de su casa y "al tratar de salir el gringo se pegó en la cabeza en el marco superior de la puerta", y luego se volvió a pegar en la cabeza al caer, "y Miguel lo ayudó y luego lo sacó".

Consigna la declaración que luego salieron todos de la casa porque temían que se volviera a meter el periodista. Más tarde llegaron Juan Chivarra y su esposa, quienes preguntaron qué pasó y discutieron si entregaban a True con el gobernador tradicional de San Sebastián, máxima autoridad entre los huicholes de la zona. Optaron por alejarlo de la vivienda porque irían a San Miguel Huaxtita "a pagar una manda" y luego de caminar tres horas lo dejaron bajo un árbol.

El testimonio consigna que días después retornaron al paraje y encontraron a True muerto, por lo que prosiguieron hasta sus domicilios. Temerosos de que los culparan de la muerte del periodista, el 14 de diciembre Juan y Miguel llevaron el cuerpo al río Atengo, donde lo encontraron al día siguiente Rafael Jiménez y Feliciano Mejía, a quienes contrató un amigo de True.

Chivarra y Hernández fueron de cacería a Barranca del Tule y regresaron el 23 de diciembre. Los arrestaron un día después, luego de que unos militares torturaron al padre del primero y al gobernador tradicional de San Sebastián Teponahuaxtlan, Isidro López.

Con todos esos elementos, el juez Reyes ordenó la libertad de los huicholes.